El mérito de Guardiola no es el tiki-taka, ni el ADN tipo Farsa. No es el estilo de juego ni la preparación táctica exhaustiva de los partidos. Todo eso es una milonga.
El verdadero mérito de Guardiola es conseguir que jugadores muy buenos técnicamente, pero enclenques y sin vigor físico, resistan corriendo más que el campeón mundial de maratón.
Como ejemplos en el Farsa, Iniesta, Xavi, Pedro e incluso Messi. Acordaros como el Farsa, cuando perdía el balón, enseguida había tres o cuatro jugadores rodeando y presionando al rival, recuperando rápidamente el balón. En su etapa del Bayern sería aplicable a jugadores como Mario Götze (que, curiosamente, estuvo los mismos años que Pep, desde 2013 a 2016) Lahm o Thiago. Hasta Robben, que en el Madrid estaba casi siempre lesionado, no paraba de correr. Y en el City el ejemplo más claro es Bernardo Silva, poco destacado en su físico pero que juega 120 minutos corriendo sin parar.
Este es el gran mérito y el gran secreto de Pep, que jugadores poco dotados físicamente pero muy buenos técnicamente, jueguen a máxima intensidad durante todo el partido. Y ya si sus jugadores son fuertes físicamente o muy veloces, entonces juegan todo el encuentro como si fuesen trenes o aviones.