Las constantes subidas de los tipos de interés retrasan la venta de viviendas en Huelva
"La estabilidad de precios es buena para todos"
ANA VIVES CASAS
huelva. El encarecimiento de las hipotecas a raíz de la constante subida del Euríbor se ha notado no sólo en los bolsillos de los usuarios sino también en las inmobiliarias, que perciben cómo ahora está costando más tiempo vender un inmueble. Las empresas del sector aseguran que tanto en la vivienda nueva como en la de segunda mano ese espacio de tiempo se ha visto incrementado en una media de treinta días en nuestra provincia.
El bajo precio del dinero y las facilidades concedidas por las entidades bancarias para adquirir una vivienda facilitaron el boom inmobiliario en Huelva al igual que en el resto de provincias del país, convirtiendo al ladrillo en una fuente de inversión. Pero esas condiciones hoy han cambiado sustancialmente, tanto las que se refieren al precio del dinero (desde principios de año y hasta la fecha, el precio se ha elevado hasta el 3 por ciento y se prevé que incluso ese alza llegue en diciembre hasta el 3,50) como las que hacen referencia a los tipos de interés, especialmente el Euríbor que se presenta como el indicador más utilizado como referencia de los préstamos hipotecarios (que ha subido en agosto hasta el 3,61 por ciento, el nivel más alto desde el año 2002). Esta situación está comenzándose a apreciar en el mercado inmobiliario. Si antes un piso nuevo se vendía en un plazo medio de tres meses ahora se tarda un mes más, mientras que la segunda mano ha pasado de venderse en tres o cuatro meses a traspasarse en cinco. "Todo afecta, pero sí es verdad que el aumento constante del tipo de interés parece que está influyendo directamente en le sector", argumenta Adolfo Camacho, presidente de la Asociación de Agencias Inmobiliarias y a su vez propietario de Inmohuelva. Su opinión es compartida por las diferentes inmobiliarias consultadas por este diario, desde donde además se coincide a la hora de apuntar que es en las viviendas de segunda mano en las que más se ha percibido el incremento de los costes. Hasta ahora este tipo de inmueble registraba una constante plusvalía, que garantizaba al vendedor de una vivienda de segunda mano unos ingresos muy superiores a los importes que en su día había tenido que desembolsar para hacerse con ella. Así, si por término medio y según las estadísticas que maneja Camacho un piso de segunda mano se revalorizaba cada dos meses y medio, hoy ese incremento de precio se ha ralentizado y va en aumento cada cuatro meses y medio. Lo que pone de manifiesto que la suave deceleración del sector está más cerca que hace un año, cuando nadie se atrevía a poner fecha para la finalización de la "continua escalada" de los precios.
Esa cierta estabilidad no significa que el precio de la vivienda comience a bajar porque de momento el ladrillo sigue siendo una modalidad de inversión a largo plazo que "se mantendrá" mientras no aparezca otro modo más atractivo de obtener rentabilidad sobre los ahorros. De hecho, según el último informe de demanda de Tecnocasa los onubenses pagan más que hace seis meses por un piso, lo que demuestra que la demanda sigue apretando a pesar de las subidas de los precios. Concretamente, Tecnocasa apunta a una subida de un 7,99 por ciento en el precio de un piso de segunda mano respecto a diciembre de 2005, ya que el precio medio de una vivienda de este tipo durante el segundo semestre del año pasado se situaba en Huelva en 105.200 euros y ahora, este precio se eleva hasta los 113.607 euros. Aunque si se echa la vista atrás, hasta junio del año pasado se comprueba que los inmuebles se han revalorizado un 14,84 por ciento de media en todas las tipologías de viviendas, 14.683 euros más sobre los 98.924 euros que los onubenses ofrecían en junio de 2005.
A la hora de valorar el comportamiento del mercado, hay que diferenciar entre la compra de una primera vivienda, entendida como un bien de primera necesidad, en la que influye más directamente el precio, y la que se adquiere como una inversión. En el primer caso es donde parece que está dejando más huella la subida de los tipos de interés. Según las empresas del sector, la demanda de una primera vivienda ha dejado de estar en alza, para estabilizarse y dejar paso incluso a los alquileres. Si a principios de año se había registrado una cierta equiparación entre el mercado de primera necesidad y el de inversión, ahora ese incremento ha desaparecido, sobre todo porque quien accede a una primera vivienda es el colectivo de jóvenes que, por otra parte, no cuenta con unos salarios con los que se pueda hacer frente al constante incremento de precios. A esta circunstancia se añade que muchos de los inversores optan por poner en alquiler su vivienda en lugar de por venderla, lo que amplía la oferta y de momento, ofrece al usuario una amplia gama de posibilidades que antes no existía en la provincia. Por contra, la inversión en el sector inmobiliario no ha dejado de crecer y parece que no lo hará mientras no se ofrezca otro tipo de inversión que sea al menos tan atractiva como ésta, según constatan los empresarios del sector. El incremento de ventas se corrobora desde el Instituto nacional de Estadística. Según el INE, el número de hipotecas solicitadas para la compra de una vivienda ha crecido un 4 por ciento respecto al año pasado en Huelva, mientras que su valor se ha disparado hasta un 26 por ciento más. Y todo ello, a pesar de que el importe medio de las hipotecas a las que tiene que hacer frente el onubense que adquiere un inmueble ha subido un 21 por ciento en los últimos doce meses. "Se ha llegado a una cierta estabilidad en los precios y eso es bueno para todos". Así lo entiende el presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Huelva, Adolfo Camacho, quien considera que hasta hace poco los precios se disparaban de una forma incontrolable, algo que sobre todo achaca a la falta de suelo y por tanto al encarecimiento del mismo. "Los precios han subido una barbaridad" y el mercado no puede aguantar esa carestía". Prueba de ello es que las nuevas promociones no se venden "de golpe" y se está convirtiendo en habitual poder pasar por las construcciones y comprobar que permanecen los carteles en los que se anuncian la venta de inmuebles. Una circunstancia que es "positiva" porque en cierta medida puede terminar con la especulación.