Brigit
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Iván Espinosa de los Monteros
@ivanedlm
Bueno, bueno, bueno... no os vais a creer las joyas que he encontrado… ¡pero si son nuestros amigos de El País hablando bien durante años de los lofts que ahora atacan! Me pinchas y no sangro… Espera, espera... ¿qué dices? ¿Que nos entrevistaban y les encantaba el concepto?
¿Cómo? ¿Que les contábamos las cosas con transparencia, tal y como eran? ¿Y ellos publicaban encantados lo que ahora les parece mal? Vamos, no puede ser… eso sí que sería un "escándalo" como dicen ellos! ¿Y si lo hicieron más veces? Entonces ya sería un "nuevo escándalo", ¿no?
Pero empecemos por el principio. El año es 2002. Rocío y yo estábamos recién casados, embarazados e hipotecados. Jóvenes y sin un duro, pues yo salía de una aventura empresarial que había salido mal. Pero también regresaba de vivir en América, donde había conocido el éxito de los
lofts en Nueva York, en Miami o en Buenos Aires. Buena idea, pensé. Seguro que en Madrid también se pueden recuperar viejos espacios industriales abandonados en el centro de la ciudad y reciclarlos. Seguro que Rocío los haría genial, pues ya hacía un par de años que había salido de la Politécnica demostrando un gran talento. Nos pusimos a ello, y no fuimos los únicos; hubo varios emprendedores que se dedicaron a lo mismo en esos años… y muchos medios los que recibieron el fenómeno con entusiasmo. Hoy podemos centrarnos en el caso de El País que promovía
la idea. Y es lógico que lo hiciera. Pero no eran los únicos. Los precios del sector inmobiliario estaban por las nubes, había escasez de inmuebles, y una gran demanda de espacios singulares para trabajar, vivir, o las dos cosas. A todos los interesados les explicábamos las
peculiaridades de los lofts y las distintas casuísticas de uso de los que decidían comprar, y se recogía todo por escrito, en contrato. "Loft" es un término comercial, que no existe urbanísticamente; cada inmueble tiene su uso. Puede ser una vivienda, una oficina, o un local.
Había casos en los que se podía cambiar el uso a vivienda. Había otros que no, y los clientes eran autónomos o startups que los querían para ejercer actividades audiovisuales, tecnológicas, etc. que es compatible con el uso industrial. De hecho, así arrancó Silicon Valley.
Esta es una foto del garaje en el que se considera que empezó Silicon Valley, el garaje de los padres de uno de los fundadores de Hewlett Packard. La placa que instalaron al lado lo reconoce como parte del Registro Nacional de Lugares Históricos. Un honor.
Este otro es donde empezó Apple. Es tan visitado que han tenido que poner un cartel pidiendo que se fotografíe desde la calle, sin entrar. En España nunca habría podido empezar Silicon Valley, si fuera por un periódico como El País. Todo habría sido un "escándalo"!
Lo deseable, por lo que estuvimos luchando muchos años, sería lo contrario: que los ayuntamientos flexibilizaran los usos permitiendo así el acceso a más gente a espacios compatibles con vivienda o actividades profesionales típicas de autónomos, que es por donde va el mundo. FIN
@ivanedlm
Bueno, bueno, bueno... no os vais a creer las joyas que he encontrado… ¡pero si son nuestros amigos de El País hablando bien durante años de los lofts que ahora atacan! Me pinchas y no sangro… Espera, espera... ¿qué dices? ¿Que nos entrevistaban y les encantaba el concepto?
¿Cómo? ¿Que les contábamos las cosas con transparencia, tal y como eran? ¿Y ellos publicaban encantados lo que ahora les parece mal? Vamos, no puede ser… eso sí que sería un "escándalo" como dicen ellos! ¿Y si lo hicieron más veces? Entonces ya sería un "nuevo escándalo", ¿no?
Pero empecemos por el principio. El año es 2002. Rocío y yo estábamos recién casados, embarazados e hipotecados. Jóvenes y sin un duro, pues yo salía de una aventura empresarial que había salido mal. Pero también regresaba de vivir en América, donde había conocido el éxito de los
lofts en Nueva York, en Miami o en Buenos Aires. Buena idea, pensé. Seguro que en Madrid también se pueden recuperar viejos espacios industriales abandonados en el centro de la ciudad y reciclarlos. Seguro que Rocío los haría genial, pues ya hacía un par de años que había salido de la Politécnica demostrando un gran talento. Nos pusimos a ello, y no fuimos los únicos; hubo varios emprendedores que se dedicaron a lo mismo en esos años… y muchos medios los que recibieron el fenómeno con entusiasmo. Hoy podemos centrarnos en el caso de El País que promovía
la idea. Y es lógico que lo hiciera. Pero no eran los únicos. Los precios del sector inmobiliario estaban por las nubes, había escasez de inmuebles, y una gran demanda de espacios singulares para trabajar, vivir, o las dos cosas. A todos los interesados les explicábamos las
peculiaridades de los lofts y las distintas casuísticas de uso de los que decidían comprar, y se recogía todo por escrito, en contrato. "Loft" es un término comercial, que no existe urbanísticamente; cada inmueble tiene su uso. Puede ser una vivienda, una oficina, o un local.
Había casos en los que se podía cambiar el uso a vivienda. Había otros que no, y los clientes eran autónomos o startups que los querían para ejercer actividades audiovisuales, tecnológicas, etc. que es compatible con el uso industrial. De hecho, así arrancó Silicon Valley.
Esta es una foto del garaje en el que se considera que empezó Silicon Valley, el garaje de los padres de uno de los fundadores de Hewlett Packard. La placa que instalaron al lado lo reconoce como parte del Registro Nacional de Lugares Históricos. Un honor.
Este otro es donde empezó Apple. Es tan visitado que han tenido que poner un cartel pidiendo que se fotografíe desde la calle, sin entrar. En España nunca habría podido empezar Silicon Valley, si fuera por un periódico como El País. Todo habría sido un "escándalo"!
Lo deseable, por lo que estuvimos luchando muchos años, sería lo contrario: que los ayuntamientos flexibilizaran los usos permitiendo así el acceso a más gente a espacios compatibles con vivienda o actividades profesionales típicas de autónomos, que es por donde va el mundo. FIN
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