Los antis están recurriendo a ello con todos los medios y poco menos que vudú:
El Real Madrid, la Champions y lo inevitable
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Los jugadores del Madrid, tras eliminar al City. REUTERS
El problema no es que el Madrid gane la Champions, el problema es saber que va a ganarla. La inevitabilidad. Vivir el proceso día tras día durante el mes y medio que va desde el milagro de Manchester hasta la final de Wembley, la frustración de que no exista Bayern ni
Mbappé que te hagan dudar y ver los partidos con cierta esperanza. Mejor irse al cine.
Todos los antis supimos que el Madrid iba a ganar
La Enésima en el mismo momento en que resistió el asedio del City y se plantó en la tanda. No hubiera hecho falta ni lanzar los penaltis. Hay cosas que quien lleva viendo (padeciendo) fútbol muchos años sabe. No las siente, no las teme, no las augura. Las sabe.
Ancelotti lo sabía también y mandó a tirar a los jornaleros por las risas.
Lucas Vázquez,
Nacho,
Rudiger... Si llegan a necesitar un sexto, baja
Toñín el Torero y lo clava por la escuadra de tacón.
Escribió
Benjamin Franklin que las dos únicas certezas en esta vida son la muerte y los impuestos. ¡Ja! Esa frase es sólo otra muestra de que los
yanquis nunca han tenido ni idea de fútbol. Quienes llevamos ya un par de semanas planeando la manera de esquivar la imagen de
Nacho levantando la copa del averno como si fuera
Beckenbauer y no un tipo normal que aún se acuesta cada noche alucinando con lo que le está pasando, no somos más que niños corriendo como locos hacia el precipicio sin un guardián entre el centeno esperando en el borde para detenernos. Paso, paso, paso, paso... leche como un piano.
Antes esto no era así. Algunos crecimos con un Madrid que ganaba alguna vez y perdía muchas más. Lo normal, vamos. Cuando viajaba a Alemania se partía de la base de que volvería malherido y la Copa de Europa era su obsesión y no su balneario. ¿Qué diablos ha sucedido para que hoy, con una plantilla alejada de las mejores de sus últimos años y Bayern y (en teoría) PSG aún por delante, los únicos que duden de su triunfo sean sus propios aficionados?
Quizás esa sea la clave: el antimadridista cree más en el Real Madrid que cualquier madridista. A veces sospecho que, como pasa con los monstruos debajo de la cama, hemos sido nosotros quienes hemos creado una bestia imaginaria, que a base de pesadillas en las que nos devora hemos extendido el terror por el planeta, que el Madrid es sólo un muy buen equipo de fútbol vencible y no una catástrofe natural inevitable. Quizás.
Entonces, ¿qué irían a ver esta noche? ¿
Civil War o
El especialista?