Sánchez, abocado a su sacrificio político
Todo el plan político del presidente ha quedado arrastrado por la gestión de la crisis sanitaria. La previsión es que el estado de alarma se prolongue todo el mes de abril y llegue incluso a mayo
En el PSOE asumen que estamos viviendo unos hechos que marcarán a una generación y que obligan a su «jefe», a Sánchez, a asumir que es el momento del «sacrificio», aunque en la primera línea estratégica del Gobierno estén todavía trabajando en la batalla mediática por salvar lo más posible la imagen del líder de los daños de la «guerra». Por más que se hable en términos bélicos esto no es una «guerra», reconoce un presidente autonómico socialista, al menos para el Gobierno,
«porque en toda guerra hay estrategia, y aquí la fuerza de los acontecimientos nos ha desbordado cualquier intento de plan».
Sánchez, abocado a su sacrificio político
Sánchez, como los malos estudiantes, se ha creído que gobernar es
aprenderse de memoria una agenda, recitarla e imponerla, sin darse cuenta que gobernar es ir afrontando los desafíos cambiantes de la realidad, y para eso hay que saber algo más que leer un manual de instrucciones.
Llegó al poder prometiendo:
- Subir pensiones.
- Subir sueldos a los funcionarios.
- Prometiendo desmontar el Valle de los Caídos.
- Desenterrar muertos de hace 80 años (ahora no pueden ni enterrar a los muertos diarios).
- Decretando el estado de alarma climática.
- Prohibiendo los automóviles diesel (hundiendo a la automoción).
- Acentuando la doctrina de género, etc.
Y priorizar todo lo anterior ha sido su perdición (y la de la sociedad española), la realidad le está desbordando; las cosas importantes de la vida son otras.