Corriendo iba a dejar yo en manos de los políticos una herramienta como esa...
Los bancos, sobre todo, sirven para DAR FINANCIACIÓN. Su fin es dispersar el riesgo financiero, de modo que se abarate el crédito. Su misión, ajustar el coste de la financiación al riesgo de lo financiado, de modo que se financien principalmente actividades con posibilidad de generar un beneficio que supere el coste financiero.
De ese modo, el crédito nunca estrangula la economía, porque lo que gasto hoy a crédito me genera un beneficio mañana que me permite:
1.- pagar lo que gasté a crédito
2.- cubrir el coste del riesgo
3.- remunerar al que me prestó
4.- obtener un beneficio para mí.
Una banca privada tiene INCENTIVOS para cumplir su misión de la forma más eficiente posible: su propia supervivencia depende de que sea capaz de medir el riesgo de los proyectos a financiar, y como su fin último es obtener beneficio, rehuirá de conceder préstamos demasiado caros (pues perdería clientes y con ellos beneficio) o demasiado baratos (pues perdería dinero al no cubrir el riesgo de impago eficazmente)
Una banca pública, por contra, no tiene esos incentivos, ya que no le preocupa en principio ni maximizar el beneficio ni minimizar las posibles pérdidas. Si a eso se le suma que necesariamente, al ser pública, cae bajo el ámbito de influencia del PODER POLÍTICO, ya está el sarao montado. Se introducen en la simplísima ecuación de la banca INTERESES ESPURIOS con consecuencias desastrosas:
1.- Proyectos económicamente inviables, pero que producen gran RÉDITO POLÍTICO (AVEs al estanco de la esquina, autovías a Calasparra, aeropuertos sin aviones, circuitos urbanos de fórmula 1...), cuyo fin es, por supuesto, la reelección de su promotor
2.- Intereses económicos personales de los gestores, desalineados con los intereses de la propia banca, que resultan en la concesión de financiación a proyectos que objetivamente no la merecen, pero que "tienen padrino"
3.- Inevitabilidad de la corrupción, que desemboca directamente en desfalcos y triquiñuelas por parte de los individuos con mando en plaza para sacar dinero de la caja común (banca pública financiada con impuestos) y metérselo subrepticiamente en el BOLSILLO.
Al menos, en el caso de las CAJAS (que tenían todos los inconvenientes de la banca pública y ninguna de sus ventajas) había que disimular, y el rescate ha cantado un huevo.
Una banca pública sufragada con impuestos sería un sumidero insondable de dinero del contribuyente y una fuente eterna de deuda estatal, ¿Y todo para qué? para que EL PODER POLÍTICO tuviera financiación barata a costa de todos, mientras que el resto SE CREE que se financia barato y no sabe que lo rellenito lo está pagando en impuestos...