VOLVEREMOS A SEMBRAR LENTEJAS Y GARBANZOS
La vuelta al campo
Antonio Yuste | 12·01·2009
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Medio rural abandonado
Medio Rural. Volveremos al campo para sembrar lentejas y garbanzos. No es una boutade. Los japoneses aterrorizados, planean organizar una vuelta organizada al campo. Han diseñado un programa experimental para 800 jóvenes (urbanitas y desempleados) que quieran incorporarse al medio rural e iniciar una nueva vida. Los japoneses, que aún no se han recuperado de la crisis financiera del 98, se enfrentan a otra aún mayor y más abundante en presagios negativos.
Están aterrorizados, eso cuentan las crónicas, y están dándole vueltas a soluciones más novedosas. Repoblar el campo. El gobierno japonés se plantea reimplantar jóvenes, que han perdido sus empleos, en pueblecitos, granjas y enclaves pesqueros. ¿Quién enseña a trabajar la tierra y dónde se aprende? ¿Quién enseña a trabajar con el ganado y dónde se aprende? ¿Quién enseña a pescar y dónde se aprende? Sólo existe un sitio, al lado de las personas que llevan toda su vida haciéndolo y atesoran habilidades y sabidurías obtenidas a lo largo de su existencia. Un grupo humano que se está extinguiendo.
Los japoneses han diseñado un programa experimental para 800 jóvenes (urbanitas y desempleados) que quieran incorporarse al medio rural e iniciar una nueva vida
¿Quién enseña en España a plantar semillas de lentejas y de garbanzos? ¿Nuestro campo es una alternativa a la crisis económica? No, pero lo será. No ahora mismo, España todavía está bajo la férula destructiva y perversos de la PAC (Política Agraria Común), pero lo será a muy corto plazo. El medio rural español se volverá, lentamente a repoblar, con nueva sabia. El medio agropecuario vivirá una segunda juventud. Pasó de ser la principal fuente de ingresos, lo era en el siglo XIX en España, a ser una parte residual del PIB en el siglo XX. Perdió su prestigio a la misma velocidad que se mecanizaba y se produjo el éxodo masivo a las ciudades.
Cuando la crisis apriete y lo hará, no estamos en un cambio de ciclo, estamos en medio de una crisis duradera, habrá pocas margaritas que deshojar. ¿Qué hacer? ¿Cursos de formación gratuitos para trabajar dónde nadie nos necesita? ¿Jubilaciones anticipadas imposibles? ¿Oposiciones para funcionarios que se estorban unos a otros? Las viejas soluciones, son eso, viejas soluciones. Habrá que imaginar nuevas opciones. En Japón lo van a intentar, están en ello. En Europa y en España, bajo la maza paralizante de la PAC, es un imposible fáctico. Somos demasiado simples.
De todos modos, la agricultura, ganadería y pesca de calidad, la acuicultura y explotación de costas, rios y manantiales, la explotación de bosques y sotobosques, se convertirá en un sector económico pujante y prometedor. No será sinónimo de atavismo. Es un sector que necesitará del concurso, en esta ocasión de la muy alta tecnología. El mejor uso de los recursos hídricos de todo tipo, la recuperación de semillas y de especies de ganado autóctonas, el mejor conocimiento de nuestros forrajes y de nuestro bosque y sotobosque, la mejora de todas las técnicas, la transformación de todas las actividad agropecuarias extractivas, la integración vertical y horizontal de dichas actividades, que nadie lo dude, constituirá un yacimiento espléndido de actividad y de riqueza. Formará parte indisoluble de nuestra salud y, atención, de nuestra calidad de vida alimentaria. Llegan otros tiempos, más inteligentes. La interconectividad y el transporte público y privado ha roto el aislamiento del medio rural. El medio rural se convertirá en un medio de prestigio social y económico.
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Esta vuelta al campo que describe este señor, dista de la desbandada que promete el madmaxismo turulato, pero se va al otro extremo: presupone planificación y organización por parte de los poderes públicos que en España demuestran cada día y desde hace mucho tiempo que son completamente incompetentes cuando no inanes. El final parece mas de una tesis de fin de carrera por su academicismo y su optimismo que una aproximación a una necesaria potenciación del sector primario de la economía para crear riqueza y empleo -como en Irlanda o Japón.
Aquí siempre se deja todo a la improvisación y a la acción de la iniciativa privada (o se fía todo a las soluciones que vendrán de Europa, como si en Europa cada país no aplicase luego individualmente y sin coordinación alguna con los demás -mas allá que la política de ayudas, cupos y multas- la política que mas conviene a cada cual) como si en la tesitura, encrucijada o coyuntura presente fuera eso posible sin llevar aparejado un cierto o un importante caos social.
Y, lo principal, estamos acostumbrándonos a prescindir de la racionalidad y a pasar de las evidencias que nos gritan todos los días la verdad (políticamente incorrecta para los políticos) a la cara. En España no cabemos los que estamos... y siguen sin tomarse medidas serias que protejan a la ciudadanía de la amenaza de la bomba demográfica y de la globalización, mal entendida solamente aquí. Y es muy injusta esa realidad que nos imponen en la práctica y que está consiguiendo que nos acobardemos y resignemos a emigrar en las peores condiciones (sin garantía de ser bien recibidos en otros lugares también en crisis) o que nos aventuremos a una vuelta al campo desorganizada, de cualquier manera, que puede producir muchas víctimas.
Nos expulsan, nos sustituyen y todos pensando en soluciones individualistas. ¿Qué democracia es esta que expulsa a los naturales, a los ciudadanos de un país y los sustituye por otros, extraños, sin que nadie se escandalice? ¿No sería cuestión de ir replanteándose YA muchas cosas y de ir llamando a las cosas por su nombre?