Lo mejor de toda esta situación es que están cayéndose muchísimas caretas.
¿Qué puede llevar a un español a posicionarse con un lado o con otro? A mí me dan pena tanto el palestino comido por la miseria que sobrevive como puede, como el israelí currito que se deja la vida trabajando honradamente y pagando impuestos, exactamente igual que cualquiera de nosotros.
Pero el sionista y el fundamentalista de la religión del amor... ojalá esos se matasen unos a otros y nos dejasen en paz de una vez.
Ambos (véanse las declaraciones de Netanyahu hijo, el apoyo a jovenlandia, o la difusión de la mentira de la leyenda negra española por un lado, o las numerosas declaraciones de los imanes fiel a la religión del amores a hacer la guerra santa contra España para recuperar Al-Ándalus, y la criminalidad que traen a España, por el otro) se han declarado en numerosas ocasiones nuestros enemigos. Los judíos y los fiel a la religión del amores son mis enemigos, y no porque yo les odie, sino porque ellos me odian a mí.
Lo que hace que un español se decante por un lado u otro son los intereses, fuertes intereses. Y es muy interesante saber qué intereses tiene cada uno. Intereses, intereses, intereses.
Y ya de paso, a ver si la plebe se da cuenta de una vez de qué tipo de gente (y al servicio de quién) tenemos dirigiendo nuestro país.
Sigo pensando que VOX es el menos malo de los 4 grandes partidos nacionales, pero ahora está claro que tampoco es una opción muy recomendable.