La mitad de los usuarios de Cáritas en lo que va de año son nuevos pobres
# • La oenegé ha atendido en cinco meses a unas 31.000 personas, más que durante todo el 2007
# • En el 2008 las peticiones de ayuda subieron en BCN un 66% con respecto al ejercicio anterior
Si el pasado año Cáritas de Barcelona batió lamentables récords, este se prevé todavía peor. En los primeros cinco meses, la oenegé ya ha atendido en su ámbito de la capital catalana a unas 31.000 personas, 4.000 más que durante todo el 2007, de las cuales un 40% han sido usuarios que recurren por primera vez a pedir algún tipo de ayuda. O sea, ciudadanos a los que la coyuntura económica está abocando a la exclusión social, ya que el 72% de ellos carece de empleo y no puede costearse, especialmente, la vivienda, que es la principal petición de auxilio.
El director de Cáritas, Jordi Roglà, adelantó ayer estas cifras durante la presentación de la memoria del 2008, cuando la crisis ya afectaba con dureza y unas 45.000 personas recibieron ayuda de la entidad, un 66% más con respecto al 2007. Un número de atendidos que desde la organización temen se superará este año con creces, a tenor de lo desbordados que están los diversos servicios que ofrece en las diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa, donde la lista de espera para recibir ayudas roza las 2.000 personas. Traducido en tiempo, unas cinco semanas de demora.
Y uno de los aspectos que resultan más preocupantes, señaló la responsable de gestión social de la oenegé, Mercè Darnell, es que lo que más está aumentando es la petición de ayuda directa económica, en la mayoría de ocasiones, para costearse el precio de una vivienda, un techo que se reduce en muchos casos A una habitación realquilada (que puede superar fácilmente los 300 euros). Y también, para alimentación, ropa o productos de higiene, aunque también se está dando el caso de familias que, aun ingresando unos 1.500 euros mensuales, están pidiendo comida porque la hipoteca les absorbe todo el sueldo, según subrayó Darnell.
CADA VEZ MÁS NIÑOS / De la misma manera, aumenta el número de personas que solicitan que les echen una mano para poder costear gastos relacionados con la educación de los hijos, como dinero para poder pagar el comedor, una guardería o los libros, ya que en el caso de usuarios pagapensiones sin la documentación en regla no pueden optar a ayudas públicas. En ese sentido, la entidad alertó ayer de que cada vez está atendiendo a más menores, con lo que si se cronifica la pobreza infantil puede arrastrarse toda la vida, ya que está directamente relacionada con un bajo rendimiento académico, lo que conlleva un fracaso escolar con posteriores dificultades en el mercado laboral. Sin ir más lejos, durante el 2008 el incremento de niños atendidos fue de un 128% más que el año anterior. Y en lo que va del 2009, el 40% de los 31.000 atendidos son familias con hijos.
LA MAYORÍA, EN PARO / Los perfiles de los nuevos pobres que se dirigen ahora a Cáritas tienen un denominador común: la crisis, traducida en una falta de empleo. El 72% están en paro, el 13% trabaja con contrato y el 8% está empleado en la economía sumergida, una cifra esta última que seguramente es muy superior. Por eso, continúan constatando cómo cada vez más mujeres marroquís y paquistanís se acercan a la oenegé para solicitar cursos de formación, dos colectivos que durante los últimos años habían permanecido habitualmente en sus casas mientras sus maridos trabajaban, sobre todo, en la construcción. Y pese a que la mayoría de personas que acuden a Cáritas son de prodecencia extranjera (principalmente suramericana), cada vez hay más autóctonos, un 32%, más del doble que en 2007.
Ante esta situación, la oenegé prevé destinar este año una partida extraordinaria de 3,5 millones de euros (de un presupuesto global de 17,5 millones), que ya avanzó Roglà que no serán suficientes para atender todas las peticiones. Por ello, el director de Cáritas reclamó una vez más a las administraciones que aprueben «medidas extraordinarias» para paliar un nivel de pobreza que se está haciendo cada vez «más intensa y más extensa», y advirtió que esta situación de precariedad está poniendo en «riesgo la cohesión social y la convivencia porque se tiende a culpabilizar a las personas pagapensiones».
Tras estos aciagas cifras, una tregua con la humanidad. La entidad está constantado que aumenta el grado de solidaridad, ya cada vez hay más voluntarios que colaboran con la oenegé y más personas anónimas que hacen aportaciones económicas, aunque donan menos cantidad de dinero que antes. No obstante, Roglà reconoció que ha bajado «alguna aportación importante», especialmente de empresas. En esa línea, desde la entidad animaron ayer a los ciudadanos a participar en la colecta extraordinaria que se llevará a cabo este domingo en todas las parroquias, una de las fuentes de las que se nutren sus cuentas. Porque solo el 15% de los ingresos que obtiene la organización católica proviene de la Administración, y el resto, son aportaciones privadas.