"Maleta o Metralleta": el himno de toda una generación?

Caym

Madmaxista
Desde
28 Jul 2008
Mensajes
600
Reputación
878
También estaría este otro remix, a ver que os parece:

GUILLOTINA O VASELINA
 

xilebo

Será en Octubre
Desde
11 Jun 2010
Mensajes
38.717
Reputación
84.320
nuestros viejos pensaba que nosotros con tantos estudios tan preparados no se imaginaban que tuviesemos que emigrar que eso ya eran otros tiempos cuando ellos se fueron a Suiza o Alemania pero es una realidad que muchos jóvenes para poder independizarse se han tenido que ir de España porque aquí no han tenido opciçon de hacer una vida y han acabado siendo un casapapis, viviendo bien aunque no emancipado.
Lokeno, por una vez y sin que sirva de precedente, te voy a dar la razón. Aquí pensaba mucha gente que tener un título era trabajo asegurado y chalete, cochazo y rubia pechugona, pero ante la masacre de gente con título que hay (y muchos de ellos de dudosa reputación de la manera que lo han conseguido: he visto gente que sin ir a clase y hacerle una limpieza al profesor aprobaban una asignatura), es imposible colocar a tanta gente. Solución: salir escopetao de España, echando leches vamos.
 

Mecanosfera

Madmaxista
Desde
28 Nov 2010
Mensajes
7.323
Reputación
17.785
Lugar
Yo ya me he puesto mi máscara antigas para no tener que respirar el aire infecto de Matrix.
 

Voto en blanco

Madmaxista
Desde
18 Ene 2011
Mensajes
17
Reputación
6
Revolución y guillotina a políticos y aristocracia, no hay que perder las buenas costumbres.
 

azkunaveteya

Será en Octubre
Desde
17 Dic 2007
Mensajes
73.252
Reputación
95.877
antes era metralleta y a la cuneta.... cambian los tiempos
 

ciberecovero

Será en Octubre
Desde
18 Ene 2010
Mensajes
76.681
Reputación
42.590
Lugar
HispanoSurista
Ya lo dejó bien claro este académico, en el verano pasado:

IDIOMAS, EXILIOS Y CÓCTELES MOLOTOV


Me inquieta el número de jóvenes que en los últimos tiempos piden consejo. Qué debo hacer, qué libro debo leer, qué estudiar o qué caminos abandonar, cómo puedo conciliar lo que sueño con el paisaje desolado en que ustedes, los mayores, me han convertido el horizonte. Cuando preguntan cosas así, intento abrir camino a la esperanza. Lee esto, prueba con aquello, viaja a tal sitio. Traza tu camino con sentido común y con decencia. Pero hay días en que ese discurso no me sale. Soy de la generación que ha colaborado en armar esta trampa infame, la ratonera donde viven atrapados tantos jóvenes dolorosamente lúcidos. No siempre puede transmitir esperanza quien a veces no la tiene. Hace unos días, durante uno de los breves contactos que mantengo con lectores y amigos a través de la red social Twitter, me encontré dando a uno de ellos, que preguntaba qué leer con veintisiete años y en paro, una respuesta inquietante para mí mismo: «Un libro para aprender idiomas y largarse, o uno donde aprender a fabricar cócteles molotov».

Lo de la coctelería era broma, hasta cierto punto. Pero la primera parte del consejo me salió sincera. A veces creo que esto no tiene solución. Que este país irresponsable, históricamente enfermo, está condenado a repetirse a sí mismo hasta la traca final. Y en cada ocasión recuerdo lo que, de niño, oía a mi abuelo paterno, que era lúcido, culto, republicano, y usaba sombrero, sobre todo para quitárselo ante las señoras: «Arturín, aprende francés, que es muy triste ir al exilio sin hablar idiomas». Le hice caso, y hablo un francés de querida madre. También, a menudo, uso sombrero. Pero entre viajes y libros se echaron los años encima. Ahora ya me da igual irme o quedarme. Estoy cansado. Soy demasiado mayor, y hay días en los que sólo me levanto con ganas de morir matando.

España fue, durante siglos, muchas cosas buenas y malas. Hoy es algo parecido a intentar introducir una especie de barra o varilla por una serie de piezas hechas con agujeros desiguales: cada uno de un diámetro diferente, hechos de materiales distintos y situados en diferentes posiciones. No hay pulso que enhebre el invento, ni posibilidad de que nadie alinee aquello y funcione la maquinaria. Sin embargo, me resisto a creer que nada pueda hacerse. No escribiría estos artículos, en tal caso. Sigue habiendo, pese a todo, gente que lucha y se arriesga, empresarios dignos, funcionarios decentes, jóvenes solidarios y valerosos capaces de levantarse y trabajar cada mañana. De pelear, si hace falta. Amigos en quienes esperar y confiar. Por eso duele más. Por eso ulcera el alma verlos maltratados por estas diecisiete Españas injustificadas, egoístas y ladronas, donde las ratas y los chacales depredan a su aire, envidiándose y odiándose a partes iguales, desmontando cuanto hace posible el respeto y la convivencia. Esa ralea iletrada, infame, que ha hecho de la política su forma de vida y de nosotros su negocio, desvalija el país y se lleva por delante las instituciones en su ávida carrera por el dinero y el poder. Destroza el futuro. La impunidad de esos golfos la garantizan millones de ciudadanos apáticos sentados ante el televisor, viendo el fútbol y a Belén Esteban mientras aceptamos, aborregados, que nos conviertan en un país perversos, cutre, exclusivo para turistas baratos de cerveza y vomitona. Un lugar sin industria ni recursos propios, sin clase media, hecho de buscavidas y mendigos, de subvenciones mientras las haya, de pilinguis y camareros. Dicho sea con todo el respeto para las pilinguis y los camareros. Que, a este paso, serán quienes nos den de comer.

Algún retorcido consuelo queda de todo esto: a los principales culpables los hemos nacido y votado los padres de esos jóvenes. Salen de nuestra entraña desde hace cuatro décadas. Los engordamos a nuestra costa, tarados por una dictadura anterior que nos hizo acríticos e ignorantes. El mayor homenaje a nuestra poca falta de cultura nacional tuvo lugar en el Senado hace unas semanas, el primer día que allí se utilizaron las diversas lenguas oficiales con traducción simultánea y pinganillo. Ésa es la España que los días de cabreo extremo, cuando aconsejo, como mi abuelo, tener idiomas y una maleta por si hay que largarse, quisiera ahorrar a los jóvenes más lúcidos: un andaluz medio analfabeto, presidente autonómico, hablaba con torpeza en catalán mientras otro andaluz casi tan analfabeto como él, vicepresidente tercero del Gobierno, escuchaba mediante un auricular la disparatada traducción a una lengua, el castellano, que ambos conocían –decir dominaban es excesivo– casi perfectamente. Y mientras, en sus bancos, encantados de estar allí, los cómplices de esos dos sujetos aplaudían.


XLSemanal revista online de actualidad
 
Última edición:

grillo35

Madmaxista
Desde
15 Ago 2007
Mensajes
1.709
Reputación
1.259
Ya lo dijo el que lo dijese , el problema de España es que está lleno de españoles .

Ya hace tiempo que algunos se dieron cuenta de eso...

Español era todo aquel que no podía ser otra cosa (Cánovas del Castillo, político conservador)
 

Pensativo

Madmaxista
Desde
5 Nov 2010
Mensajes
13.947
Reputación
11.738
Ya hace tiempo que algunos se dieron cuenta de eso...

Español era todo aquel que no podía ser otra cosa (Cánovas del Castillo, político conservador)
El problema es que hoy usan eso los que no quieren ser españoles pero quieren ser sólo de su terruñito. Vamos, no salir a la superficie sino seguir escarvando hacia abajo:D
 
Última edición: