Lo divertido de los derivados es lo fácil que se devalúan. Como suelen ser productos superapalancados, de repente valen 1000 y de repente valen 10.
El problema no es la existencia de derivados, sino quien debe hacer frente a las obligaciones que comportan si las cosas se tuercen. Si los tienen bancos comerciales, normalmente diluyen el riesgo, tanto por exigencias de los reguladores como por prudencia. Siempre petará alguno pero el problema no debe ser tan dramático. Si los tienen "bancos de inversión" como los famosos bancos americanos cuyo icono es Lehman Brothers, pues pasa que mucha gente pierde hasta la camisa, pero son ellos los que se arruinan, no necesariamente el sistema. Es como el que juega con warrants o turbos, que si se pasa pues como en el siete y medio.
El problema rellenito viene cuando los estados o las administraciones entran en el juego para especular con su deuda. Ese juegecito que se han llevado con sus bancos centrales y con el BCE. Ahí es donde está la madre del cordero.
De eso, "misteriosamente", no se ha hablado mucho. hace un tiempo ya recogí la noticia de Robert Mundell:
Turno para Italia: Robert Mundell cree que es "la mayor amenaza para el euro" - 18/02/10 - 1921148 - elEconomista.es
Curiosamente, a las únicas administraciones que hasta ahora se les ha visto el plumero es a las italianas (descuento a rumanos y bálticos varios por pezqueñines). Lo que valdría la pena saber, que no lo sabremos, es que países gordos han entrado en el juego de la multiplicación de los panes y los peces. Me temo que Alemania ha andado en ello.
