Cuando estalló la tormenta, todos los políticos del mundo gritaron al unísono: “¡ Corramos a salvar a la banca ! ¡ Será un desastre si quiebra el sistema financiero !”. Pero nunca nadie en ningún lugar ha explicado el significado de esa amenaza. Incluso los republicanos en EUA llegaron a decir que era una lástima que el ciudadano de a pie, ignorante y menso (esto lo añado yo), no pudiera entender el alcance de esta crisis. Lo cual hacía que las medidas que se tomaran serían impopulares, pero no por ello menos necesarias.
¿ Es eso así ? Es cierto que nuestra economía está ligada a las finanzas. La mayoría de las empresas crecen y ponen en marcha nuevos proyectos con la ayuda de préstamos. Los bancos de inversión trabajan para que los fondos de pensiones dén un rendimiento. Sólo son dos ejemplos de funciones legítimas que ejerce la banca. No estoy hablando de operaciones especulativas, sino de permitir que los emprendedores lancen adelante sus ideas en el mundo real, y los ciudadanos vean que sus ahorros para la jubilación están garantizados.
Pero actualmente el 95% de las operaciones financieras mundiales no tiene ninguna relación con el mundo real. Si de repente hoy los bancos dejaran de existir, la gente de a pie sólo lo percibiría porque cobraría la nómina en metálico (y no en una transferencia a su cuenta corriente), y no tendría dónde ir para endeudarse (tendría que esperar a ahorrar el dinero, antes de comprar un bien).
Entonces, ¿ los Estados del mundo deben gastar ahora cientos de miles de millones de euros, billones, trillones, para salvar un sistema financiero del cual apenas el 5% tiene alguna utilidad para la sociedad ? ¿ Hay que hacerlo ahora urgentemente, cuando los problemas del mundo real (el hambre en el Tercer Mundo, la sanidad deficiente, el acceso a una vivienda digna) han estado ahí clamando durante décadas y nunca hubo dinero para resolverlos ?
Estas son las frases que durante estas semanas me habría gustado escuchar de los políticos, pero sé que nunca las oiré:
“Me reuní el lunes con los banqueros, y dijeron que necesitaban 100.000 millones de euros. Pregunté a los técnicos del gobierno, y me dijeron que podemos conseguir 50.000 millones. He decidido conseguir esos 50.000 millones y no ayudar a la banca. Cuando dentro de 3 meses todo el sistema financiero salte por los aires, usaré el dinero como paraguas para ayudar a los ciudadanos”.
“Ni un céntimo, ni un solo céntimo, irá a parar a la banca. Han obtenido beneficios durante 15 años. Nada malo puede sucederles porque tengan un año de pérdidas”.
“Tenemos un problema con la educación, nuestros hijos están recibiendo una formación mediocre, hemos calculado que resolver esto costará 50.000 millones de euros, o 700.000 millones de dólares, o lo que sea, que es un dinero que no tenemos, pero es un problema TAN grave y TAN urgente, que hemos encontrado el modo de conseguirlo, y vamos a aprobarlo en menos de una semana”.
“Querían desregulación, y la tuvieron. Querían libre mercado, y lo tuvieron. Dejémoslo avanzar hasta sus últimas consecuencias. Y cuando todos los bancos se hayan devorado los unos a los otros hasta que sólo quede una entidad que acumule los activos y los pasivos de las anteriores, la dejaremos caer a esa también. Y entonces crearemos un banco estatal, al cual los ciudadanos y las empresas podrán acudir para resolver las necesidades financieras del mundo real”.
“Teníamos un parásito, y lo vamos a aniquilar”.
Pero por desgracia, lo que ha sucedido estas semanas es que los que nos gobiernan se han quitado las máscaras. La democracia es una farsa. Lo que está pasando no va a hundir el capitalismo, sino a perfeccionarlo. A quien se salva es al capital, las reuniones de emergencia del G-7, del Euro-4, de los Bancos Centrales, se convocan para salvar corporaciones, fondos de inversión, no personas. Esto no es una “crisis sistémica”, porque no cambiará el sistema sino que ahondará en él. Se premia la codicia, no hay ética sino “ética del mercado”, crecen las desigualdades: se condena a los pobres a cargar durante décadas con “el rescate” de los ricos.
Si me equivoco, por favor que salga algún Ministro de Economía y explique porqué es tan importante emplear tantísimo dinero en auxiliar a unas empresas que no producen ningún bien de la economía real, que su única función es “hacer eficientes los mercados” pasapiseando con papeles. Y de paso que expliquen qué valor aportan a los mercados, que hacen que por su mera interferencia (quiero decir, intermediación), yo acabe pagando por el arroz, la gasolina o los pisos el doble o el triple de su valor real.
Para los problemas del mundo real hay que regatear años para conseguir migajas (el dinero para que construyan una perversos guardería o una biblioteca, una ayuda para las viudas o las personas dependientes, y miles de etc). En cambio, cuando se hunde la estafa piramidal de la inversión especulativa, no hay problema para que los gobiernos aprueben medidas “de rescate”. Han encontrado billones que no existen y han decidido en qué gastarlos por la vía urgente, sin discusiones, con el apoyo de todos los partidos. La humanidad entera se está preguntando en qué se va a emplear ese dinero, pero los que mandan no hacen preguntas, ni las responden, sólo piensan en aprobarlo todo cuanto antes. O al menos, antes de que la población pueda reaccionar.
Pediría la guillotina para todos los políticos, pero la guillotina es el símbolo de la Revolución Francesa, que fue una revolución burguesa, y es la que nos ha llevado a donde estamos hoy (con sus cosas buenas y, en lo que nos toca ahora, sus cosas malas). Así pues: ¡ a la horca todos !
¿ Es eso así ? Es cierto que nuestra economía está ligada a las finanzas. La mayoría de las empresas crecen y ponen en marcha nuevos proyectos con la ayuda de préstamos. Los bancos de inversión trabajan para que los fondos de pensiones dén un rendimiento. Sólo son dos ejemplos de funciones legítimas que ejerce la banca. No estoy hablando de operaciones especulativas, sino de permitir que los emprendedores lancen adelante sus ideas en el mundo real, y los ciudadanos vean que sus ahorros para la jubilación están garantizados.
Pero actualmente el 95% de las operaciones financieras mundiales no tiene ninguna relación con el mundo real. Si de repente hoy los bancos dejaran de existir, la gente de a pie sólo lo percibiría porque cobraría la nómina en metálico (y no en una transferencia a su cuenta corriente), y no tendría dónde ir para endeudarse (tendría que esperar a ahorrar el dinero, antes de comprar un bien).
Entonces, ¿ los Estados del mundo deben gastar ahora cientos de miles de millones de euros, billones, trillones, para salvar un sistema financiero del cual apenas el 5% tiene alguna utilidad para la sociedad ? ¿ Hay que hacerlo ahora urgentemente, cuando los problemas del mundo real (el hambre en el Tercer Mundo, la sanidad deficiente, el acceso a una vivienda digna) han estado ahí clamando durante décadas y nunca hubo dinero para resolverlos ?
Estas son las frases que durante estas semanas me habría gustado escuchar de los políticos, pero sé que nunca las oiré:
“Me reuní el lunes con los banqueros, y dijeron que necesitaban 100.000 millones de euros. Pregunté a los técnicos del gobierno, y me dijeron que podemos conseguir 50.000 millones. He decidido conseguir esos 50.000 millones y no ayudar a la banca. Cuando dentro de 3 meses todo el sistema financiero salte por los aires, usaré el dinero como paraguas para ayudar a los ciudadanos”.
“Ni un céntimo, ni un solo céntimo, irá a parar a la banca. Han obtenido beneficios durante 15 años. Nada malo puede sucederles porque tengan un año de pérdidas”.
“Tenemos un problema con la educación, nuestros hijos están recibiendo una formación mediocre, hemos calculado que resolver esto costará 50.000 millones de euros, o 700.000 millones de dólares, o lo que sea, que es un dinero que no tenemos, pero es un problema TAN grave y TAN urgente, que hemos encontrado el modo de conseguirlo, y vamos a aprobarlo en menos de una semana”.
“Querían desregulación, y la tuvieron. Querían libre mercado, y lo tuvieron. Dejémoslo avanzar hasta sus últimas consecuencias. Y cuando todos los bancos se hayan devorado los unos a los otros hasta que sólo quede una entidad que acumule los activos y los pasivos de las anteriores, la dejaremos caer a esa también. Y entonces crearemos un banco estatal, al cual los ciudadanos y las empresas podrán acudir para resolver las necesidades financieras del mundo real”.
“Teníamos un parásito, y lo vamos a aniquilar”.
Pero por desgracia, lo que ha sucedido estas semanas es que los que nos gobiernan se han quitado las máscaras. La democracia es una farsa. Lo que está pasando no va a hundir el capitalismo, sino a perfeccionarlo. A quien se salva es al capital, las reuniones de emergencia del G-7, del Euro-4, de los Bancos Centrales, se convocan para salvar corporaciones, fondos de inversión, no personas. Esto no es una “crisis sistémica”, porque no cambiará el sistema sino que ahondará en él. Se premia la codicia, no hay ética sino “ética del mercado”, crecen las desigualdades: se condena a los pobres a cargar durante décadas con “el rescate” de los ricos.
Si me equivoco, por favor que salga algún Ministro de Economía y explique porqué es tan importante emplear tantísimo dinero en auxiliar a unas empresas que no producen ningún bien de la economía real, que su única función es “hacer eficientes los mercados” pasapiseando con papeles. Y de paso que expliquen qué valor aportan a los mercados, que hacen que por su mera interferencia (quiero decir, intermediación), yo acabe pagando por el arroz, la gasolina o los pisos el doble o el triple de su valor real.
Para los problemas del mundo real hay que regatear años para conseguir migajas (el dinero para que construyan una perversos guardería o una biblioteca, una ayuda para las viudas o las personas dependientes, y miles de etc). En cambio, cuando se hunde la estafa piramidal de la inversión especulativa, no hay problema para que los gobiernos aprueben medidas “de rescate”. Han encontrado billones que no existen y han decidido en qué gastarlos por la vía urgente, sin discusiones, con el apoyo de todos los partidos. La humanidad entera se está preguntando en qué se va a emplear ese dinero, pero los que mandan no hacen preguntas, ni las responden, sólo piensan en aprobarlo todo cuanto antes. O al menos, antes de que la población pueda reaccionar.
Pediría la guillotina para todos los políticos, pero la guillotina es el símbolo de la Revolución Francesa, que fue una revolución burguesa, y es la que nos ha llevado a donde estamos hoy (con sus cosas buenas y, en lo que nos toca ahora, sus cosas malas). Así pues: ¡ a la horca todos !
