Aprovecho este hilo para contar algunas cosas.
Hasta 1985 las administraciones de lotería dependían directamente de las delegaciones territoriales de hacienda. Los establecimientos que comercializaban la quiniela dependían del Patronato de Apuestas Mutuas. A partir de 1985, se fusionaron.
Al mando de las delegaciones comerciales, encargadas de dar servicio a toda la red de ventas se quedaron los descendientes de los viejos delegados del patronato. ¿Quienes eran esos señores?.Pues eran conocidos franquistas a los que el régimen quiso agradecer los servicios prestados. Fueron obviamente elegidos a dedo y agasajados con suculentas comisiones. Todo esto se aumentó exponencialmente con la decisión del Gobierno pro franquista de González de otorgarles también la red de loterías dependiente de hacienda. Eso de mano ya fue una privatización crony pro casta. Ni concurso, ni méritos, ni nada por el estilo. Simplemente la sangre. Los puestos se heredaban de padres a hijos. El poder adquisitivo de esta red de delegados no era nada desdeñable. Uno, o más de uno en algunos casos concretos, por provincia. Estamos hablando de comisiones de muchos miles de euros a la semana para una gente que en la mayoría de los casos carecía incluso (y carece) de estudios básicos.
En estos momentos hay una guerra abierta entre la poderosa asociación de delegados comerciales (hijos de los prohombres del franquismo) y la administración central. Por medio están los intereses de algunas corporaciones importantes que andan medrando para hacerse con el pastel. También existen las víctimas, que no son otras que los empleados de esas delegaciones comerciales. Que ni eran hijos de no se quien, y que además son los únicos verdaderos profesionales que mantienen esa nave a flote.
Loterías se va a privatizar aun más de lo que está. No lo duden.
Si no me equivoco, esta pequeña joya del Estado, andaba produciendo unos 6.000 millones de beneficios anuales para las arcas del Estado. Beneficios, que deberían invertirse en obra social. Aunque esto ya no lo tengo tan claro. Estoy seguro de que mucha de esa pasta se queda perdida entre las redes clientelares.
Entre las corporaciones interesadas en el pastel hay una que tiene multitud de centros comerciales por España y que no hace mucho fue salvada por ciertos fondos de inversión cataríes.
Respecto a los delegados, son una mafia infame que deriva del antiguo régimen franquista.
Si no se produce un cambio drástico en un futuro cercano, el jugoso pastel de las loterías se lo seguirán repartiendo los castuzos de turno.
Lo beneficios que genera Loterías, si estuvieran bien gestionados, con la transparencia y la profesionalidad necesaria, ayudarían de una manera nada desdeñable a evitar la profunda marginalización y precariado que están sufriendo los trabajadores en España. Pero no va a ser así.
La corrupción en España llega a límites insospechados. El patrimonio de la nación se reparte entre cuatro apestosos.