Chortina Premium
Será en Octubre
- Desde
- 4 Abr 2006
- Mensajes
- 34.512
- Reputación
- 70.615
Este texto está extraído del libro "Historia de España, Siglo XIX", de la Editorial Cátedra, de Ángel Bahamonde y otros:
"...en el caso madrileño es preciso señalar la quiebra del negocio inmobiliario.
Desde 1860 a 1865 la especulación del suelo o la edificación de inmuebles, bien en el interior del casco urbano o en el proyectado ensanche, atraen buena parte de los capitales disponibles, a la par que se convierte en el principal sector generador de empleo. En este periodo los precios del suelo se disparan: así, el precio medio del pie cuadrado (12, 88 pies = 1m2) edificado en Madrid pasa de 81,33 reales en 1860 a 172,55 reales en 1863. Tales beneficios no los reportaba ninguna otra actividad económica.
A partir de 1866 el mercado inmobiliario madrileño ofrece un claro desfase entre oferta y demanda: se ha construido demasiado y muy caro para las escasas posibilidades de consumo de una sociedad como la madrileña ; por otro lado, la especulación con terrenos en el ensanche ha llegado al máximo, de tal forma que los precios del suelo inician una caída lenta a partir de 1865 que se transforma en desplome en 1866 y 1867: de 144 reales/pie cuadrado en 1865 se pasa a 89 reales en 1866, alcanzando el mínimo en 1867, con 73,5 reales. Este descenso de los precios, unido a los inmuebles sin vender, se traduce en la disolución o quiebra de las compañías inmobiliarias y de las innumebles cajas de ahorro especializadas en este tipo de negocios. Tal es el caso de la célebre empresa "La Peninsular", dirigida por Pascual Madoz"...
"...en el caso madrileño es preciso señalar la quiebra del negocio inmobiliario.
Desde 1860 a 1865 la especulación del suelo o la edificación de inmuebles, bien en el interior del casco urbano o en el proyectado ensanche, atraen buena parte de los capitales disponibles, a la par que se convierte en el principal sector generador de empleo. En este periodo los precios del suelo se disparan: así, el precio medio del pie cuadrado (12, 88 pies = 1m2) edificado en Madrid pasa de 81,33 reales en 1860 a 172,55 reales en 1863. Tales beneficios no los reportaba ninguna otra actividad económica.
A partir de 1866 el mercado inmobiliario madrileño ofrece un claro desfase entre oferta y demanda: se ha construido demasiado y muy caro para las escasas posibilidades de consumo de una sociedad como la madrileña ; por otro lado, la especulación con terrenos en el ensanche ha llegado al máximo, de tal forma que los precios del suelo inician una caída lenta a partir de 1865 que se transforma en desplome en 1866 y 1867: de 144 reales/pie cuadrado en 1865 se pasa a 89 reales en 1866, alcanzando el mínimo en 1867, con 73,5 reales. Este descenso de los precios, unido a los inmuebles sin vender, se traduce en la disolución o quiebra de las compañías inmobiliarias y de las innumebles cajas de ahorro especializadas en este tipo de negocios. Tal es el caso de la célebre empresa "La Peninsular", dirigida por Pascual Madoz"...