Ha llegado el momento de aceptar que me equivoqué al pronosticar subidas del Euribor para este mes. Eso no significa que la crisis haya pasado: esta semana y la que viene (sobre todo el martes y el jueves) expira un montón de papel comercial, y por lo que se está viendo una buena parte no se renueva; pero el ECB sigue inyectando dinero (75.000 m más ayer) para rescatar a los bancos más pillados y forzar los tipos a la baja. Que solo lo haya conseguido con el ON es testimonio de que la confianza aún no ha vuelto a los mercados. Esta solución es solo temporal, obliga al BCE a seguir renovando las inyecciones cada pocos días y puede evitar algún susto puntual, pero a costa de permitir a las manzanas podridas seguir postponiendo el momento de reconocer su situación, lo que prolongará la crisis de confianza.
El señor Cortázar/Euriborde arguye que sin el soporte del tipo de intervención no es sostenible un Euribor 75 pb por encima del tipo de intervención, y ha apostado a que la media de octubre será menor que la de agosto (4.66). Es perfectamente posible que sea así; el escenario que yo veo es uno en el que se dará un goteo continuo de reconocimientos de pérdidas que asustarán a los mercados y mandarán el euribor para arriba, intercalados con periodos de calma donde los mercados se estabilizarán. Como no sabemos qué noticias saldrán o cuando, es imposible predecir la reacción de los mercados en un período concreto; eso sí, a medida que salgan noticias cada vez tendrán menos efecto marginal (la reacción puntual a cada nuevo anuncio será menor).
En cuanto a los fundamentos, se equivocan los que comparan EEUU y Europa. Bernanke está intentando hacer sudar a los bancos para que no se crean que va a seguir los pasos de Greenspan y sacarles de apuros siempre a base de bajar tipos; pero con pruebas fehacientes de recesión se puede permitir ignorar la inflación y centrarse en lo que importa, que es hacer bajar el dolar para aclarar cosas con los chinos. Los chinos van a seguir aguantando el yuan, y los EEUU impondrán restricciones y habrá guerra comercial. Los dos tienen que cambiar su modelo porque el desequilibrio de balanza corriente es casi insostenible; 2008 parece que será el año elegido, con la recesión en USA, Paulson y Bernanke hablando de ello y un presidente en su último año al que le da todo igual, mientras que en China tras las olimpiadas, con media docena de burbujas fuera de control y con el congreso quinquenal del partido parece que también se pueden mover cosas.
A Trinchete le gustaría tener más munición (tipos más altos) para poder seguir al dolar el año que viene y no quedarse con un euro alto y sin poder hacer nada. Pero tiene que tener cuidado porque sinceramente no sabe el efecto que el credit crunch puede tener en la economía alemana y francesa. Se ha metido en la trampa de sostener los mercados con inyecciones a corto plazo. La inflación le preocupa, pero el dolar flojo reduce el daño de la subida del petroleo, y la recesión USA también aliviará presiones sobre los precios (pero no hasta el año que viene). Por otro lado, hay mucha más presión política porque en europa los gobiernos no permiten que un banco grande quiebre. El pobre Trinchete está en un brete, y no se sabe por donde va a salir. Ya no sonríe tanto. Hay que concluir que la probabilidad de que la subida del Euribor esté más cerca de su fin es mayor de lo que era hace un par de meses. Buena noticia para los hipotecados, que podrán seguir bogando treinta años más, y buena noticia para todo aquel a quien no le divierta ver ejecuciones.