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Ayer se presentaron un equipo de técnicos y promotores en el pueblo de mi padre para presentar un ambicioso proyecto. Tienen los terrenos y la intención de construir 300 viviendas de lujo junto a un gran campo de golf. Turismo de lujo del bueno.
El pueblo tiene unas 800 personas en invierno (aunque en verano se duplique con holgura) y en absoluto falta el agua. Es zona de montaña y muy bonita por cierto. Tienen una de las mejores zonas forestales de España y una riqueza medioambiental innegable: nunca hay incendios porque la gente ama el lugar donde vive.
Bien, pues el equipo este se presentó con una oferta que entusiasmaría a cualquiera y enloquecería a los alcaldes más cautos. Pero los técnicos primero se volvieron blancos y luego se quedaron a cuadros cuando vieron la respuesta unánime de la gente: váyanse ustedes por donde han venido.
El pueblo tiene unas 800 personas en invierno (aunque en verano se duplique con holgura) y en absoluto falta el agua. Es zona de montaña y muy bonita por cierto. Tienen una de las mejores zonas forestales de España y una riqueza medioambiental innegable: nunca hay incendios porque la gente ama el lugar donde vive.
Bien, pues el equipo este se presentó con una oferta que entusiasmaría a cualquiera y enloquecería a los alcaldes más cautos. Pero los técnicos primero se volvieron blancos y luego se quedaron a cuadros cuando vieron la respuesta unánime de la gente: váyanse ustedes por donde han venido.