El Club de Bilderberg se reunirá en Sitges, Barcelona

SI ganamos dinerito, ¡a hacerlo!
 
Bildelberg: un lobby antisistema

ESTEBAN CABAL, PORTAVOZ DE LOS VERDES-GRUPO VERDE


17 juny 2010


Durante más de 50 años los grandes medios de comunicación hurtaron a la ciudadanía la existencia del Club de Bilderberg, el más importante lobby de la elite financiera y las corporaciones multinacionales que se reúne cada año con monarcas, presidentes y ministros de Europa y Norteamérica para consensuar con ellos la agenda internacional.

No es casual que sus reuniones tengan lugar siempre unos días antes de las reuniones del G-8. En este club de la elite globalista se toman acuerdos con la pretensión de que sean ratificados y oficializados luego por el Grupo de los ocho países más industrializados del mundo, y para que se lleven a término en los ámbitos territoriales de cada uno de los invitados.

En una entrevista para una emisora de radio belga el ex Secretario General de la OTAN Willy Claes reconoció recientemente que Bilderberg decide la agenda política internacional del próximo año, admitiendo que los asistentes están obligados a aplicar las decisiones tomadas durante la conferencia anual del Club: "Están obviamente condicionados a utilizar este informe en la fijación de sus políticas en los entornos que les afectan". Claes asistió a la reunión Bilderberg de 1994 en Helsinki, cuando era ministro belga de Relaciones Exteriores.

El sociólogo Alain Touraine declaró el otro día, en una conferencia en Barcelona, que “la presencia del Grupo Bilderberg en Sitges ha venido a confirmar la separación entre los poderosos del planeta y la masa. Ellos se juntan en su torre de oro y determinan nuestro porvenir según los intereses de una minoría”.

Por primera vez en la historia el veto mediático en torno a Bilderberg se ha roto este año. Los medios de comunicación se han hecho amplio eco de su llegada a Sitges, del perfil de sus miembros y de los temas a tratar: la posibilidad de un ataque nuclear contra Irán, la crisis económica global, el futuro del euro, la posibilidad de un colapso financiero…

Ello ha sido posible gracias a la movilización de un reducido número de personas que llevamos años investigando a este club y que durante los dos últimos meses reclamamos por todos los medios a nuestro alcance transparencia informativa. Porque la democracia es transparencia, y sin transparencia no hay democracia. Y porque tenemos fundadas sospechas de que Bilderberg pretende erigirse en una especie de gobierno mundial secreto, lo que a todas luces constituye una transgresión de las reglas del juego democrático.

Paradójicamente, los que organizamos múltiples actividades para denunciar la perversa naturaleza de este lobby de los banqueros internacionales y pedir que sus deliberaciones sean expuestas a la opinión pública, hemos sido acusados de subversivos y “antisistema”. Nada más lejos de la realidad, nuestras actividades son pacíficas y transparentes, los subversivos y “antisistema” son ellos, los miembros del Club de Bilderberg, aunque casi nadie se atreva a explicarlo.

Ellos promueven guerras y conspiran contra gobiernos democráticos. El verdadero propósito de Bilderberg, su fin último, es subvertir el orden establecido, destruir el actual sistema social basado en naciones-Estado, abolir el Estado del Bienestar, e instaurar un Gobierno Mundial privado y plutocrático, una sociedad global piramidal en la que ellos, la elite de las altas finanzas y las casas reales, ocuparían la cúspide del poder planetario, por encima de la clase política y de las clases populares.

Bilderberg promueve desde su fundación la globalización económica y un Nuevo Orden Mundial, un concepto que los presidentes y ministros de Europa y Norteamérica repiten cada vez más a menudo pero nadie explica. En internet podemos ver infinidad de videos en los que Bush, Clinton, Obama, Angela Merkel, Sarkozi o Zapatero reiteran la necesidad de ese Nuevo Orden Mundial; también lo hacen los presidentes de la ONU, del Banco Mundial, el FMI, la Reserva Federal, la OTAN o el Banco Central Europeo. Aluden a él como algo inminente, con palabras ambiguas y altisonantes; se trata –dicen- de algo que garantizará la paz y la prosperidad. Pero a continuación impulsan la fusión de los grandes bancos y de las grandes multinacionales, y aluden a la necesidad de cambiar el sistema monetario, rediseñar el capitalismo, establecer una moneda única global, una legislación única, una Tesorería única y un Ejército mundial.

En definitiva, proponen que las naciones-Estado cedan gradualmente su soberanía, como ya ha ocurrido en Europa, a un ente transnacional no elegido democráticamente, un Gobierno Mundial que implica la desaparición del sistema actual surgido de la revolución francesa.

Sorprende que sean los más altos representantes de los Estados occidentales y de las más poderosas instituciones internacionales los únicos que hablen de ese Nuevo Orden Mundial, y que no exista un debate al respecto en la sociedad. Ni en la izquierda ni en la derecha. Si el Nuevo Orden Mundial es tan importante y tan inminente, ¿por qué los partidos, sindicatos y medios de comunicación lo ignoran, por qué nadie se pronuncia?

Nuestras modestas movilizaciones contra la presencia del lobby Bilderberg en Sitges perseguían informar a la sociedad de lo que hasta ahora les había sido ocultado por los grandes medios de comunicación, a pesar de que los magnates de la prensa acuden asiduamente a estas reuniones. Hemos sentado un gran precedente histórico al lograr que los periodistas informen por primera vez sobre este misterioso cenáculo conspirativo. Pero nuestro verdadero objetivo aún no ha sido alcanzado: queremos generar un debate social sobre el Nuevo Orden Mundial que Bilderberg anuncia, porque mucho nos tememos que se trata de un concepto engañoso, tramposo, y que detrás de él se esconden intenciones plutocráticas y antidemocráticas. ¿No se estará impulsando, después de todo, un Nuevo Desorden Mundial?

El mundo actual está dividido entre globalistas y nacionalistas. Y es lógico que estos últimos, partidarios de las naciones-Estado, se opongan con uñas y dientes a un Gobierno Mundial que implicaría la desaparición de sus privilegios. Pero incluso entre los globalistas hay diferentes concepciones. Los más afines a Bilderberg, quieren institucionalizar la usura, la economía de casino, el dinero virtual, quieren impulsar la globalización económica, la concentración de capitales, la deslocalización de las empresas. Otros pensamos que la globalización económica ha fracasado, que es el origen y desencadenante de la crisis sistémica, financiera, económica y ecológica. Que hay que volver a promover mercados regulados, economías descentralizadas, locales y regionales. Que lo que tenemos que globalizar es la democracia, los derechos humanos, las libertades civiles, el conocimiento, la información, la tecnología y la paz.

Es cierto que las naciones-Estado han quedado obsoletas en un mundo globalizado y que necesitamos instituciones políticas y jurídicas transnacionales para dar respuesta a los problemas globales, como la crisis económica y ecológica, el cambio climático, la carrera armamentística y el hambre.

Necesitamos instrumentos de gobernanza y cooperación global, porque los problemas globales no tienen fronteras. Pero cuidado, no se trata ni mucho menos de crear una moneda única y electrónica que facilite el control social, sino de favorecer el intercambio y la circulación de monedas locales y regionales con valor intrínseco, que sean un fiel reflejo de la riqueza real y no el símbolo de la deuda y la especulación. No se trata de crear un Ejército Mundial único y privado, sino de transitar hacia la erradicación definitiva de las guerras, de los ejércitos y de las fronteras. No se trata de volver al despotismo, el feudalismo de la edad media o la exclavitud sino de diseñar un nuevo orden social universal que ponga fin al hambre, la ignorancia y la pobreza, a la destrucción de los recursos naturales y a la usura de los banqueros internacionales. Se trata en definitiva de superar el actual desorden mundial estableciendo un nuevo contrato social que garantice la paz, la democracia participativa, la protección de la naturaleza y los derechos sociales.

En la reunión de este año Bilderberg acordó dar luz verde para un ataque nuclear contra Irán, y luz roja para la creación de un Fondo Monetario Europeo. Anunciaron el estallido inminente de la burbuja de deuda soberana, y consensuaron mecanismos para salvar al euro que pasarían por la posibilidad de que los Estados europeos en bancarrota puedan abandonar el euro, reinstaurar sus monedas nacionales para devaluarlas, y volver a ingresar en la zona euro una vez hayan sido capaces de controlar su déficit público. En la práctica esto supone una reducción de salarios y un brutal encarecimiento de los precios en países como España, Italia, Grecia, Irlanda, Portugal y Hungría.

Para entenderlo mejor, imaginen que volvemos a la peseta y un año más tarde reingresamos en la zona euro, con la diferencia de que un euro no nos costará 166 pesetas sino 300. Un café no nos costará 1,20 euros sino 2 euros. Y ganaremos por término medio no mil euros sino seiscientos. Si tenemos una hipoteca seguiremos debiendo al banco la misma cantidad de euros, con la diferencia de que tendremos que destinar al pago de los plazos un porcentaje muy superior de nuestros salarios.


FUENTE:

L'Informatiu: Bildelberg: un lobby antisistema
 
No esperaba que estos del bilberberg hiciesen publico sus informes y,por ende, dar pistas de adonde irán sus decisiones.

Pero si pretenden hundir paises,lo único que harán es que sus gentes consuman menos,y por lo tanto,disminuiría esa contribución al capitalismo que tango gustan.
 
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