Las empresas huyen en masa de un Chicago asolado por la violencia

En ciudades de este tipo, que los fines de semana fuese sin ley, haría mucho bien. Muertos a cascoporro.
 
Todos hemos visto los vídeos, se suben continuamente a las redes sociales. A veces, son actos de violencia gratuita, sin nada que ganar, y absolutamente brutal; otras, se trata de robos realizados a cara descubierta y a la luz del día, con tanta naturalidad que se diría que la ley no existe.

Los vídeos se graban en Estados Unidos, casi siempre en grandes núcleos urbanos. Y siempre en localidades gobernadas por políticos del Partido Demócrata. Como Chicago, un verdadero paraíso del crimen violento del que las empresas que sirven al público están huyendo en desbandada.

Lo advertía recientemente Chris Kempczinski, director ejecutivo de McDonald’s, cuyos empleados temen ir a trabajar, y a quien le resulta imposible contratar a gente para que trabaje en su central de Chicago.

No es para menos: en la metrópoli, donde gobiernan los demócratas desde que alcanza la memoria, se han registrado 494 homicidios en lo que va de año, un centenar más que en los primeros ocho meses de 2019. Los atracos han aumentado al menos un 36%, y los robos en general, en un 70% con respecto al año anterior.

Algo se explica cuando uno conoce a su alcaldesa, Lori Lightfoot, vociferante defensora de todas las causas ‘pogre’, que solo ve utilidad en la policía para acosar a quienes se manifiestan en su contra o para imponer el draconiano estado de excepción, que se vivió en la ciudad durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.

No hay ni que decir que, en cambio, cuando los partidarios de Black Lives Matter campaban por la ciudad quemando edificios, apalizando gente o entregándose al pillaje con abandono, Lori les dejó hacer, prohibiendo intervenir a la Policía.

Desde entonces, la situación se ha vuelto insostenible. Lightfoot exigió que se redujera el presupuesto de la policía de Chicago, ya manifiestamente insuficiente, en 80 millones de dólares en 2020, aunque, un año más tarde, tuvo que implorar a Washington la asistencia de la policía federal en 2021. Hoy, la Chicago de Lightfood sigue siendo una de las ciudades más violentas de Estados Unidos.

Pero si a muchos habitantes de Chicago no les queda otra que aguantar, las empresas con venta al público no están por la labor. Es una preocupación común a las tiendas de todas las ciudades gobernadas por demócratas y, por tanto, infestadas de crímenes violentos, donde la Policía no impide el delito y, cuando hay detenciones, fiscales escogidos por George Soros dejan en libertad sin fianza a los criminales más peligrosos. Eso es la ruina para el comercio. Numerosas empresas han huido ya de Los Ángeles y San Francisco en los últimos dos años, no solo por los cierres y mandatos draconianos de California, sino también por el aumento de la delincuencia y la pobreza.

«La verdad es que hoy es más difícil para mí convencer a un ejecutivo prometedor de McDonald’s para que se traslade a Chicago desde una de nuestras otras oficinas que hace unos años», reconoce Kempczinski. Tres negocios en auge, Citadel, Caterpillar y Boeing, han mudado sus oficinas centrales fuera de Chicago a medida que aumenta el crimen.

No hay modo de que las empresas minoristas salgan adelante en lugares gobernados por la izquierda. Quitando los abrumadores impuestos y las asfixiantes regulaciones, el descarado apoyo de las autoridades a los delincuentes, por delante de los ciudadanos cumplidores de la ley, crea un clima en el que es imposible llevar a cabo una actividad comercial más o menos normal.

Nueva Orleans, capital del asesinato de los Estados Unidos, por ejemplo, también está gobernada por los demócratas. No falla. Y, a partir de cierto número de casos invariables, habrá que concluir que esta correlación sí es causación.

Parece mentira que nadie haya puesto todavía LA canción de esta banda sonora:

Las dulces calles de Chicago (no me pises, que llevo chanclas)

 
Chicago tiene salvación como la tuvo NY en los 90 tras unos 80 que llevaron a la ciudad al mad max. Solo hace falta que gobierne un Giuliani. La teoría de las ventanas rotas es real, como se puede ver en Chicago, como estamos comprobando en Barcelona, y basta que un alcalde lo entienda y luche contra esas "ventanas rotas" dando poder a la policía y ofreciendo serías consecuencias a los pequeños actúa delictivos y de falta de civismo, para que la ciudad mejore un mundo en seguridad

Pero claro, si un alcalde pogre permite y fomenta el incivismo y el caos, por pequeño que esté sea, terminará creciendo hasta convertirse en insostenible ( Chicago es el ejemplo) .

La solución está en las manos de los propios habitantes de la ciudad......que aprendan a votar ( y en Barcelona igual )
 

Los americanos blancos lo tienen muy claro: hay neցros buenos y malos. Los malos son los equivalentes a los etnianos aquí, sarama que no quiere integrarse, delincuentes, pobres y con bajo nivel educativo. Los buenos son los estudiados, con pasta y que se han adaptado perfectamente a la sociedad blanca.
 
Que se queden los neցros en Chicago y que se revuelquen en su propia cosa.
 
Todo lo que arregla la derecha luego lo estropea la izquierda. Es la historia de España.



La derecha no arregla NADA. Sólo se dedica a CONSERVAR las abominaciones de la izquierda e incluso le echa delante a la izquierda en algunas de sus politicas:
Cifuentes hizo la ley LGTBI más exagerada que la izquierda
Montoro, el mismo, decia que habia cobrado más impuestos que Izquierda Unida

Asi que anda vd. muy, pero que muy equivocado. No se crea lo que dicen los medios, ni Carlos Herrera, ni FJL
 
Todos hemos visto los vídeos, se suben continuamente a las redes sociales. A veces, son actos de violencia gratuita, sin nada que ganar, y absolutamente brutal; otras, se trata de robos realizados a cara descubierta y a la luz del día, con tanta naturalidad que se diría que la ley no existe.

Los vídeos se graban en Estados Unidos, casi siempre en grandes núcleos urbanos. Y siempre en localidades gobernadas por políticos del Partido Demócrata. Como Chicago, un verdadero paraíso del crimen violento del que las empresas que sirven al público están huyendo en desbandada.

Lo advertía recientemente Chris Kempczinski, director ejecutivo de McDonald’s, cuyos empleados temen ir a trabajar, y a quien le resulta imposible contratar a gente para que trabaje en su central de Chicago.

No es para menos: en la metrópoli, donde gobiernan los demócratas desde que alcanza la memoria, se han registrado 494 homicidios en lo que va de año, un centenar más que en los primeros ocho meses de 2019. Los atracos han aumentado al menos un 36%, y los robos en general, en un 70% con respecto al año anterior.

Algo se explica cuando uno conoce a su alcaldesa, Lori Lightfoot, vociferante defensora de todas las causas ‘pogre’, que solo ve utilidad en la policía para acosar a quienes se manifiestan en su contra o para imponer el draconiano estado de excepción, que se vivió en la ciudad durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.

No hay ni que decir que, en cambio, cuando los partidarios de Black Lives Matter campaban por la ciudad quemando edificios, apalizando gente o entregándose al pillaje con abandono, Lori les dejó hacer, prohibiendo intervenir a la Policía.

Desde entonces, la situación se ha vuelto insostenible. Lightfoot exigió que se redujera el presupuesto de la policía de Chicago, ya manifiestamente insuficiente, en 80 millones de dólares en 2020, aunque, un año más tarde, tuvo que implorar a Washington la asistencia de la policía federal en 2021. Hoy, la Chicago de Lightfood sigue siendo una de las ciudades más violentas de Estados Unidos.

Pero si a muchos habitantes de Chicago no les queda otra que aguantar, las empresas con venta al público no están por la labor. Es una preocupación común a las tiendas de todas las ciudades gobernadas por demócratas y, por tanto, infestadas de crímenes violentos, donde la Policía no impide el delito y, cuando hay detenciones, fiscales escogidos por George Soros dejan en libertad sin fianza a los criminales más peligrosos. Eso es la ruina para el comercio. Numerosas empresas han huido ya de Los Ángeles y San Francisco en los últimos dos años, no solo por los cierres y mandatos draconianos de California, sino también por el aumento de la delincuencia y la pobreza.

«La verdad es que hoy es más difícil para mí convencer a un ejecutivo prometedor de McDonald’s para que se traslade a Chicago desde una de nuestras otras oficinas que hace unos años», reconoce Kempczinski. Tres negocios en auge, Citadel, Caterpillar y Boeing, han mudado sus oficinas centrales fuera de Chicago a medida que aumenta el crimen.

No hay modo de que las empresas minoristas salgan adelante en lugares gobernados por la izquierda. Quitando los abrumadores impuestos y las asfixiantes regulaciones, el descarado apoyo de las autoridades a los delincuentes, por delante de los ciudadanos cumplidores de la ley, crea un clima en el que es imposible llevar a cabo una actividad comercial más o menos normal.

Nueva Orleans, capital del asesinato de los Estados Unidos, por ejemplo, también está gobernada por los demócratas. No falla. Y, a partir de cierto número de casos invariables, habrá que concluir que esta correlación sí es causación.


LA IZQUIERDAAAA LOH ROJOOOOOH SOSSSSIALIHHHMOOOOO....

LA REALIDAC: LOS DEMÓCRATAS USEÑOS HACEN PODEMITAS A LOS DE BOCS, USALANDIA ES UN sitio poco agradable SI NO ERES RICO POR EL EMPEÑO DE LAS ÉLITES DE ACABAR CON LA CLASE MEDIA DESDE LA ERA REAGAN GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, EL RESTO caricias MENTALES PARA WHITETRASH Y demoradoS BURBUJEROS INCELS CUEVADORITOS sonrisa:
 
Dilo todo.

Y demasiados neցros, son peores que una bomba atómica.... no en vano prohibieron en USA los análisis de CI por raza cuando comprobaron que en familias RICAS afroamericanos la cosa tampoco mejoraba mucho en general.

Cuando importaron esclavos de África, no tenían ni idea de lo que hacían, y siguen sin tenerla, porque no sé si alguien ha hecho un estudio de ésa índole. Supongo que sería considerado incorrecto y la mayoría de historiadores no quiere líos.
Los árabes se encargaban de "cazar" a neցros para llevarlos a América y portugueses, y demás los transportaban. Como ir hacia el interior era peligroso, las razzias se hacían en la costa, donde la población eran básicamente yorubas y mandingas, los guerreros más feroces de África. Cuando llegaban, el 10% vivos, ya tenía el repruebo inoculado para muchas generaciones, y ésos no olvidan.
Los primeros neցros con que repoblaron La Española, (República Dominicana y Haití, un vivero de maldad). fueron de éstos, porque Colón se encontró cuando volvió con que los habitantes originales se habían zampado a su retén del fuerte Navidad a la brasa. Y resulto peor el remedio que la enfermedad, el repruebo al blanco que se vive allí perdura y crece dia a dia.
Tienen otro concepto de la existencia y la violencia asumida de una forma primitiva y sin culpa que nosotros no entendemos.
Yo no sé ni cómo estamos aún vivos.
 
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