¿Por qué a la "derechita" le encanta tanto el DINERO?

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Aunque el texto apenas lo va a leer nadie, conviene aclarar brevemente lo siguiente:

En la derecha democrática se sitúan por lo general los partidos más genuinamente representativos de la burguesía tradicional, tanto por su mensaje como por la procedencia social de su voto. No obstante, tras la verborrea de la derecha clásica, jovenlandesalista unas veces y modernizante otras, según aconsejen las circunstancias, no hay otra cosa que lo que ha habido siempre, es decir, afán de lucro, codicia desmedida, voluntad de dominio y, en definitiva, el más abyecto espíritu materialista. Así como los liberales son liberales con el comportamiento sensual pero no con las prácticas empresariales; los conservadores quieren preservar la cultura y la tradición, pero también están a favor de la economía de libre mercado y los intereses especuladores y bolsistas, que socaban las bases de nuestra raza y civilización. Solo desde la necedad o la hipocresía puede mantenerse que el capitalismo, auténtica esencia del alma burguesa, es compatible con religiosidad o rectitud jovenlandesal alguna como postula la derecha.

En la evolución del capitalismo se pueden distinguir claramente dos fases. En la primera, ascendente, la burguesía se afirma a través de unos valores sólidos, como la religión, la familia, la patria, etc. En la segunda fase, en la que el dominio es prácticamente absoluto y que se corresponde con la gran expansión del capitalismo, dichos valores y ciertas virtudes de las que también hacía gala, como la honradez y la decencia, dejaron de serle útiles, convirtiéndose más bien en trabas de las que era preciso desembarazarse. Esta tarea de demolición, que culminó en los movimientos contraculturales de los años 60, la llevó a cabo la izquierda y la continúa realizando hoy, lo que ha permitido que los sectores burgueses más conservadores sigan disponiendo de los valores aludidos y puedan acudir nuevamente a ellos cuando la coyuntura lo requiera. Por lo tanto, si la derecha representa los postulados convencionales del capitalismo primitivo, la izquierda enarbola los infravalores ideológicos alumbrados por el capitalismo expansivo y globalista vigente en la actualidad.

Hitler ya señalaba la farsa del supuesto patriotismo de los conservadores alemanes. «Simular una pasión nacional le sienta tan bien a nuestra desapasionada y corrompida burguesía como a una vieja meretriz la mímica del amor. Todo es ficción en ellos» (Raza y Destino, 1928). Porque al margen de su discurso patriotero y jovenlandesalizante, sin ninguna salvedad, estos acaban a la postre siendo reemplazados o traduciéndose en una sucesión de cifras, tantos por ciento, estadísticas y porcentajes económicos, sin que parezca existir nada que interese o preocupe más a esta clase de señoritos, millonarios y patriotas de puro y clavel que la marcha de la economía. Esto ha generado siempre, de manera inequívoca, una sociedad injusta, clasista, deshumanizada, obsesionada por el lujo y el dinero, terreno idóneo para las tramas de la masonería y sus mafias empresariales.

Lógicamente el pesebre conservador, tan adicto al dinero y vacío siempre de contenido ideológico y no digamos realmente alternativo, acaba defendiendo los mismos planteamientos y postulados igualitaristas y antirracistas que la extrema izquierda, consolidando así el caos racial que la entrada masiva de pagapensiones extraeuropeos ha generado en la actualidad y que tan felices hace siempre a los judíos, al haberse apartado de los más elementales criterios y puntos de vista raciales. El valor de la sangre, la idea de la personalidad y el instinto de autoconservación amenazan así lentamente con perderse para el pueblo español.

Es lógico que el judío acoja con especial complacencia semejante situación, ya que únicamente sobre el bastardeamiento y «negrificación» de la población española, que descansa sobre los cimientos que la infusión de sangre nórdica ha creado en el curso de los siglos, podrá el judío —inclinado naturalmente hacia el capitalismo y la especulación financiera― alzarse de manera triunfal en su afán de dominación. Una vez que los últimos restos de esta sangre nórdica queden eliminados, la faz de la cultura europea quedará completamente modificada, puesto que la consecuencia lógica de este abominable mestizaje es un descenso del valor racial de nuestro pueblo, y el resultado definitivo, la decadencia —hoy más visible que nunca―, es decir, la pérdida de todas esas virtudes que condicionan la grandeza de una civilización, garantizan su existencia y promueven su futuro. La continuación de este estado de cosas ―mezcla racial y dominación financiera—, significa únicamente nuestra desaparición.

Y resulta sorprendente constatar como en esa política de pervertir las bases biológicas y raciales de la sociedad, en este caso la española, van de la mano con masones, izquierdistas y separatistas con quienes comparten la misma e implacable determinación a la hora de combatir y reprimir el patriotismo racial, anticapitalista, y cualquier manifestación política de signo nacionalsocialista. Añade nuevamente Hitler en otro párrafo a propósito de dichos partidos «nacionales» y «patrióticos» de origen burgués y democrático: «Luchan contra cualquiera que se oponga a la adulteración de la sangre de nuestro pueblo y persiguen a todo alemán que combata contra la desgermanización, negrificación y judaización de nuestro pueblo en las grandes ciudades, procesos que ellos mismos instigan y patrocinan».

Así, todas estas fuerzas demoliberales y neoconservadoras, ya sea por infiltración judía y masónica en su dirección, por acatar los principios del capital y la democracia (o sea, los principios judeo-materialistas), por ignorancia supina de su clase dirigente, por sugestión provocada o por simple sumisión, aburguesamiento o envenenamiento al mundo moderno, se les «perdona» la vida y se les permite participar de las triquiñuelas parlamentarias al ser su concepción política completamente estéril (ya sea de tipo nacional, internacional o económica) como valiosa en términos judeo-liberales y hasta marxistas, al confraternizar con los mismos. Pretenden rescatarnos del «matrix progre» para sumergirnos en el «matrix liberal», que viene a ser lo mismo solo que con otro barniz.

Esta ya antigua asociación con el judaísmo mercantilista ha convertido pública y oficialmente a la derecha neoliberal y antifascista kosher en los principales testaferros de la economía de mercado y en los más firmes valedores del Estado terrorista de Israel, mientras que al mismo tiempo sus medios de difusión no cesan en sus histéricas condenas contra el antisemitismo o el racismo, siendo los mass media liberales donde dichos anatemas acaban encontrando el mayor eco.

Así nos encontramos a los supuestos «adversarios» en el terreno periodístico —“EL PAIS”, “La Gaceta”, “El Mundo”, “Público”, etc.―, defendiendo idénticos planteamientos en esta materia de condena unánime. Una extraña coincidencia de los «mass media» democráticos, que una vez eliminado el peligro común —el «nancy-fascismo» en este caso, tan fantasmagórico como hábilmente recurrente―, reanudarán la implacable guerra de clanes por hacerse con el mayor control y monopolio del pastel informativo dentro del más puro esquema capitalista. Y es que el espantajo de la «amenaza fascista» y «antidemocrática» es utilizado por el Sistema y sus propagandistas para descalificar, con fundamento o sin él, todo aquello que pretenda oponerse a su orden corrupto. De hecho, esta táctica viene siendo utilizada regularmente desde hace décadas, con resultados óptimos, pues el mecanismo psicológico, pese a su simpleza, es de una eficacia temible. Por tanto, quien albergue alguna duda sobre los intereses a los que sirven los «mass media» no tiene más que mirar a su alrededor y buscar alguno mínimamente destacado que mantenga una línea ideológica opuesta al modelo vigente.

A través de sus canales de información, la prensa nacional-burguesa se pretende constituir en la defensora de la familia, de los valores jovenlandesales, y hasta del honor nacional, mientras paralelamente pregona constantemente las bondades democráticas —declaradas enemigas de todo lo anterior y a la que deben su misma existencia― y se consagra como la más firme defensora de la economía liberal-capitalista de los Milton Friedman, los Wolfowitz, los Wolfenson, los Samuelsson, los Soros, los Rothschild, los Botín, etc., y demás gente expoliadora hebraica que tiraniza a nuestra raza.

El judío como parásito, enemigo acérrimo de todo valor y estado genuinamente blanco/ario, es así glorificado por todos estos «patriotas» burgueses y «anticomunistas» consensuados de postín, los Ansón, Aznar, Conde, Marhuenda, Vidal, Losantos, Dávila, Abascal, García Serrano, López Schilling, Carlos Cuesta, Esperanza Aguirre, Juan Manuel de Prada, etc., a través de sus órganos de expresión plutocráticos (Intereconomía, El Toro TV, 7NN, 13 TV, Cope, Libertad Digital, Minuto Digital, Vocento, “La Gaceta”, “ABC”, “El Mundo”, “La Razón” y otras hierbas venenosas) infeudados por completo a los intereses y principios materialistas e ideológicos de la finanza cosmopolita judía. Saben muy bien que de esta determinada manera les es permitido por los dioses cabalistas proclamar a voz en grito sus folclóricos sentimientos «patrióticos» dentro de una economía globalizada que ellos mismos fomentan e invocar una supuesta «lucha nacional» (el ridículo «patriotismo constitucional»), sin ser vapuleados y defenestrados por los órganos de la prensa judía y los verdaderos detentadores del oro, al que sirven ciegamente desde siempre, lo quieran o no, lo sepan o no.

Precisamente se puede constatar que frente a la fauna que ha prosperado intelectualmente en España al calor de casi cinco décadas de dictadura marxista y demoliberal, ha conseguido «despegarse» un grupo de sesudos críticos cuyo empuje político sin embargo, ha encontrado acomodo en los sectores conservadores del capitalismo sionista más agresivo como es el caso de Intereconomía. Entre esta plantilla de alfiles de la «derechita valiente» que dan forma a este variado aunque reducido conglomerado, se encuentran individuos y líderes de opinión como el periodista «joseantoniano» Eduardo García Serrano, tránsfugas de la Nueva Derecha como José Javier Esparza, demócratas confesionales (y masón encubierto) como Juan Manuel de Prada, el ubicuo historiador Fernando Paz, colaborador de “La Gaceta”, el catedrático y experto en masonería Alberto Bárcena, algún ultra y ex Fejons reciclado (Kiko Monasterio, Javier Villamor, García Isaac, etc) y otros «teóricos» jovenlandesalizantes con los que se pretende dotar de «doctrina» y trasfondo «ideológico» a la «derecha auténtica» española (completamente fascinada con esa estrella de la telebasura llamada Donald Trump, genuino representante del «american way of life»), cuyo lenguaje en algunos momentos no hubiese desmerecido los mejores parabienes de los avezados cruzados ideológicos de la CIA durante los años más plomizos de la Guerra Fría.

El caso de Esparza es ilustrativo, ya que, disfrazado piadosamente ahora tras el cortinaje democrático que favorece todas sus ambigüedades, este dilitante alt right ―enfrascado en la «reconstrucción de la derecha española» a través de Vox, partido al que se halla afiliado— es el ejemplar de «disidente» (si es que lo fue en algún momento) más sobresaliente de cuantos en España han vendido su alma al Diablo a cambio de excelentes carreras profesionales que les garantice una vida cómoda y una nómina asegurada al final de cada mes, haciendo compatible su «idealismo» con un vasallaje sin límites al Sistema, mientras pontifica y gesticula como un «alternativo». Todos ellos hacen posible que la democracia judía, es decir, la dictadura del dinero, se prolongue y ruede sin estridencias, y que la derecha ―en cualquiera de sus múltiples tendencias, gamas, barnices o denominaciones— financiera, kosher y antinazi, uno de sus rostros de recambio, se eternice así en su parasitaria existencia.

En realidad, la máxima de Intereconomía, al margen de planteamientos ideológicos y jovenlandesalistas típicos de la derecha burguesa, son los intereses de la Bolsa y la defensa del Mercado, o lo que es lo mismo, la primacía del dinero y el culto a mammon como único valor supremo. Aunque este grupo es, al parecer, propiedad nominal de gentiles, como cualquier empresa periodística está en mayor o menor grado influenciado accionarialmente por capitalistas judaizados o adictos a la causa judía, o sea, todos elementos básicos del Sistema Plutocrático Sionista. Su espíritu bolsista y mercantilista queda claramente de manifiesto hasta en la misma cabecera del grupo. Y el Mercado no es más que un entorno económico dirigido por la ley del máximo beneficio.

Tanto el Grupo empresarial Intereconomía y Libertad Digital de Jiménez Losantos que se destacan precisamente por su línea ideológica neoliberal, son de la misma catadura que el FMI, el Banco Mundial, la Trilateral, el Banco Central Europeo, los inversores y especuladores de Wall Street, y de los que están aplicando sus normas de explotación salarial y laboral a los trabajadores con la finalidad de enriquecer a bancos, multinacionales, eléctricas y empresarios que esquilman literalmente al pueblo. El neoliberalismo es, sobre todo, un instrumento ideológico al servicio del capitalismo financiero judío apátrida y transnacional que trata de orientar el proceso de globalización por ellos impulsado, para su beneficio bajo la parodia democrática. Sus propósitos son los de justificar el dominio económico y político de la élite judía en el mundo y respaldar argumentalmente sus posibilidades de saqueo sin freno, es decir, su libre ir y venir por los confines de la tierra en un proceso depredador cuya magnitud no ha tenido hasta ahora precedentes. La libertad no existe en democracia. Ésta es sólo la hipocresía del Capital para justificar su dictadura del dinero y de los grupos de poder mundialistas y sionistas que lo manejan. Dentro de este contexto, Ariza y sus becarios telepredicadores son a la derecha lo que Polanco y la masonería a la izquierda, simplemente, han encontrado un sector en el que explotar sus negocios, especialmente en lo referente a sus conexiones políticas y económicas. Para Ariza, hasta hace poco compañero de viaje de judíos y masones, el fin justifica los medios.

Por otro lado, en cuanto a los infundios que atribuyen simpatías y concomitancias de este grupo con la ultraderecha clásica y convencional, nada hay de cierto. Por el contrario ésta ha sido completamente vetada en la práctica totalidad de sus órganos de información. Obviamente los responsables de este grupo han de tener instrucciones muy precisas al respecto para cubrirse las espaldas ante posibles acusaciones de facilitar el acceso mediático a la «extrema derecha», una opción políticamente desaparecida en España, que sin embargo no ha cejado en sus intentos por establecer fructíferos y candorosos amores con dicho grupo de comunicación.

Parece que últimamente este cortejo ha llegado a su climax, pues, Intereconomía, la televisión «orgullosa de ser de derechas», ha estado dando voz ―junto con otros medios de comunicación más inconfesables y deplorables como el periódico digital El Español, que ahora dirige el magnate del cuarto poder y masón Pedro J. Ramírez— a colectivos como Hogar Social Madrid, el clásico grupúsculo juvenil marginal de extrema-derecha (autotitulado «social-patriota») que quiere subirse a la ola de populismo palanganero neoconservador que recorre Europa (sufragado generalmente con fondos provenientes de países como Rusia e Israel, además de servir de apoyo no solo para las actividades desestabilizadoras encubiertas de sus agentes de inteligencia sino para sus intereses geoestratégicos) con la finalidad de ocupar el gran espacio dejado a la derecha por el Partido Popular. Es una hoja de ruta sobradamente conocida, con un claro precedente en nuestro país en el año 1939.

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Última edición:
Que te guste el dinero, no es malo.

Lo malo es que te guste el dinero de los demás, como a la izquierdita.
El problema es que solo hay un modelo económico, que es el que sostiene a la "izquierda" y al que se adhiere complacidamente la "derecha".
En realidad, la crítica teórica que la izquierda ha efectuado históricamente del capitalismo es hasta cierto punto acertada, pues ese es el papel que se le ha reservado. El problema es que peca al llevarlo a la práctica.
Todo eso ya lo analizo en el texto.
 
Más bien se podría decir que la derecha liberal (no tanto a la nacionalista o patriótica) suele valorar a las personas según el tamaño de su cuenta bancaria o el valor de sus propiedades, sin tener en cuenta su origen, incluso sin distinguir si ha labrado legítimamente su riqueza o la ha conseguido mediante procedimientos poco o nada éticos.
 
Lo que muchos políticos no se enteran, sobre todo los de izquierda, es que en la gestión de un país, lo más crítico es gestionar la economía, porque si gestionas bien a nivel económico, y tienes superavit, todo esto redunda en bienestar social, inversiones, sanidad, educación, etc., porque no se nos olvide que todo esto cuesta dinero, y si no lo tienes ahondas en la cosa más al país. Es similar a una economía doméstica, primero es tener unos ingresos que te permitan cubrir las necesidades básicas, comer, dormir, no pasar frío, y si esos ingresos siguen aumentando, tendrá la posibilidad de vacaciones, caprichos, fiesta, ongs, etc., pero lo primero es cubrir necesidades básicas y gestionar para entrar en superavit, y esa situación dará para pagar el resto.
 
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Están enfermos de posesividad. Quieen poseer y poseer. Son como rocas y acaban poseídos por sus posesiones. Muchos de los hombres muertos en Ucrania son pequeños propietarios aferrados a sus posesiones. En vez de largarse a Noruega a cobrar +3.000€ al mes y vivir en paz en un entorno de lujo se aferran a sus minifundios hasta la fin por miedo a perderlos.
Biológicamente puede estar relacionado con un exceso de zinc en el cuerpo.


Desapego / No posesividad (Aparigraha)


Aparigraha, nos enseña a no consumir ni acumular más de lo que necesitamos para llevar una vida sencilla y tranquila. Cuando acumulamos más de lo que necesitamos, significa que otros no lo obtendrán y el jainismo lo considera una forma de robar.

El deseo ilimitado de poder y riqueza nos ha hecho perder el sentido del respeto por los demás. Esta actitud, a su vez, ha creado un abismo entre los que tienen y los que no tienen, y esto ha resultado en la pérdida de la fe mutua y el sentido de hermandad. Este deseo de acumular más poder y riqueza se llama "Parigraha ilimitado o ilimitado".

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Mahavira considera a parigraha (lo opuesto a aparigraha) como la causa de nuestra esclavitud al mundo.

Todo deseo contamina nuestras almas; y obligados por nuestros deseos, nos entregamos a varias actividades que resultan en kashayas y sufrimiento para nosotros. El deseo de adquirir y poseer varias cosas mundanas como tierras, casas, oro, plata y dinero en efectivo es natural para todos los humanos. Sin embargo, este deseo no debe volverse insensible.

Esta verdad también se establece en el Mahabharata: en lo que respecta a la satisfacción de la necesidad orgánica de uno, todos tienen derecho a usar los dones de la naturaleza; pero el que trata de apoderarse de ellos y priva a otros de ellos, es un ladrón.

El jainismo no está solo en su creencia de que la causa raíz del sufrimiento es el apego a los objetos mundanos y la lujuria por su disfrute. Todas las tradiciones espirituales están de acuerdo en esto.

Parigraha (lo opuesto a aparigraha) es también un apego mental obsesivo a la posesión.

Cuando el apego a los objetos de posesión se vuelve incontrolable o irrazonable, la mente se ve afectada por pasiones de codicia y engaño. Tales mentes se vuelven entonces ignorantes de la Fe Correcta, el Conocimiento Correcto y la Conducta Correcta. La obsesión o el apego de cualquier tipo se convierte en fuente de infelicidad y maldad.


Ahora vamos a decodificar Aparigraha
  • El materialismo no tiene un medio efectivo para saciar la sed de posesión de objetos mundanos.
  • Sin embargo, el concepto de Parigrah Parimana (posesión mínima para una supervivencia saludable) no prohíbe que un individuo satisfaga sus necesidades básicas como vivienda, hambre, sed, etc.
Algunas citas de las Escrituras del Señor Mahavira:
  • La riqueza no puede dar felicidad y paz a los humanos. Alguien que amasó riqueza con miras a lograr la paz en la vida comete un terrible error. De hecho, cuanto más gana riqueza, más atado está.
  • Todos los objetos del mundo son transitorios, y no pueden dar verdadera felicidad y que uno dejará este mundo sin estar acompañado por sus amigos y familiares o cualquier pariente y mucho menos para pensar en la riqueza.
  • Los deseos del ser humano son infinitos, y tan infinitos que nunca se pueden saciar incluso si la riqueza del mundo entero, incluido todo el oro y la plata, se pone a su disposición.

El voto de Aparigraha para los laicos jainistas es “Parigraha Parimana Vrat”, lo que significa que pueden tener posesiones limitadas para su supervivencia saludable.

  • Para el cabeza de familia, no es posible una renuncia absoluta a Parigraha. Sin embargo, uno debe decidir voluntariamente sobre la extensión de la propiedad y la riqueza que desea adquirir y abstenerse de todas las actividades de adquisición una vez alcanzado el objetivo.
  • Cualquier posesión adicional más allá de estas supervivencias, se considera una forma de robo y no debe ser acumulada por ellos.

Resumen
Hay muchos matices que debemos entender cuando se trata de Aparigraha. Necesitamos entender la naturaleza y el impacto de nuestras posesiones internas y externas y mentalidad posesiva .

Como la renuncia absoluta a la parigraha no es posible para nosotros, los laicos, nuestro trabajo espiritual es reconocer nuestra mentalidad con respecto a las posesiones materiales, la programación cultural y luego romper esas barreras de modo que cualquier forma de parigraha no cause sufrimiento y kashayas dentro de nosotros y en otros a nuestro alrededor.

Además, comprender y practicar Aparigraha sienta las bases para que practiquemos todos los demás principios jainistas y para nuestro crecimiento espiritual. La mentalidad de no vincular nuestro sentido de identidad, nuestro valor, nuestra felicidad a las posesiones o logros materiales, puede liberarnos de la comparación, la competencia y varios otros kashayas que conducen al sufrimiento emocional, mental y físico.

Aparigraha nos enseña a no consumir ni acumular más de lo que necesitamos y solo obtener lo que necesitamos para vivir bien. Nuestra codicia y posesiones excesivas de material también está explotando directa e indirectamente nuestro medio ambiente. Podemos utilizar las posesiones materiales pero con la conciencia de su naturaleza transitoria y su impacto en otros seres vivos y el medio ambiente. Queremos ser conscientes de nuestras elecciones y el artículo sobre la crisis climática también habla sobre formas de practicar Aparigraha para vivir una vida respetuosa con el medio ambiente. Tenemos que pensar en cuánto necesitamos? ¿Y cuánto es suficiente?


 
Aunque el texto apenas lo va a leer nadie, conviene aclarar brevemente lo siguiente:

En la derecha democrática se sitúan por lo general los partidos más genuinamente representativos de la burguesía tradicional, tanto por su mensaje como por la procedencia social de su voto. No obstante, tras la verborrea de la derecha clásica, jovenlandesalista unas veces y modernizante otras, según aconsejen las circunstancias, no hay otra cosa que lo que ha habido siempre, es decir, afán de lucro, codicia desmedida, voluntad de dominio y, en definitiva, el más abyecto espíritu materialista. Así como los liberales son liberales con el comportamiento sensual pero no con las prácticas empresariales; los conservadores quieren preservar la cultura y la tradición, pero también están a favor de la economía de libre mercado y los intereses especuladores y bolsistas, que socaban las bases de nuestra raza y civilización. Solo desde la necedad o la hipocresía puede mantenerse que el capitalismo, auténtica esencia del alma burguesa, es compatible con religiosidad o rectitud jovenlandesal alguna como postula la derecha.

En la evolución del capitalismo se pueden distinguir claramente dos fases. En la primera, ascendente, la burguesía se afirma a través de unos valores sólidos, como la religión, la familia, la patria, etc. En la segunda fase, en la que el dominio es prácticamente absoluto y que se corresponde con la gran expansión del capitalismo, dichos valores y ciertas virtudes de las que también hacía gala, como la honradez y la decencia, dejaron de serle útiles, convirtiéndose más bien en trabas de las que era preciso desembarazarse. Esta tarea de demolición, que culminó en los movimientos contraculturales de los años 60, la llevó a cabo la izquierda y la continúa realizando hoy, lo que ha permitido que los sectores burgueses más conservadores sigan disponiendo de los valores aludidos y puedan acudir nuevamente a ellos cuando la coyuntura lo requiera. Por lo tanto, si la derecha representa los postulados convencionales del capitalismo primitivo, la izquierda enarbola los infravalores ideológicos alumbrados por el capitalismo expansivo y globalista vigente en la actualidad.

Hitler ya señalaba la farsa del supuesto patriotismo de los conservadores alemanes. «Simular una pasión nacional le sienta tan bien a nuestra desapasionada y corrompida burguesía como a una vieja meretriz la mímica del amor. Todo es ficción en ellos» (Raza y Destino, 1928). Porque al margen de su discurso patriotero y jovenlandesalizante, sin ninguna salvedad, estos acaban a la postre siendo reemplazados o traduciéndose en una sucesión de cifras, tantos por ciento, estadísticas y porcentajes económicos, sin que parezca existir nada que interese o preocupe más a esta clase de señoritos, millonarios y patriotas de puro y clavel que la marcha de la economía. Esto ha generado siempre, de manera inequívoca, una sociedad injusta, clasista, deshumanizada, obsesionada por el lujo y el dinero, terreno idóneo para las tramas de la masonería y sus mafias empresariales.

Lógicamente el pesebre conservador, tan adicto al dinero y vacío siempre de contenido ideológico y no digamos realmente alternativo, acaba defendiendo los mismos planteamientos y postulados igualitaristas y antirracistas que la extrema izquierda, consolidando así el caos racial que la entrada masiva de pagapensiones extraeuropeos ha generado en la actualidad y que tan felices hace siempre a los judíos, al haberse apartado de los más elementales criterios y puntos de vista raciales. El valor de la sangre, la idea de la personalidad y el instinto de autoconservación amenazan así lentamente con perderse para el pueblo español. Es lógico que el judío acoja con especial complacencia semejante situación, ya que únicamente sobre el bastardeamiento y «negrificación» de la población española, que descansa sobre los cimientos que la infusión de sangre nórdica ha creado en el curso de los siglos, podrá el judío —inclinado naturalmente hacia el capitalismo y la especulación financiera― alzarse de manera triunfal en su afán de dominación. Una vez que los últimos restos de esta sangre nórdica queden eliminados, la faz de la cultura europea quedará completamente modificada, puesto que la consecuencia lógica de este abominable mestizaje es un descenso del valor racial de nuestro pueblo, y el resultado definitivo, la decadencia —hoy más visible que nunca―, es decir, la pérdida de todas esas virtudes que condicionan la grandeza de una civilización, garantizan su existencia y promueven su futuro. La continuación de este estado de cosas ―mezcla racial y dominación financiera—, significa únicamente nuestra desaparición.

Y resulta sorprendente constatar como en esa política de pervertir las bases biológicas y raciales de la sociedad, en este caso la española, van de la mano con masones, izquierdistas y separatistas con quienes comparten la misma e implacable determinación a la hora de combatir y reprimir el patriotismo racial, anticapitalista, y cualquier manifestación política de signo nacionalsocialista. Añade nuevamente Hitler en otro párrafo a propósito de dichos partidos «nacionales» y «patrióticos» de origen burgués y democrático: «Luchan contra cualquiera que se oponga a la adulteración de la sangre de nuestro pueblo y persiguen a todo alemán que combata contra la desgermanización, negrificación y judaización de nuestro pueblo en las grandes ciudades, procesos que ellos mismos instigan y patrocinan».

Así, todas estas fuerzas demoliberales y neoconservadoras, ya sea por infiltración judía y masónica en su dirección, por acatar los principios del capital y la democracia (o sea, los principios judeo-materialistas), por ignorancia supina de su clase dirigente, por sugestión provocada o por simple sumisión, aburguesamiento o envenenamiento al mundo moderno, se les «perdona» la vida y se les permite participar de las triquiñuelas parlamentarias al ser su concepción política completamente estéril (ya sea de tipo nacional, internacional o económica) como valiosa en términos judeo-liberales y hasta marxistas, al confraternizar con los mismos. Pretenden rescatarnos del «matrix progre» para sumergirnos en el «matrix liberal», que viene a ser lo mismo solo que con otro barniz.

Esta ya antigua asociación con el judaísmo mercantilista ha convertido pública y oficialmente a la derecha neoliberal y antifascista kosher en los principales testaferros de la economía de mercado y en los más firmes valedores del Estado terrorista de Israel, mientras que al mismo tiempo sus medios de difusión no cesan en sus histéricas condenas contra el antisemitismo o el racismo, siendo los mass media liberales donde dichos anatemas acaban encontrando el mayor eco.

Así nos encontramos a los supuestos «adversarios» en el terreno periodístico —“EL PAIS”, “La Gaceta”, “El Mundo”, “Público”, etc.―, defendiendo idénticos planteamientos en esta materia de condena unánime. Una extraña coincidencia de los «mass media» democráticos, que una vez eliminado el peligro común —el Fascismo en este caso, tan fantasmagórico como hábilmente recurrente―, reanudarán la implacable guerra de clanes por hacerse con el mayor control y monopolio del pastel informativo dentro del más puro esquema capitalista. Y es que el espantajo de la «amenaza fascista» y «antidemocrática» es utilizado por el Sistema y sus propagandistas para descalificar, con fundamento o sin él, todo aquello que pretenda oponerse a su orden corrupto. De hecho, esta táctica viene siendo utilizada regularmente desde hace décadas, con resultados óptimos, pues el mecanismo psicológico, pese a su simpleza, es de una eficacia temible. Por tanto, quien albergue alguna duda sobre los intereses a los que sirven los «mass media» no tiene más que mirar a su alrededor y buscar alguno mínimamente destacado que mantenga una línea ideológica opuesta al modelo vigente.

A través de sus canales de información, la prensa nacional-burguesa se pretende constituir en la defensora de la familia, de los valores jovenlandesales, y hasta del honor nacional, mientras paralelamente pregona constantemente las bondades democráticas —declaradas enemigas de todo lo anterior y a la que deben su misma existencia― y se consagra como la más firme defensora de la economía liberal-capitalista de los Milton Friedman, los Wolfowitz, los Wolfenson, los Samuelsson, los Soros, los Rothschild, los Botín, etc., y demás gente expoliadora hebraica que tiraniza a nuestra raza. El judío como parásito, enemigo acérrimo de todo valor y estado genuinamente blanco/ario, es así glorificado por todos estos «patriotas» burgueses y «anticomunistas» consensuados de postín, los Ansón, Aznar, Conde, Marhuenda, Vidal, Losantos, Dávila, Abascal, García Serrano, López Schilling, Carlos Cuesta, Esperanza Aguirre, Juan Manuel de Prada, etc., a través de sus órganos de expresión plutocráticos (Intereconomía, El Toro TV, 7NN, 13 TV, Cope, Libertad Digital, Minuto Digital, Vocento, “La Gaceta”, “ABC”, “El Mundo”, “La Razón” y otras hierbas venenosas) infeudados por completo a los intereses y principios materialistas e ideológicos de la finanza cosmopolita judía. Saben muy bien que de esta determinada manera les es permitido por los dioses cabalistas proclamar a voz en grito sus folclóricos sentimientos «patrióticos» dentro de una economía globalizada que ellos mismos fomentan e invocar una supuesta «lucha nacional» (el ridículo «patriotismo constitucional»), sin ser vapuleados y defenestrados por los órganos de la prensa judía y los verdaderos detentadores del oro, al que sirven ciegamente desde siempre, lo quieran o no, lo sepan o no.

Precisamente se puede constatar que frente a la fauna que ha prosperado intelectualmente en España al calor de casi cinco décadas de dictadura marxista y demoliberal, ha conseguido «despegarse» un grupo de sesudos críticos cuyo empuje político sin embargo, ha encontrado acomodo en los sectores conservadores del capitalismo sionista más agresivo como es el caso de Intereconomía. Entre esta plantilla de alfiles de la «derechita valiente» que dan forma a este variado aunque reducido conglomerado, se encuentran individuos y líderes de opinión como el periodista «joseantoniano» Eduardo García Serrano, tránsfugas de la Nueva Derecha como José Javier Esparza, demócratas confesionales (y masón encubierto) como Juan Manuel de Prada, el ubicuo historiador Fernando Paz, colaborador de “La Gaceta”, el catedrático y experto en masonería Alberto Bárcena, algún ultra y ex Fejons reciclado (Kiko Monasterio, Javier Villamor, García Isaac, etc) y otros «teóricos» jovenlandesalizantes con los que se pretende dotar de «doctrina» y trasfondo «ideológico» a la «derecha auténtica» española (completamente fascinada con esa estrella de la telebasura llamada Donald Trump, genuino representante del «american way of life»), cuyo lenguaje en algunos momentos no hubiese desmerecido los mejores parabienes de los avezados cruzados ideológicos de la CIA durante los años más plomizos de la Guerra Fría.

El caso de Esparza es ilustrativo, ya que, disfrazado piadosamente ahora tras el cortinaje democrático que favorece todas sus ambigüedades, este dilitante alt right ―enfrascado en la «reconstrucción de la derecha española» a través de Vox, partido al que se halla afiliado— es el ejemplar de «disidente» (si es que lo fue en algún momento) más sobresaliente de cuantos en España han vendido su alma al Diablo a cambio de excelentes carreras profesionales que les garantice una vida cómoda y una nómina asegurada al final de cada mes, haciendo compatible su «idealismo» con un vasallaje sin límites al Sistema, mientras pontifica y gesticula como un «alternativo». Todos ellos hacen posible que la democracia judía, es decir, la dictadura del dinero, se prolongue y ruede sin estridencias, y que la derecha ―en cualquiera de sus múltiples tendencias, gamas, barnices o denominaciones— financiera, kosher y antinazi, uno de sus rostros de recambio, se eternice así en su parasitaria existencia.

En realidad, la máxima de Intereconomía, al margen de planteamientos ideológicos y jovenlandesalistas típicos de la derecha burguesa, son los intereses de la Bolsa y la defensa del Mercado, o lo que es lo mismo, la primacía del dinero y el culto a mammon como único valor supremo. Aunque este grupo es, al parecer, propiedad nominal de gentiles, como cualquier empresa periodística está en mayor o menor grado influenciado accionarialmente por capitalistas judaizados o adictos a la causa judía, o sea, todos elementos básicos del Sistema Plutocrático Sionista. Su espíritu bolsista y mercantilista queda claramente de manifiesto hasta en la misma cabecera del grupo. Y el Mercado no es más que un entorno económico dirigido por la ley del máximo beneficio.

Tanto el Grupo empresarial Intereconomía y Libertad Digital de Jiménez Losantos que se destacan precisamente por su línea ideológica neoliberal, son de la misma catadura que el FMI, el Banco Mundial, la Trilateral, el Banco Central Europeo, los inversores y especuladores de Wall Street, y de los que están aplicando sus normas de explotación salarial y laboral a los trabajadores con la finalidad de enriquecer a bancos, multinacionales, eléctricas y empresarios que esquilman literalmente al pueblo. El neoliberalismo es, sobre todo, un instrumento ideológico al servicio del capitalismo financiero judío apátrida y transnacional que trata de orientar el proceso de globalización por ellos impulsado, para su beneficio bajo la parodia democrática. Sus propósitos son los de justificar el dominio económico y político de la élite judía en el mundo y respaldar argumentalmente sus posibilidades de saqueo sin freno, es decir, su libre ir y venir por los confines de la tierra en un proceso depredador cuya magnitud no ha tenido hasta ahora precedentes. La libertad no existe en democracia. Ésta es sólo la hipocresía del Capital para justificar su dictadura del dinero y de los grupos de poder mundialistas y sionistas que lo manejan. Dentro de este contexto, Ariza y sus becarios telepredicadores son a la derecha lo que Polanco y la masonería a la izquierda, simplemente, han encontrado un sector en el que explotar sus negocios, especialmente en lo referente a sus conexiones políticas y económicas. Para Ariza, hasta hace poco compañero de viaje de judíos y masones, el fin justifica los medios.

Por otro lado, en cuanto a los infundios que atribuyen simpatías y concomitancias de este grupo con la ultraderecha clásica y convencional, nada hay de cierto. Por el contrario ésta ha sido completamente vetada en la práctica totalidad de sus órganos de información. Obviamente los responsables de este grupo han de tener instrucciones muy precisas al respecto para cubrirse las espaldas ante posibles acusaciones de facilitar el acceso mediático a la «extrema derecha», una opción políticamente desaparecida en España, que sin embargo no ha cejado en sus intentos por establecer fructíferos y candorosos amores con dicho grupo de comunicación.

Parece que últimamente este cortejo ha llegado a su climax, pues, Intereconomía, la televisión «orgullosa de ser de derechas», ha estado dando voz ―junto con otros medios de comunicación más inconfesables y deplorables como el periódico digital El Español, que ahora dirige el magnate del cuarto poder y masón Pedro J. Ramírez— a colectivos como Hogar Social Madrid, el clásico grupúsculo juvenil marginal de extrema-derecha (autotitulado «social-patriota») que quiere subirse a la ola de populismo palanganero neoconservador que recorre Europa (sufragado generalmente con fondos provenientes de países como Rusia e Israel, además de servir de apoyo no solo para las actividades desestabilizadoras encubiertas de sus agentes de inteligencia sino para sus intereses geoestratégicos) con la finalidad de ocupar el gran espacio dejado a la derecha por el Partido Popular. Es una hoja de ruta sobradamente conocida, con un claro precedente en nuestro país en el año 1939.

Ver archivo adjunto 1437188
Pues la gente que he conocido más avariciosa ha sido de izquierdas y casualmente todos funcis ...
Y más acomplejada escondiendo pe que su abuelo era pe agricultor o tendero o albañil como si les diera vergüenza ...
Vistiendo de marcas y aparentando lo que no son..
A mi una funci sociata de familia enchufada me hizo saber que me consideraba una mendiga por ir pidiendo trabajo en la privada ...echar CV...
Y que yo no era igual que ella de su clase social ...de su casta.
Con ricos hablo de ricos de verdad no me ha pasado nunca..
Es más una vez un rico me dijo ...increíble para no haber ido a un colegio privado ..lo formada que estás..
Y ya no digo trabaje en una Big four y los más iluso eran los hijos de funcis ....
 
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Me he leído todo el tocho, estoy de acuerdo en gran parte en la crítica al sistema, al capitalismo, liberalismo, socialismo y democracia, y también en las incoherencias (cuando no falsedad y cinismo) de la derecha del sistema y de la "derecha alternativa". Ahora te voy a decir en que discrepo y en las cosas que dices que son injustas cuando no acusaciones cargadas de mentiras.

Procedo:

1º Que digas que la sangre y personalidad de los españoles descansa sobre "la infusión de sangre nórdica". Algo hay pero no como para darle importancia, es tan falso como los que pretenden que en la sangre española hay mucho de sangre de jovenlandés, simplemente una mentira.

2º. La homogeneidad racial es importante y merece destacarse sobre todo en estos tiempos en que estamos siendo sustituidos por la inmi gración masiva, el problema de los hitlerianos como tu es que para vosotros la raza es el centro de vuestro discurso y lo explica todo. Hablas del bastardeamiento, también se bastardea con la mente sin necesidad de "manchar" la sangre, hay millones de idiotas europeos y norteamericanos de pura sangre blanca (nórdicos, como tu dirías) que han sido cretinizados por el sistema y apoyan a su enemigo, a quien los quiere exterminar, y lo repito, son 100% blancos, y por cierto esa sarama "pogre" que nos han importado en España procede de la Norteamérica y norte Europa protestante, aria y nórdica, si detrás de eso hay judíos, no lo sé, lo incontestable es que toda esa sarama procede de esos países, y por eso entre otras cosas nunca me voy a fiar de un nacionalsocialista que me viene hablando de sangre nórdica.


3º¿Quieres que los medios trabajen gratis por amor al arte? No creo que Ariza se haya hecho rico con Intereconomia, de hecho esa marca ya no existe en televisión, ahora es el Torotv, y como antes no emite o emite muy pocos anuncios de grandes empresas, por algo será, y por algo mendiga a sus oyentes que se hagan socios de su club de venta de libros y otros objetos; en cambio los otros medios que nombras si que emiten esa publicidad y siguen una linea editorial 100% a favor del sistema. No es que yo apoye la linea del grupo de Ariza y mucho menos a Vox, pero es evidente que no son lo mismo que los otros grupos, si crecieran es posible que lo acabarían siendo pero por ahora no lo son y a lo largo de los años en su canal le han dado voz a antiliberales, reaccionarios y otras personas que han sido perseguidas o marginadas por el sistema.

4º Cometes el error de equiparar a todos los medios y a personajes que poco tienen que ver entre ellos ¿qué tiene que ver Intereconomía con LD, Elmundo, etc o esparza con Pedro J? Poco o nada.

5º. Me molesta especialmente tu ataque a De Prada del que encima dices que es masón. Una trola tuya (lo has hecho otras veces en otros hilos con otros personajes) mientes a sabiendas, De Prada es antiliberal, anticomunista y antidemócrata (entendiendo por democracia de masas liberal), y si te atreves a rebatirlo inundaré el hilo con las pruebas. Por cierto, también me parece injusta la mención que haces de Fernando Paz, un tipo que me parece un honesto patriota y que como De Prada no se ha hecho precisamente rico con su trabajo; la verdad es que no entiendo que mezcles a estas personas con otros personajes como Marhuenda, Losantos o Pedro J. es absurdo.

6º. Tampoco entiendo la mención a Kiko Méndez-Monasterio, del que dices que es exFEJONS, se te ha olvidado que cuando era joven también fue de tu cuerda:
3-4.jpg


CEDADE Madrid 1989
(sale a partir del minuto 8:13)
 
No conozco a ni un solo comunista que no le encante el dinero.


Y eso que estuve en "podemos"
Yo de potemos conozco en mi ex pueblo autenticos depredadores sociales..
Se que algunos están vigilados pq han desaparecidos fondos ...y no se ha hecho nada..
Es más por ex podemitas el jefe de podemos de ese pueblo el macho cabrío viviendo a 5 minutos de la sede ..se iba a comer a restaurantes y luego pedía aportaciones ...
 
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