El OP, sin ni siquiera darse cuenta, piensa igual que Arturo Pérez Reverte (y como el mencionado Sánchez Dragó). Se sienten superiores a sus congéneres, miembros de una casta superior.
La ideología de Arturo Pérez Reverte es precisamente la que sostiene el sistema: él bendice el gobierno de unos pocos sobre la mayoría. Es decir, bendice lo mismo que sus detractores que también defienden la existencia del ESTADO.
Leed este texto que enlazo a continuación, en el que se hace un buen resumen de cómo era la vida de los pueblos de la Alta Edad Media antes de que el ESTADO (en en aquel momento en forma de corona) tuviera el suficiente poder como para destruirlo todo. Arturo Pérez Reverte, al igual que la inmensa mayoría de intelectuales, está al servicio del poder, en su caso desde una posición crítica, justo la que más interesa al PODER, porque la hace parecer como correcta, suficiente y única.
PRECISIONES SOBRE EL FUERO DE MADRID DE 1202
Y recordad las palabras de este intelectual (de Pérez Reverte) sobre el pueblo español; lo llama español porque el desprecia a los pueblos ibéricos pre-españoles con cultura propia, pero veamos que también desprecia al "pueblo español" creado por el PODER, a partir de aquéllos pueblos primigenios:
"El español es un ser humano muy peligroso y somos parte de la enfermedad de este país"
Eso es lo que piensa de vosotros este intelectual, éste y todos los intelectuales famosos, todos al servicio del PODER.
No hace otra cosa que seguir al intelectual referente de todos, de izquierdas y de derechas: Ortega y Gasset
Ortega y Gasset, con rabia y pesadumbre, afirmaba que el pueblo "español" (los pueblos peninsulares) siempre fueron los que más y mejor combatieron contra toda forma de poder, los que menos se mimetizaron con las élites de poder y los que tenían más cultura propia que las élites que los pastoreaban, las cuales envidiaban u odiaban al PUEBLO por ello, ya que dichas élites locales lo único que hacían era copiar lo francés y lo inglés. Ortega y Gasset decía que el pueblo español no se dejaba dominar, y eso era intolerable. Decía que ese era el "problema de España". Y en esa línea, por tanto, el fin último de las élites ha sido destruir al PUEBLO en tanto que tal, para que sea cada menos menos posible la revolución popular; y en esas estamos, ya con la tarea casi completada, mediante el embrutecimiento generalizado del pueblo, demografía por los suelos y sustitución étnica mediante inmi gración.
Los pueblos ibéricos ENCAPSULADOS dentro de un ESTADO único fueron, muy al contrario de lo que afirman algunos, los que más y mejor combatieron contra el PODER (aunque finalmente fueran derrotados por el PODER).
Ahora ciertamente ya no... y ahora sí somos los peores; pero somos los peores porque a los buenos hay que destruirlos más y mejor que a los mediocres. Somos los peores porque nuestros antepasados del PUEBLO LLANO fueron los mejores.
La verdadera hispanidad, la de los pueblos ibéricos, era y es odiada y combatida por todas las élites de poder. Y han sido éstas las que han inoculado la división, enfrentamiento y repruebo entre iguales, porque de esa manera nadie necesita a nadie y todos dependen del ESTADO (de las minorías poderhabientes que lo conforman y de
sus creaciones, empezando por la principal, el capitalismo).
El famoso "atraso" de España, lejos de ser un problema, fue su salvación. El "atraso" era la muestra de LIBERTAD de los pueblos peninsulares, contra las intenciones del PODER. Quien precisamente terminó con el "atraso" fue precisamente quién nos dicen que nos "atrasó" ---> El franquismo fue MODERNIDAD A TODA MÁQUINA. El franquismo fue el que finalmente consiguió lo que los anteriores regímenes no habían conseguido: DERROTAR AL PUEBLO.
Ortega y Gasset es alabado (o no criticado, y mucho menos demonizado) por casi todas las corrientes ideológicas, ¿por qué será?
Ortega y Gasset:
“
En España no ha habido apenas feudalismo; sólo que esto, lejos de ser una virtud, fue nuestra primera gran desgracia y la causa de todas las demás" [desgracia para las élites, de las que se sentía parte]
En varias de sus obras Ortega se entristece de que la ruralidad ibérica sea tan amante de su libertad, rechace la jerarquía y miren como un igual a la gente que tiene por encima. Para él, el problema estriba en “
que es un país donde la masa es incapaz de prestar adoración al superior”... “
Las masas se han hecho indóciles frente a las minorías; no las obedecen, no las siguen, no las respetan, sino que, por el contrario, las dan de lado y las suplantan”.
Pasó Ortega cinco años de su vida en Alemania y quedó enamorado del respeto servil que encontró de la masa a los Heer (señores). Le fascinó observar, el cómo la élite universitaria alemana entre la que vivió, apreciaba fervorosamente el Manu Smriti (código de Manú) escrito por los indios arios, que codifica el sistema de castas hereditario y las etapas de la vida de los nacidos dos veces (miembros de las tres castas superiores). Insiste en sus escritos en que se necesita importar a la España plebeya la actitud de reverencia sincera que observó en el pueblo alemán hacia los ricos, poderosos y funcionarios. En sus años en Alemania quedará encandilado en especial por Hegel y Nietzsche.
Ortega apreciará reverencialmente al filósofo alemán Hegel (1770-1831). De él aprenderá que el Estado es nada menos que das irdische-Göttliche, esto es, “lo terrenal divino”. “
Todo lo que el hombre es, se lo debe al Estado; sólo dentro de él tiene su ser. Todo el valor que el hombre posee, toda su realidad espiritual la tiene a través del Estado”, “
toda actividad tiene su principio y su ejecución en la unidad decisiva de un Jefe”, “
en el Estado es donde se realiza concreta y positivamente la libertad”, dirá Hegel.
La misma idea fuerza planteada por Nietzsche en cuanto a la educación será planteada por Ortega y Gasset cuando hable de su “
pedagogía social como programa político”, del “
Estado como educador social” o de la “
nacionalización de las masas”. En Los problemas nacionales y la juventud Ortega dirá que:
“la masa-pueblo vegeta de una manera infrahumana, necesita de los pocos, de los elegidos, de las aristocracias jovenlandesales para que concreten y orienten su volición hacia un ideal social determinado”. “
El Estado y no el pueblo es el único ente con legitimidad para ejercer la educación de sus miembros… El Estado ha de ser el centro de la energía ciudadana y sólo a través de él se debe dar la actividad social de jovenlandesalización de la comunidad”.
Ortega habla de la necesidad de un Estado más poderoso que obligue, de una vez, a las gentes del campo a arrodillarse ante los aristoi o minorías selectas, como él las llamaba. Había que hacer olvidar al ibérico rústico y montaraz, mediante el control férreo de la escuela obligatoria, sus tradiciones concejiles, comunales y comunitarias de las que ya nos habló, por ejemplo, en sus investigaciones etnográficas, el aragonés Joaquín Costa.
Ortega, que identifica “vida local” con “vida no nacional” dice que “
el localismo en que vive de hecho España no puede aprovecharse directamente para fines nacionales [léase estatales]”.
La resistencia vigorosa de la sociedad rural hispánica ha sido un freno y un lastre pesadísimo para el desarrollo del poder imperial del Estado español y así lo remarcó Ortega. Ortega añorará el verdadero feudalismo que se desplegó del río Elba hacia oriente en el que había obediencia y respeto del Knecht (siervo) al Herr (señor). Propondrá importar ese espíritu para conseguir moldear las almas y las mentes de las masas ibéricas con el fin de elevar al Estado y al Capital hacia cotas más elevadas.
Esto está casi conseguido hoy en día.
Que del río Elba hacia Lisboa no haya habido necesidad de abolir la esclavitud en ningún momento de la historia desde el siglo V hacia nuestros días es por un motivo: porque no existía y fue abolida por las gentes de nuestra ruralidad; esto le descomponía sobremanera a nuestro “gran” pensador (Ortega es festejado, alabado y ensalzado por toda la actual élite política y social; centenares y centenares de calles, colegios, institutos, centros culturales, premios, una poderosa fundación… llevan su nombre).
Recomendó Ortega y Gasset a los dirigentes del Estado militarizar el campo y convertir al Ejército y al funcionariado en el centro de la vida nacional. Explicó que lo más urgente para combatir el pensamiento aldeano era “
germanizar España”. También quería expresar lo mismo cuando insistía en la necesidad de “
europeizar España”.
Para Ortega el ejército estatal era, textualmente,
“una de las creaciones más maravillosas de la espiritualidad humana”. En el ejército del Estado veía “
la acumulación de altísimas virtudes y de genialidad”. Consideraba a “
la guerra un motor biológico y un impulso espiritual que son altos valores de la humanidad” y a la imposición por la fuerza de las armas “
no una fuerza bruta, sino fuerza espiritual”.
Sobre el pueblo y las gentes populares decía: “
el Estado debe ser el Todo, el pueblo no debe actuar por sí mismo. La misión del pueblo es comprender que ha venido al mundo para ser dirigido, influido, representado, organizado. Pero, se ha de insistir, que no ha venido al mundo para hacer todo esto por sí. Se ha de referir la vida de la masa a la instancia superior, constituida por las minorías excelentes”.
El Cronista oficial del Estado español en los años del franquismo, Victor Ruiz Albéniz (1885- 1954), inspirado por los escritos de Ortega y Gasset, en su libro La conquista de Vizcaya propone establecer por ley un mínimo de dos “
castas” sociales: la primera la de los militares, ricos y altos funcionarios. Y la segunda la de “los que quedan en obligación y servidumbre para con ellos”
Extraído de
"Repico las campanas, llamando al combate"