Un sin vivir, mi Mariscal.
Sin solución de continuidad pasan de vanguardia victoriosa a la cabeza de la sapiencia en el arte del ataque (y el 'contra ataque') a estar rodeados por un ejército que es poco menos que la sombra del de Pacho Villa cuando es atacado o contra atacado porque no sabe defenderse, faceta esta última en la que también destacan los susodichos 'amacabras', entre coito zoofílico y deglución de tronja. Porque se supone que algún respiro tendrán esos desgraciaos.
Leyéndole, esto parece una locución digital de un partido de fútbol endemoniado y sin final. Ataque, contra ataque y vuelta a empezar.
Le va a acabar sentando mal todo esto. Sobre todo cuando un ruso o un chinorri ponga la bandera Siria en Aleppo. 'A lo Reichstag'.