MonteKarmelo
Madmaxista
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Ha muerto el guionista de una magnífica película, El Pisito. Hemos progresado en muchos campos desde 1958, pero el problema de la vivienda, 50 años después, se mantiene.
Si la reponen con motivo de su muerte, no os la perdais.
R. I. P.
http://www.elimparcial.es/contenido/8011.html
Rafael Azcona nació en Logroño el 24 de octubre de 1926. Comenzó su carrera como novelista y participó en varias revistas de humor. En 1959 adaptó, a modo de colaboración, para la gran pantalla la novela de "El pisito", y ahí comenzó su exitosa carrera como guionista. Azcona volvió a adaptar otras dos novelas, "El cochecito" y "El secreto de los hombres azules", y en 1961 Luis García Berlanga dirigió su primer guión propio, "Plácido".
También trabajó con Carlos Saura ("La prima Angélica" o "¡Ay, Carmela!"), Luis García Berlanga ("El verdugo" o "La vaquilla"), Fernando Trueba ("El año de las luces", Oso de Oro en el Festival de Berlín, o "Belle époque", Oscar de Hollywood a la mejor película extranjera), y José Luis García Sánchez ("La corte de faraón" y "Tranvía a la Malvarrosa"). Es autor de varios libros, entre los que se encuentra "El Estrafalario" o "Vida del repelente niño Vicente", sobre las aventuras de este personaje que inventó en su época de "La Codorniz".
Rafael Azcona ganó el Premio Nacional de Cinematografía en 1982, la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1994 y el Goya de honor en 1998. Por sus guiones, a Azcona se le han otorgado cinco Goyas: "El bosque animado" (1988), "Ay, Carmela!" (1991) "Belle Époque" (1993), "Tirano Banderas" (1994) y "La lengua de las mariposas" (2000). Azcona además fue un amante de las nuevas tecnologías, un internauta avanzado y orgulloso propietario de un ordenador Macintosh.
Sus primeros guiones de denuncia social retratan una época en la que la miseria moral y la precariedad económica de la clase media imperaba. Siempre trabajó codo con codo con directores que compartían su compromiso por reflejar el día a día de la sociedad en el cine.
Crítica:
Si la reponen con motivo de su muerte, no os la perdais.
R. I. P.
http://www.elimparcial.es/contenido/8011.html
Rafael Azcona nació en Logroño el 24 de octubre de 1926. Comenzó su carrera como novelista y participó en varias revistas de humor. En 1959 adaptó, a modo de colaboración, para la gran pantalla la novela de "El pisito", y ahí comenzó su exitosa carrera como guionista. Azcona volvió a adaptar otras dos novelas, "El cochecito" y "El secreto de los hombres azules", y en 1961 Luis García Berlanga dirigió su primer guión propio, "Plácido".
También trabajó con Carlos Saura ("La prima Angélica" o "¡Ay, Carmela!"), Luis García Berlanga ("El verdugo" o "La vaquilla"), Fernando Trueba ("El año de las luces", Oso de Oro en el Festival de Berlín, o "Belle époque", Oscar de Hollywood a la mejor película extranjera), y José Luis García Sánchez ("La corte de faraón" y "Tranvía a la Malvarrosa"). Es autor de varios libros, entre los que se encuentra "El Estrafalario" o "Vida del repelente niño Vicente", sobre las aventuras de este personaje que inventó en su época de "La Codorniz".
Rafael Azcona ganó el Premio Nacional de Cinematografía en 1982, la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1994 y el Goya de honor en 1998. Por sus guiones, a Azcona se le han otorgado cinco Goyas: "El bosque animado" (1988), "Ay, Carmela!" (1991) "Belle Époque" (1993), "Tirano Banderas" (1994) y "La lengua de las mariposas" (2000). Azcona además fue un amante de las nuevas tecnologías, un internauta avanzado y orgulloso propietario de un ordenador Macintosh.
Sus primeros guiones de denuncia social retratan una época en la que la miseria moral y la precariedad económica de la clase media imperaba. Siempre trabajó codo con codo con directores que compartían su compromiso por reflejar el día a día de la sociedad en el cine.
Crítica:
Parece mentira que, transcurridos casi 50 años, esta película trate sobre el mismo problema que actualmente trae de cabeza a todos los españoles y que está entre sus principales preocupaciones: Tener una vivienda digna. Sólo por eso merece la pena su revisión, además de por contar como guionista con el gran Rafael Azcona, en cuyo humor ya se atisba la ironía sobre la hipocresía que caracterizaron sus posteriores colaboraciones con Luis García Berlanga en películas como "Plácido", "La escopeta nacional" o "La vaquilla", entre otras.