El Bréxit huele a fraude, como todas las elecciones en el mundo anglosajón, y no hay más que ver el camelo del recuento en el referéndum de Escocia (no se cuentan las papeletas ante el público y mesa a mesa, sino que se llevan a un recinto cerrado al público y allí se hacen las cuentas; como los británicos tienen fe en las milongas que les han contado, confían, de ahí que atentados con el descaro como el 7-j no se puedan realizar en España, porque aquí el defecto es el contrario: descofiar de todo y de todos. Aquí nos engañan por desconfiados y cainitas con el vecino más cercano y allí por brutos y confiados).
Rothschild apuesta por China y parece ser que arrastra tras de sí a GB. Ningún país de Europa (salvo España) siguió las órdenes de EEUU / Rockefeller de no entrar en el capital del Banco Asiático creado por China. El primer país que desobedeció fue GB, y al entrar GB se apuntó Alemania, Francia e Italia.