Mari Trini
Esa No Soy Yo
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Una muestra de ese discurso y de su verdadera "relevancia" lo tienes justo arriba, pero ni siquiera haciendo un ejercicio de generosidad intelectual puede llamarse discurso al "discurso" boñiguer, ni siquiera encerrándolo entre comillas puede la boñigada dar razón de su inexistente sentido.Y este era el intelheztual de la boñigada! Ahora que se han quedado huérfanos de doctrina, a ver a quién le da ahora por exprimir sus dos únicas neuronas para estructurar un "discurso" mínimamente plausible! Me temo lo peor. Jajaja.
Habría más bien que hablar de un exabrupto, de un gesto deyecto, y el gesto boñiguer, una vez deconstruido, puede reducirse a 5 exiguos términos: ofender (1) para (2) llamar (3) la (4) atención (5). Esto es todo lo que da sí el infradiscurso de la boñiga.
No obstante, y pese a que algún necio dijo en su día lo contrario, este gesto sí tiene una clara génesis ideológica: tratar de imponer a los demás una visión del mundo particular a través de la fuerza, la violencia, la agresión, etc. tiene una clara raigambre fascista. Si bien en este caso se trataría de un fascismo light, un fascismo trivial y profundamente infantil. Recurso muy socorrido cuando el petimetre fascistilla de medio pelo se ve a su vez ofendido y sobrepasado por un argumento perfectamente legítimo desde el punto de vista formal y conceptual como el mío al que no puede responder adecuadamente y un resorte instintivo e irracional le dispara el dispositivo fecal en su precario cerebro como mecanismo de autodefensa.
A estas alturas de la película ya es un clamor popular la evidencia de que la repetición produce inmunidad y que por tanto la caca ya no ofende a nada ni a nadie, por lo que el supuesto discurso boñiguer, con comillas o sin comillas, está absolutamente vacío de contenido.
Evidencia contra la cual lucha el inane porque el mecanismo sí funciona como un perfecto mecanismo de relojería en su destartalada cabeza, cementerio de neuronas desahuciadas que, como a nadie se le oculta, se ha desvinculado por completo de la realidad objetiva y vive encerrado en su autismo solipsista perfectamente inofensivo e inocente.
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