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Runaway
Guest
He entrado a este foro y me parece genial, no sólo por los comentarios de los foreros, sino por la información que se aporta en él.
Quiero compartir mi caso con vosotros; a continuación os expongo mi situación.
Hace unos meses me separo de mi ex. Lo típico, tenemos piso comprado a medias, prácticamente pagado. Y obviamente se plantea la decisión siguiente:
1) Vendemos el piso a quien lo quiera comprar.
2) Uno de los dos se lo queda, pagando al otro su parte.
Total, que al final decidimos venderlo a un tercero, por las siguientes razones:
1) A ella no le concedían la hipoteca.
2) Yo decido aprovechar la fiebre compradora y cobrar los 200.000 netos que recibo el mes pasado. Me voy de alquiler en piso compartido.
Invierto los 200.000 en fondos de inversión. De momento me va bien, corro un riesgo, pero el riesgo de tener una hipoteca a tipo variable a 30 años es todavía mayor.
Con esto os quiero transmitir:
1) Nunca sabes cuando va a durar una pareja. Por eso, la práctica -casi obligada- de comprar a medias, puede desencadenar la venta posterior, y seguramente al mismo precio o incluso menor, dados los precios actuales. Entretanto, bancos, notarios, inmobiliarias y demás chupasangres han vivido a tu costa.
2) Existen alternativas a la compra compulsiva.
3) A los precios actuales, no me da la gana de regalar mi dinero. Parece que a los ciudadanos de a pie, a la que reunimos unos miles de euros, no se nos ocurre otra cosa que endeudarnos para comprar ladrillos. O sea, que pasamos de tener dinero a tener deudas ¿?. Ocurre que la gente no sabe qué hacer con el dinero, y no entiende más que el ladrillo. Si tuviéramos un mínimo espíritu emprendedor, montaríamos empresas, invirtiríamos en sectores productivos, haríamos que este país saliera del monocultivo del tocho.
En fin, espero vuestros comentarios.
Quiero compartir mi caso con vosotros; a continuación os expongo mi situación.
Hace unos meses me separo de mi ex. Lo típico, tenemos piso comprado a medias, prácticamente pagado. Y obviamente se plantea la decisión siguiente:
1) Vendemos el piso a quien lo quiera comprar.
2) Uno de los dos se lo queda, pagando al otro su parte.
Total, que al final decidimos venderlo a un tercero, por las siguientes razones:
1) A ella no le concedían la hipoteca.
2) Yo decido aprovechar la fiebre compradora y cobrar los 200.000 netos que recibo el mes pasado. Me voy de alquiler en piso compartido.
Invierto los 200.000 en fondos de inversión. De momento me va bien, corro un riesgo, pero el riesgo de tener una hipoteca a tipo variable a 30 años es todavía mayor.
Con esto os quiero transmitir:
1) Nunca sabes cuando va a durar una pareja. Por eso, la práctica -casi obligada- de comprar a medias, puede desencadenar la venta posterior, y seguramente al mismo precio o incluso menor, dados los precios actuales. Entretanto, bancos, notarios, inmobiliarias y demás chupasangres han vivido a tu costa.
2) Existen alternativas a la compra compulsiva.
3) A los precios actuales, no me da la gana de regalar mi dinero. Parece que a los ciudadanos de a pie, a la que reunimos unos miles de euros, no se nos ocurre otra cosa que endeudarnos para comprar ladrillos. O sea, que pasamos de tener dinero a tener deudas ¿?. Ocurre que la gente no sabe qué hacer con el dinero, y no entiende más que el ladrillo. Si tuviéramos un mínimo espíritu emprendedor, montaríamos empresas, invirtiríamos en sectores productivos, haríamos que este país saliera del monocultivo del tocho.
En fin, espero vuestros comentarios.
