Vino entonces el desencanto: «Con la consolidación de la democracia vinieron los palos desde fuera: usaron los canales del hash para meter la heroína, como ya habían hecho en los USA y en parte de Europa, en las Ramblas apareció el PCI (i)» (en este punto, ni Pepe ni yo somos capaces de recordar las siglas exactas), «un grupo pagado por la policía para romper escaparates y montar altercados, con lo que todo el mundo huyó de las Ramblas y el foro libertario fue destruido. La apoteosis de la intervención parapolicial fue el caso Scala, en el que la CNT fue acusda de poner el cóctel molotov que le pegó fuego, lo que fue la excusa para liquidarla; más adelante se descubrió que todo había sido cosa de la propia policía franquista. La prensa provocó un desengaño generalizado que dura aún , con un pacto de silencio».
En España este proceso que empezó con las culturas underground en Sevilla, y siguió con la contracultura catalana, madrileña y valenciana tuvo sus características propias. Primero, por el flamenco y la tradición de las fiestas populares. Después por el teatro popular que fue recuperado en Compañías independientes como Els Joglars, Comediants, Tábano, Esperpento… lo que conectó con el pasado libertario español. Porque en España en los años veinte y treinta hubo un movimiento libertario que creó alternativas socioculturales con cuarenta años de anticipación; una cultura propia a través de los Ateneos Libertarios que eran centros autogestionados, creados por la propia clase trabajadora. También estaba el movimiento de mujeres libres; hay que recordar que la primera ministra europea fue Federica Montseny, que era anarquista.
Toda esa cultura pasada fue rescatada en los setenta. También se crearon nuevas cosas, y una de esas fue Ajoblanco .
Entra por Sevilla, porque los estudiantes más ilustrados de los Estados Unidos que se habían formado en las Universidades californianas, no querían ir a Vietnam. Estos marines que no quisieron ir a la guerra del Vietnam, consiguieron que les llevaran a las Bases de Rota, de Morón… Tenían emisoras de radio en donde ponían música de Jimi Hendrix. Los flamencos escucharon esta música y transformaron las guitarras españolas en eléctricas. También comenzaron a llegar beatniks americanos y holandeses que iban a Tánger a conocer a Bowles, Truman Capote, Tennessee Williams. En Sevilla se fueron creando una serie de circuitos alternativos, muy secretos. Además estaban Joaquín Salvador que tenía un programa en Radio Sevilla muy avanzado, y García Pelayo que montó la discoteca Don Giovanni; ahí se empezó a aglutinar todo.
En Barcelona pasó lo mismo por contacto con la cultura francesa; por la influencia de los turistas, de Ibiza, de la Gauche Divine. Pero fue el libro de María José Rague, mujer de Luis Racionero en aquel momento, California Trip , sobre todo, lo que desató la furia contracultural en todo el país, este libro lo editó Salvador Paniquer en Kairós
La Universidad , en los años setenta, era una de las instituciones que el Partido Comunista, mayoritario en esos momentos, utilizó como su principal centro de agitación. Pero los estudiantes necesitábamos libertad para aprender, porque teníamos ganas de aprender, queríamos crecer. Explico en mi libro el despertar de la juventud a la libertad, no queríamos ni autoritarismo franquista ni marxista. No aceptábamos dogmas. Somos una generación con mitos, pero sin maestros. Somos una generación que nos hemos inventado nuestra propia historia. Nosotros optamos por el modelo antiautoritario, contracultural, al principio, y libertario, más tarde
En la Transición ocurrió un fenómeno muy especial, que en Barcelona fue más acusado que en otras ciudades. La oligarquía catalana padeció el rigor de la crisis económica, la elite económica estaba en bancarrota. Y, por otro lado, el establishment franquista ya no tenía quórum. La gente ya no creía en el franquismo, sino en Europa y en la democracia.
De 1973 a 1977 no hubo ningún poder. En ese marco Las Ramblas se convirtieron en el gran foro de la cultura española. Allí estaba Almodóvar, Mariscal, los de Ajoblanco , los que estaban fundando la Escuela de Diseño, Nazario, los de Rock Cómic, los de Massana… Y allí coincidimos y nos mezclamos todos, y allí surgió la cultura nueva española, que enseguida fue al Rastro.
A finales de 1977, recién llegado Tarradellas a la Generalitat arrasa con todo esto para imponer el nacionalismo, porque la burguesía y la oligarquía catalana necesitaban una estratagema para destruir a otro movimiento que iba paralelo al nuestro, que era el movimiento libertario, la CNT , un movimiento obrero que operaba fuera de las centrales sindicales y que lograba huelgas mayoritarias.
La gran víctima de la Transición fue lo libertario, el anarquismo, el movimiento troskista también. Se les aniquiló, hubo guerra sucia contra ellos. La oligarquía se inventó el nacionalismo como un bálsamo, para acabar con el sistema alternativo. Se liquidó este movimiento. Y, desde aquel momento, dejó de existir la Izquierda , porque ésta pactó el modelo capitalista actual, lo que fueron los Pactos de la Moncloa. Y de ahí surgieron los neocons. La CNT se movilizó en contra de estos Pactos, por eso tuvo que ser aniquilada. Después vino el desencanto, la heroína, la moda punk, el lirismo absoluto, la radicalización absurda…
Pepe Ribas : generacion.net
CATALUNYA | Pepe Ribas
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