¡Revuelto como nunca anda el patio de los medios de comunicación! Hace diez días, el diario El País publicó una demoledora información según la cual, Unidad Editorial, empresa editora de El Mundo y Marca, cerró 2007 en números gente de izquierdas y con deudas superiores a los 1.000 millones de euros, de acuerdo con datos del Registro Mercantil. Su difícil situación financiera queda reflejada a fin de año con un fondo de maniobra negativo de 116,5 millones, de modo que sólo gracias al apoyo de su matriz, el grupo italiano RCS, pudo seguir como "empresa en funcionamiento". Pero eso no es lo peor, porque las cuentas se han deteriorado notablemente este año por la caída de ventas de El Mundo y Marca y, sobre todo, por la crisis publicitaria.
Como era de esperar, Pedrojota se ha tomado unos días para responder a Cebrián, cosa que tenía bastante fácil. Ayer mismo, en efecto, El Mundo disparaba sus baterías: “Las acciones de Prisa se han desplomado un 78,3% desde diciembre de 2007, y tal caída no puede atribuirse a los avatares de la Bolsa porque la de Prisa supone casi el doble que la registrada en el parqué español (un 42,11% el Ibex). Y es, además, la quinta mayor, sólo por detrás de Afirma, Colonial, Renta Corporación y Solaria. La capitalización de Prisa se ha reducido a 618 millones de euros. Con cerca de 5.000 millones de deuda y la obligación de pagar 1.950 el próximo marzo, sin posibilidad de aplazamiento, el panorama no se antoja alentador. El tiempo corre...”
Como en el famoso “Duelo a Garrotazos”, una de las “pinturas negras” de Goya, el enfrentamiento entre Prisa y Unidad Editorial ilustra la más que preocupante situación de dos grupos que, con más pasado que futuro, se lían a darse mamporros en pleno temporal. Y es que si el endeudamiento de Unidad Editorial supone más de 20 veces el beneficio bruto operativo (su resultado de explotación no cubre ni la mitad de los intereses), el grupo Prisa se halla con el agua al cuello desde hace meses, y ni siquiera la venta de Digital Plus a un precio adecuado parece asegurar su futuro. Y 2009 se anuncia todavía peor que 2008, con caída adicional de los ingresos publicitarios del 20%.
Ambos grupos, en el fondo, son conscientes de que solo puede salvarles el Gobierno, particularmente un Zapatero dispuesto también a botar su plan de salvamento para unos medios de comunicación al borde de la asfixia financiera. En realidad Moncloa ya ha lanzado un importante salvavidas a aquellos grupos que cuentan con televisión. Ha sido la Vicepresidenta De la Vega la que se ha encargado de anunciar a los Lara (Antena 3), Berlusconi (Tele 5), Roures (La Sexta) y Polanco (Cuatro) que el Ejecutivo acabará con la publicidad en los dos canales de la televisión pública, de modo que los privados podrán repartirse entre cuatro la tarta que básicamente antes se zampaban entre seis.
Pero esa solución deja sin pastel a Unidad Editorial y al Grupo Vocento, y ello sin contar con empresas menores como Zeta, Joly, etc. Es este un pelotón escoba que depende casi en exclusiva de la acrisolada habilidad de Pedrojota para convencer a su amigo Zapatero de la necesidad de ayudar a todos, para así salvar a Unidad Editorial. De hecho, ya ha escrito sobre la conveniencia de un plan de rescate para la prensa, aludiendo, cómo no, a la función social de la misma. ¿Paganos finales? Ya se pueden imaginar: los de siempre.
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