Es que los interinos jamás de los jamases habían cobrado trienios hasta la aprobación de la Ley 7/2007. Claro que tampoco estaba previsto que un interino, que por naturaleza ocupa puestos por razón de necesidad o urgencia en tanto no sean cubiertos éstos por funcionario de carrera con carácter provisional o definitivo, fuese a permanecer tanto tiempo en su puesto como para dar lugar a trienios.
Realmente es una medida de ahorro bien magra: en nada comparable al ahorro derivado de la supresión de varios cientos de miles de puestos en las Administraciones. Y ésta es perfectamente posible, pues sólo en competencias duplicadas o superfluas el ahorro será mucho más que notable.
Claro está que no se puede echar a los interinos así como así porque se convertirán en pagados, dicen. Pero es que si no se convierte a unos cuantos en parados van a ser todos los que dejarán de cobrar más bien antes que después.
