Los artículos científicos falsos (más de 10.000 detectados sólo el año pasado) ponen en crisis la credibilidad de la investigación

Pongo un ejemplo absoluto, brutal y de una maldad inhumana sin igual.


Los artículos sobre los muertos vivientes,

SÍ LO HABÉIS ACERTADO, SOBRE LOS KALBOS, LA KALBICIES HUMANA.

Llevan décadas, o años y años con mil estudios innumerables, mil ensayos, mil cosas y vías diferentes comentando que habría una cura o remedio eficiente contra ella, o que al menos pudiesen cultivarse pelos y ponértelos en la zona baldía. Vamos que se podría resucitar y volver a la vida.

Pues 2024 y seguimos con los mismos parches de cosa, o tendiendo que ponerse una ardilla recostada para dar el pego, pero no definitivo para muchos muertos en vida.


Lo siento, que sé que hay cosas mucho más jodidas de salud, ok, pero ponía este eje plo solo para que se viese la de artículos, cientos y seguimos igual.

Insisto, cientos de estudios, de gente diciendo que habían logrado tal, de diferentes formas y nada.

Pregunten a KALBOS sobre el tema, o gente ejperta.
 
La realidad es que las universidades modernas necesitan más rédito que las nuevas, más adaptadas al mundo laboral, instalaciones más punteras, etc... en resumen, MEJORES, que las universidades del mesozoico.


¿Cómo se diferencian? Por la cantidad de papers que publican. No es raro encontrar una universidad que publica miles de papers que no sirven para nada, pero se publican porque aumentan el número. Es como el bodycount de las mujeres. Para ellas da un "estatus" diferencial ante los machos. La realidad es que los machos no quieren un coche usado, quieren uno nuevo.

Pero como todo en la vida, tarda en materializarse en la realidad. Pero esto se sabe -y se demostró- en los 90. Solo que han seguido con la mentira.
 
"Dame el dinero suficiente para pagar a los científicos, y te demostrarán que 2+2 son 5"


Nordwand. 2024 dC​
 
Esas historias dan puntos para sexsenios, etc
También puntúan las veces que te han citado en otros papers, eso da lugar a redes de citadores que se citan unos a otros
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El paradigma de referencia del siglo XX fue la ciencia .El del siglo XXI todo apunta que sera la propaganda.Si con metodos burdos han convencido a la mayoria para que se inoculasen una sustancia experimental y encima pagando (via impuestos) o que la Tierra se esta achicharrando sin vuelta atras es posible con la ayuda de la mal llamada inteligencia artificial que creen estados de opinion a voluntad o que sea realmente dificil distinguir la verdad de la mentira
 
Última edición:
Me autocito de hace un año:

Este hilo me ha recordado además al escándalo de los papers chinos de ciencia-sarama, publicados en las "prestigiosas" revistas científicas y retirados posteriormente por su dudosa autenticidad , y de pagos a mafias que los producen para su publicación como tesis por las universidades. La implicación de las propias universidades para sacar pecho por el "numero de estudios publicados al año", no quedó clara.
(No recuerdo si había hilo al respecto, pero si lo hay, no lo he encontrado).
 
"Lo ha dicho un estudio científico".
Como lo del Alzéimer...que después de 20 años y cientos de miles de millones de dólares gastados en investigación, medicamentos que han dado de baja de la suscripción de la vita cientos de miles de personas...resulta que el estudio era falso
 
Esto me recuerda a mi curro (que no tiene nada que ver con la investigación).

Un señor prepara un documento y cinco más lo firman dando el visto bueno, revisado, conforme, etc... El único que se lo ha leído es el que lo ha escrito, todos los demás están a sus cosas.

Imagino que es aplicable en casi todos los sectores.
Eso me pasó a mí en mi primer curro en mi primera semana, cometí una cagada de proporciones épicas (algo normal cuando estás empezando). Se supone que lo que hacía lo revisaban al menos 5 personas antes de enviarlo a imprenta a imprimir. Lo hago, se lo mando a mi jefe, da el visto bueno, se lo pasa a otro, etc... Al día siguiente llegan las cajas con todo impreso, lo ve el dueño de la empresa y se lía la de dios porque nadie había revisado lo que había hecho chaval el nuevo antes de enviarlo. Se habían gastado 10.000 euros en imprimirlo estando completamente mal.
 
1. Inventa la afirmación que tu club quiere que sea cierta.
2. Financiar universidades y dirigir sindicatos/agencias para que compren su participación.
3. Incorpore algunos valores p ligeramente sugerentes a un 'metaestudio' superficial realizado por un interno
4. Cite la afirmación como "la ciencia" en voz alta y repetida en los medios.
5. Amenazar las carreras de cualquier profesional que no esté de acuerdo.
6. Dirigir a los 'escépticos' y a las redes sociales a censurar y acosar a los disidentes calificándolos de 'teóricos de la conspiración'
7. Eliminar/acceso mediante muro de pago a cualquier dato analítico público o publicado
8. Amenazar la seguridad de los familiares de quienes producen estudios/análisis contrarios.
9. Designe 'revisores pares' anónimos y altamente parciales: bloquee el acceso a la revista
10. Reivindicar el consenso y que la 'ciencia esté resuelta'

Ver archivo adjunto 1769270
Demasiado trabajo
 
Para ser becario en prácticas o ascender a becario esclavizado hay que tener al menos mil ensayos publicados. Se han convertido en el currículum de los dientífricos esos, y todos sabemos que de un currículum es mejor no creerse ni la firma.
 
No se si sera cierto, pero tengo entendido que en revistas de cierto renombre hay que pagar unos 3000 lereles y te publican tu articulo
Si quieres que tu artículo sea de acceso gratuito hay que pagar. Si no, es gratis, pero de acceso sólo a suscriptores.
 
Nunca en la historia de la humanidad, ha habido mayor número de personas dedicadas a la ciencia y a la investigación, nunca ha habido tantos laboratorios, tantos centros de investigación, tantos campus de excelencia científicos y tecnológicos, tanto presupuesto (sí siempre les parece poco, porque se olvidan del presupuesto acumulado durante décadas, solo miran el último año).

Y nunca ha habido tan poco retorno de la inversión, tan poca innovación, tan pocos inventos, tan pocos adelantos.... públicos, los poco que se producen es el ámbito privado (ellos dicen que usa investigación básica pública, pero luego ves las patentes y la base es ciencia básica de libro de escolares de hace 60 años, libre de patentes o descubrimientos que vengan del sector público, es más, mucho desarrollado desde cero y registrado todo en patentes privadas).



Había un artículo que explica esto que ahora da 404 error not found, pero que está alojado en otras fuentes.

La burbuja científica y tecnológica: mercantilización, control del conocimiento y oportunismo… | ATTAC España

4 febrero 2014 | Categorías: Opinión | |

Tasio Urra – JUFIGLO, Comisión de Justicia Fiscal y Financiera Global ATTAC España

La ciencia, el conocimiento y la tecnología, que son las herramientas sobre las que podríamos, y deberíamos, apalancar el formidable cambio sin precedentes al que nos enfrentamos, en la actualidad están siendo controladas políticamente, mercantilizadas y presas de un oportunismo exacerbado.

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Resulta sorprendente comprobar la generalización de instituciones mundiales y personas que entonan el mantra del crecimiento económico, sin considerar sin embargo las restricciones físicas de tal crecimiento en una biosfera finita y limitada, como solución a todos los males socioeconómicos de nuestro tiempo, desde empresarios, gobiernos y políticos a personas votantes de todas las tendencias políticas en todos los territorios, pasando por los principales sindicatos mayoritarios. No menos asombroso resulta el creciente número de instituciones y personas que, ante los problemas socioeconómicos y ecológicos que atravesamos, confía casi ciegamente, en alarde de verdaderos actos de fe, en la ciencia, el conocimiento y la tecnología como motores de ese crecimiento y piedra filosofal frente a todas las penurias y retos.

Sin embargo, si consideramos los grandes retos a los que nos enfrentamos, el cambio climático antropogénico, la sobrecarga de los ecosistemas, y la crisis energética, y, al tiempo, el estado actual de la ciencia, el conocimiento y la tecnología, estamos dolidos, doblemente dolidos.

Sin siquiera entrar a valorar las restricciones que el cambio climático antropógeno o la sobrecarga de los ecosistemas están ya introduciendo en todo nuestro planeta, y que solo van a aumentar en las próximas décadas, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), como es sabido, o debería, reconoció explícitamente por primera vez en su informe World Energy Outlook de 2010 que el “pico” mundial del petróleo, o momento a partir del cual la tasa de producción mundial de petróleo comienza a declinar irreversiblemente, se produjo en el año 2006. En el World Energy Outlook de 2013, la IEA ya afirma que, en ausencia de inversión adicional [sic], en 2035 nos tendremos que “apañar” con una producción de petróleo de un escaso 18% de la disponibilidad actual, que roza los 75 mbd (millones de barriles diarios). Considerar el cambio climático que ya hemos provocado, la ecológicamente insoportable presión de nuestro modelo de desarrollo económico sobre los ecosistemas, y el “pico” del petróleo, como no lo estamos haciendo, supone aceptar que estamos dolidos, pues con tales restricciones y escasas posibilidades de sustitución energética, muchas cosas deben cambiar en muy poco tiempo para que en pocos años podamos organizarnos socioeconómicamente sin caer en un colapso civilizatorio, ya iniciado por otra parte, insalvable.

Pero si frente a la realidad de tal escenario consideramos adicionalmente el estado actual de la ciencia, el conocimiento y la tecnología, estamos doblemente dolidos. Y lo estamos porque la ciencia, el conocimiento y la tecnología, que son las herramientas sobre las que podríamos, y deberíamos, apalancar el formidable cambio sin precedentes al que nos enfrentamos, en la actualidad están siendo controladas políticamente, mercantilizadas y presas de un oportunismo exacerbado, prostituyéndose así al Business As Usual, o al “más de lo mismo que nos ha traído hasta aquí”, y generado una burbuja científica y tecnológica, similar a la burbuja económica y financiera que ya conocemos, que en un futuro no lejano muy probablemente solo puede explotar.

En este sentido apuntan las recientes declaraciones en Financial Times del profesor de la Universidad de Manchester, y ganador del Nobel 2010 en Física por su descubrimiento del grafeno, material tan de moda, Andre Geim, cuando nos alerta de que “Temamos, temamos mucho, la crisis tecnológica” en que nos hemos ido instalando durante las últimas décadas. Con motivo de la celebración del Foro Económico Mundial de 2012 en Davos, Geim describe cómo la creciente mercantilización del conocimiento científico y búsqueda del beneficio rápido en detrimento de la investigación científica pura, o de base, durante las últimas décadas nos ha llevado a una reducción alarmante, y de tremendas implicaciones, de la tasa mundial de descubrimientos científicos.

Lamentablemente, son malas pero no nuevas noticias. En 2005, en uno de los estudios de mayor alcance sobre la evolución mundial de la tecnología, y sorprendentemente poco divulgado, publicado en una de las principales revistas académicas mundiales sobre tecnología y negocios, Jonathan Huebner, un científico independiente, físico para más señas, demostró con una elevada certeza, tal como refleja la figura adjunta a estas líneas, que la innovación tecnológica radical, aquélla que tiene un amplio impacto socioeconómico capaz de producir hitos en el desarrollo y el progreso de la humanidad, tuvo su “pico” en 1873 [sic], año desde el cual la tasa mundial de innovación radical no ha parado de declinar. Evidentemente, estos resultados no agradaron nada en determinados círculos próximos a la industria, y los resultados de Huebner han intentado ser contrargumentados y refutados en numerosas ocasiones desde su publicación, aunque con bastante poco éxito. De ser ciertos y consistentes, como parecen, la experiencia e intuición de Andre Geim solo vendría a ratificar una tendencia bastante más pesada que “unas cuantas décadas”.

Por si el escenario que describen tales investigaciones y casuística no fuese suficientemente gris, un número creciente de científicos e intelectuales se aproximan, cada vez más, a esta perspectiva de nuestra realidad, llegando incluso más lejos al plantear una hipótesis más sobrecogedora: no se trata sólo de que la tasa de descubrimiento científico haya disminuido, y sea menor por tanto, sino que la cantidad absoluta de progreso científico en su conjunto puede bien ser inferior a medida que trascendemos en el tiempo. Es la hipótesis que mantienen y argumentan fundadamentadamente el doctor en medicina y profesor de psiquiatría evolutiva en la Universidad de Newcastle, Bruce Charlton, o el analista de sistemas cibernéticos y programador de software Anthony Burgoyne, entre otros, además de ofrecernos innumerables claves y pistas sobre cómo hemos llegado a esta situación.

Según Charlton, la clave se encuentra, de nuevo, en una mercantilización del conocimiento científico que ha incentivado una “profesionalización” de la ciencia y del trabajo científico, y generado un oportunismo colectivo que ha llevado a convertir en “papel moneda” la publicación de artículos intranscendentes en las revistas académicas, confundiendo colectivamente el verdadero crecimiento del conocimiento y avance científico con una mera expansión de “chismes y cosas sin valor” [sic].

Esto mismo es lo que estamos presenciando, observando y denunciando algunos en nuestro contexto nacional, soportando de cerca, a la vez, el oportunismo y la arrogancia de muchos cuyo único fin parece ser medrar en la carrera universitaria y/o política, y de una gran mayoría que aspira simplemente a mantener o mejorar su statu quo. Mientras se reduce la financiación a la universidad y a los centros de investigación públicos, como el CSIC, joya de nuestra corona de la investigación, se gratifica a las universidades privadas, con una prácticamente nula capacidad de investigación, y se aprovechan los recortes para conceder un papel más determinante aún en toda la actividad universitaria a la evaluación de la actividad investigadora del personal universitario, que en España se realiza desde hace años mediante los llamados sexenios (complementos salariales que nacieron para retribuir la productividad investigadora, y que han acabado convirtiéndose en medida de su “calidad” y requisito de promoción y desarrollo de carrera) y los procedimientos de acreditación que llevan a cabo la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) y las agencias de evaluación autonómicas.

Sin ambages, soy totalmente partidario de que se evalúe la actividad docente e investigadora de los universitarios y científicos, funcionarios o no, pero no de que dicha evaluación se convierta en un elemento de control político oscuro y discrecional que incentive y legitime el “sálvese quien pueda” y que castigue a cualquiera cuya motivación sea el mero placer del descubrimiento científico y el avance de la ciencia por encima, y más allá, del valor económico inmediato o la “conveniencia” de los resultados de la investigación.

Además de contribuir a una enorme burbuja de previsibles consecuencias, tal control político, mercantilización y perversión de la ciencia y del proceso científico produce paradojas significativas. Como apunta el profesor Juan Torres, la investigadora Saskia Sassen, que recibió recientemente el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, una de las científicas más importantes de nuestra época, no ha conseguido ningún sexenio, ninguna acreditación, frente a los criterios de nuestras agencias de evaluación, que anteponen siempre el mismo criterio, las publicaciones JCR (Journal Citation Reports) en los últimos cinco años. Sassen no tiene ninguna, sino que ha publicado libros e informes, fruto de proyectos de investigación de verdad y referencias fundamentales para académicos comprometidos, y ha publicado numerosos artículos en medios de gran difusión, pero se ha resistido a la práctica de inflar su currículum con artículos estandarizados sin interés ni lectores, más allá de círculos de amigos de citación mutua y catedráticos con insaciables ansias de medrar al precio que sea.

Pero, cuando la burbuja científica estalle, ¿qué quedará tras la explosión…? Como el profesor Charlton afirma, tal vez sólo la vieja ciencia, la de una era en la que la mayoría de científicos eran al menos honestos tratando de descubrir la verdad sobre el mundo natural.

En el mejor de los casos podríamos padecer un retroceso científico de varias décadas más que de unos pocos años, pero probablemente sea bastante peor que eso…

Profesor Titular de Escuela Universitaria Universidad de Valencia
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El año pasado, las revistas académicas tuvieron que retractarse de 10.000 artículos falsos, pero los expertos creen que esto es sólo la punta del iceberg. "La situación se ha vuelto espantosa". "El nivel de publicación de artículos fraudulentos está creando graves problemas a la ciencia. En muchos campos se está haciendo difícil construir un enfoque acumulativo de un tema, porque carecemos de una base sólida de hallazgos fiables. Y cada vez va a peor" afirmó la profesora Dorothy Bishop, de la Universidad de Oxford.


Ver archivo adjunto 1769254

Ver archivo adjunto 1769255

Es que cada vez más vamos camino de una sociedad de cosa donde no importa para nada la imparcialidad o la veracidad.

No recuerdo jamás haber visto el sesgo ideológico y la manipulación de la mayoría de noticias en Televisión de hoy día como La SECTA o TV3, o TVE,... De niño no veía tal sesgo y me diréis que es porque era niño, pero lo dudo, creo que toda esta cosa es de ahora y esta noticia viene a apoyar mi pensamiento.

Artículos científicos falsos, muchos libros sobre dietas y vida saludable que no contienen apenas una verdad,... La verdad ya no importa, sólo importa vender, el negocio.

Si es que incluso las pocas imágenes que he visto del NODO me parecen más imparciales que lo que hay hoy en día, daban noticias con imágenes que se limitaban a comentar y ya está. No iban más haya de los hechos. Pero hoy día se manipula, se califica, se juzga, se da la opinión de lo que DEBERÍA ser correcto según el iluso de turno, se dan descripciones erróneas de las imágenes que se emiten....
 
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