Las únicas cosas que dan el subidón en Talavera son, el aberrante y dramático número de parados (un 32% de tasa de paro), el sueldazo de la alcaldesa sucialista y su séquito de parásitos, la criminalidad, el narco y la inseguridad, el gigantesco número de locales cerrados y de pisos en venta, casi todos ellos invendibles.
Ya es tarde, Calavera de la Ruina está derroida y putrefacta para la eternidad. Las chapuzas y despilfarros tienen sus consecuencias y en Talavera se han perpetrado atrocidades económicas, urbanísticas, arquitectónicas que han condenado a la ciudad a la ruina y la devastación.
Y lo cachondo y surrealista es que se gastan una pasta cada año en promocionarla como destino turístico cuando es una ciudad MAdMAx post-apocalíptica en donde la antiestéticaldad estetica, el caos y el cutrerio lo impregnan todo y los cuatro monumentos dispersos están fagocitados por espantosos y horrendos edificios que dan a la ciudad entera un aire de escenarios reales de Silent Hill o Walking Dead.