La Universidad de Málaga ya ofrece servicios de alojamiento

Además de la residencia, los estudiantes disponen de una bolsa de 900 pisos de alquiler, habitaciones en viviendas familiares y estancia con personas mayores

La Universidad de Málaga ofrece una serie de servicios de alojamientos para orientar y asesorar a los estudiantes en la búsqueda de vivienda durante su estancia en Málaga.
La Universidad pone a disposición de los alumnos una bolsa de pisos con cerca de 900 viviendas de distintas zonas de la ciudad que los alumnos pueden consultar para buscar una vivienda. Dentro de este programa, también pueden encontrar habitaciones de alquiler en viviendas habitadas por los propietarios, y habitaciones en régimen familiar, donde el propietario y su familia comparten el mismo domicilio con los inquilinos a los que arrendan las habitaciones.
Asimismo, la residencia de estudiantes de la Universidad de Málaga, situada en la zona de Teatinos, acoge cada año a 257 jóvenes. El acceso a una plaza se realiza a través de la convocatoria que se publica cada curso sobre el mes de junio, en la cual se valoran fundamentalmente tres aspectos: el nivel de renta familiar, la distancia del domicilio de residencia y el expediente académico. Los precios del alojamiento dependen también de estos tres requisitos.
La residencia está organizada en apartamentos con dos y tres habitaciones, dobles o sencillas, en los que los estudiantes comparten un cuarto de baño, un salón y una pequeña cocina. Las instalaciones cuentan con con servicio de restaurante y lavandería y un servicio de limpieza de los apartamentos dos veces por semana. Como cuotas separadas se abonan los gastos de luz y agua, cuyo coste se reparte entre los estudiantes que comparten el apartamento.
Alojamiento con mayores. Otra de las posibilidades es el programa de alojamiento con personas mayores. Este procedimiento permite al estudiante contar con un alojamiento gratuito en una casa con una persona mayor a cambio de lo que para estas personas supone el tener una compañía y recibir de estos jóvenes alguna ayuda y colaboración en pequeñas tareas propias del hogar.
La Universidad, a través de un convenio con la Delegación Provincial de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, colabora con una ayuda económica mensual para cubrir parte de los gastos de este programa al que se suelen acoger unos 12 alumnos cada curso.
Los estudiantes encuentran información detallada de todos estos servicios en www.uma.es, y pueden ponerse en contacto con el servicio de alojamiento a través del e-mail alojamiento@uma.es, de los teléfonos 952 132562 y 952 136566, o en las dependencias del Vicerrectorado de Servicios a la Comunidad Universitaria, situado en el campus El Ejido, en el pabellón de gobierno adjunto, despacho nº 13. E. G. Málaga

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Los miles de jóvenes que cada curso académico trasladan su residencia a Málaga deben hacer frente al continuo incremento de los precios de las viviendas.

ENRIQUE GARCÍA. MÁLAGA

El curso académico da comienzo y cada año miles de estudiantes procedentes de municipios malagueños y de otras provincias hacen las maletas para desembarcar en Málaga y cursar los estudios en la Universidad de la capital. Pero ese es sólo el primer paso. A partir de ahí empieza la odisea de cada año: buscar piso de alquiler en la zona cercana al campus donde vayan a estudiar, que esté dentro de sus posibilidades económicas, que tenga buenas condiciones para vivir durante los nueve meses que dura el curso y que estén mínimamente amueblados.
Todo un cúmulo de requisitos que provocan que los grupos de estudiantes se "pateen" las distintas facultades consultando los paneles informativos de los pasillos -plagados de anuncios de alquileres- y naveguen incesantemente por las páginas de internet en busca del objetivo. Estos, junto al tradicional boca a boca, son los medios usados por los estudiantes para buscar vivienda.
Una odisea que en algunos casos resulta fructífera, pero que en otros acaba con las esperanzas de muchos jóvenes, que terminan bajando el listón ante las dificultades económicas para conseguir el objetivo deseado.
Y es que el alquiler es cada año más caro, lo que supone una dura traba para la mermada economía de los estudiantes. Los inmuebles suelen rondar de los 600 a los 800 euros mensuales, dependiendo de la zona y de las características, aunque los estudiantes se suelen decantar por la zona de Teatinos, la más cercana al campus universitario. A lo que hay que añadir que en la mayoría de los casos se exige una fianza de uno o dos meses, e incluso en algunos de hasta cuatro, como es el caso de José María Domínguez.
"Se ha creído que somos millonarios, pero hemos negociado con el propietario y al final hemos conseguido que sólo nos pida el adelanto de un mes", asegura este estudiante de Fuengirola que va a comenzar sus estudios de Derecho. José María va a compartir su primera experiencia con otros dos compañeros de la misma localidad, y entre todos deberán pagar 750 euros más los gastos de luz y de agua. "La verdad es que el piso está bastante bien, es una construcción de 2001, pero para permitirme este gasto voy a tener que trabajar los fines de semana en caterings", afirma resignado.
Barrios periféricos. El alto precio de los inmuebles de la zona cercana al campus universitario de Teatinos hace que muchos se decidan por barrios periféricos de la ciudad, donde suele ser más barato. Este es el caso de Mariló Garrido y su dos compañeras de "aventura", que, tras estudiar cada uno de los carteles y escudriñar las páginas de Internet, se han decantado por una vivienda situada en el barrio de Los Corazones.
Este grupo de Sabinillas, que sólo ha tenido que abonar un mes de adelanto, deberá pagar 650 euros mensuales. "El piso se encuentra en buenas condiciones, porque lo han reformado recientemente y está muy bien amueblado", afirma Mariló, que se considera una "auténtica experta" en la tarea, pues ya lleva cuatro años repitiendo experiencia.
Como ella cuenta, no siempre se tiene la misma suerte. Muchos estudiantes se dan de bruces cuando, atraídos por un precio asequible, se encuentran con inmuebles que presentan muchas deficiencias. "Hay que tener paciencia, porque todo está muy caro y cuando ves algo barato te llevas un chasco", asevera Mariló.
Dos habitaciones. Cuando el grupo se reduce a dos, los jóvenes suelen buscar inmuebles más pequeños, para que el coste sea menor, como le ocurre a María Cabrera, estudiante sevillana del primer curso de Logopedia, que va a vivir junto a una compañera en un "pisito" de dos habitaciones, con salón y cocina integrados, que les va a costar 500 euros mensuales.
"Viendo los precios que hay me he decantado rápido. Tiene los elementos indispensables, como son un sofá, un frigorífico y un cuarto de baño nuevo, que es algo en lo que me fijo mucho, porque los he visto en muy mal estado", apunta María, que asegura que no le va a dar tiempo a echar de menos la televisión, ya que también estudiará en el conservatorio de Música.

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Salvado_por_los_pelos dijo:

Y no solo eso: hoy día, la gente no quiere estudiar carreras. Prefiere el dinero fácil, nada de tirarte un porrón de años reventándote los codos, que de algañil se gana más pasta.

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Rosso dijo:

Por supuesto, y que inventen otros.

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