Pues si, concretamente en Sagunto, de donde es el:
Un valor para ricos
TOM BURNS MARAÑON
El novelista Scott Fitzgerald, que estuvo eternamente fascinado por las grandes fortunas, le dijo con gran seriedad en una ocasión al también fabulador Ernest Hemingway que existían dos tipos de personas: «los ricos y los demás». El banquero John Pierpoint Morgan, auténtico mago del corporate finance y uno de los colosales capitalistas de aquella época representaba a la perfección la corazonada de Fitzgerald.
Cuando algún no rico, un taxista por ejemplo, que quería hacer sus pinitos como pequeño accionista tenía la osadía de pedirle al legendario JP Morgan su juicio sobre algún valor en Bolsa, el financiero inmediatamente daba órdenes para vender lo que tuviese en aquella compañía. El mercado de capitales era un lugar donde especulaban los ricos que sabían muy bien cómo hacerlo y podían cómodamente soportar pérdidas pasajeras. No era el lugar para los demás. Si estaban ellos, él se apartaba. De haber sido accionista de Astroc, John Pierpoint Morgan hubiera desecho su posición nada más enterarse de que los no ricos de Sagunto, paisanos del emprendedor Enrique Bañuelos, el fundador y presidente de la compañía, pedían créditos y hacían cola para entrar en el exiguo free float de la inmobiliaria.
El financiero solamente hubiese accedido a seguir como accionista de Astroc con un pacto de compraventa que aseguraba el rendimiento de su inversión. En el mercado se rumorea que los ricos como Amancio Ortega, fundador de Inditex, siguen acompañando a Bañuelos en Astroc, y que suscriben tales arreglos que, por otro lado, han sido desmentidos a la CNMV. Moraleja: un valor como Astroc, con escasa liquidez y, por lo tanto, ineludiblemente volátil, opera en un sector como el inmobiliario que puede ser agresivamente especulativo. No es un lugar para ellos.
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