Se ha hecho público el estudio "Análisis de la sobrecualificación y la flexibilidad laboral", presentado por Bancaja y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. El informe ha sido realizado por el catedrático de la Universitat Pompeu Fabra, José García-Montalvo, y el catedrático de la Universitat de Valencia, José María Peiró. En él se explica que el 33% de los jóvenes españoles está sobrecualificado para su puesto de trabajo.
El Imparcial: Noticias: José García-Montalvo, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra
El informe: Obra Social Bancaja: Publicaciones : Análisis de la sobrecualificación y la flexibilidad laboral (clickad en monografía)
CONCLUSIONES
La flexibilidad, en especial la contractual, es una característica importante y persistente en el mercado laboral español de las últimas décadas. Esto ha llevado a que una proporción elevada de los contratos tengan carácter temporal y no indefinido. De hecho, el Observatorio sobre Empleo de la Unión Europea ha instado al Gobierno español a tomar medidas para reducir la tasa de flexibilidad contractual y ha establecido con carácter general para todos los Estados miembros unas directrices para promover la «flexiseguridad».
No obstante, la cuestión de la flexibilidad o la de la seguridad no puede limitarse al análisis de los tipos de contrato laboral de los jóvenes y su mayor o menor estabilidad. Convendría enmarcar este fenómeno en un contexto más amplio que tome en consideración otras facetas de la flexibilidad como el autoempleo, la movilidad geográfica, el tipo de dedicación, la flexibilidad temporal, la flexibilidad funcional y la relativa a las cualificaciones requeridas por el puesto.
El objetivo del presente capítulo ha sido, pues, contribuir a la clarificación de las relaciones entre esas distintas facetas de la flexibilidad y sus implicaciones para los jóvenes, teniendo en cuenta tanto las características de flexibilidad que presentan los trabajos que desempeñan los jóvenes como sus preferencias sobre esta cuestión, que de alguna forma influyen sobre sus elecciones y conductas. Prestamos también atención al grado en que se da el ajuste entre preferencias y realidad de la flexibilidad y sus implicaciones sobre los comportamientos, actitudes y vivencias laborales de los jóvenes.
Además, a lo largo del análisis hemos considerado el diferente significado que pueden tener estos fenómenos en función del estatus educativo-laboral de los jóvenes. De hecho, se observan diferencias en la flexibilidad laboral, sus preferencias y su significado entre los jóvenes que están estudiando en algún nivel de la formación reglada y los que han salido del sistema educativo.
A modo de síntesis, cabe señalar diversas conclusiones relevantes. En primer lugar, el análisis de las características de los trabajos ocupados por los jóvenes en los últimos años muestra un excesivo énfasis en la flexibilidad contractual y en otros tipos de flexibilidad que a menudo van acompañados de cierta precariedad laboral. En especial la infracualificación es un aspecto importante que combinada con una baja iniciativa emprendedora o de autoempleo y de una muy limitada movilidad geográfica, lleva a una tasa elevada de jóvenes con trabajos para los que están sobrecualificados. Si esta
situación se prolonga durante un tiempo relevante, puede deteriorar el capital humano conseguido con la educación. La no utilización de los conocimientos y competencias adquiridos durante la formación en el ejercicio ocupacional y la práctica profesional los deteriora y degrada, y además, se reduce la probabilidad de su utilización en trabajos posteriores.
En segundo lugar, las preferencias de los jóvenes por diferentes facetas de flexibilidad y su resistencia a aceptar las alternativas no preferidas, así como las decisiones y conductas que se derivan de ellas, muestran relaciones relevantes con las conductas, de mayor o menor iniciativa e implicación, con las actitudes laborales de los jóvenes y su bienestar y con las percepciones del mercado laboral. Esas preferencias son resultado de los valores culturales, los comportamientos de las familias, la situación de la vivienda en nuestro país y otros factores estructurales. Al analizar en qué medida las preferencias se traducen en realidades en cada faceta de la flexibilidad laboral, se constatan una serie de tendencias claras, y en parte diferentes. Hay facetas en las que las preferencias apenas se concretan en realidad. Entre ellas cabe mencionar la preferencia por un trabajo de funcionario, o la preferencia por otro de cualificación adecuada. Hay otras facetas cuya preferencia se materializa con bastante o mucha frecuencia en los trabajos desempeñados. Conviene destacar aquí, la no movilidad geográfica en el trabajo o la preferencia por el trabajo a tiempo completo. Finalmente, hay otras facetas —como el autoempleo, la flexibilidad funcional y el trabajo con reto— que con mucha frecuencia no suscitan preferencias definidas, predominando la opción de «indiferencia». Estos resultados indican que el rechazo de determinadas opciones flexibles como la movilidad geográfica, con frecuencia conlleva renunciar a otras preferencias tales como el nivel de cualificación adecuado en el trabajo o a otros aspectos de la calidad del trabajo.
Ante la realidad analizada, sería conveniente informar y asesorar a los jóvenes acerca de las implicaciones que para el desarrollo de su carrera tiene la decisión de preferir un trabajo «seguro», o sin movilidad o con horarios regulares, a costa de renunciar a otro de cualificación adecuada o que suponga iniciativa emprendedora o autoempleo. Entendemos que la Administración, la empresa, la familia y el propio joven deberían desarrollar actuaciones que promuevan estrategias adecuadas respecto de la flexibilidad.
La Administración debería promover políticas que permitan el aprovechamiento
y desarrollo del capital humano logrado mediante la educación. La empresa tendría que potenciar la oferta de trabajos de calidad y niveles de cualificación adecuada a la preparación de los jóvenes. La sociedad y la familia deberían revisar los supuestos culturales que conceden un excesivo valor a la estabilidad y que lleva a los jóvenes a aceptar empleos por debajo de su nivel de cualificación. También se debería promover la iniciativa emprendedora y la movilidad geográfica como formas de acceder a trabajos más adecuados a las cualificaciones de los jóvenes. Es importante proporcionar asesoramiento en la formulación de planes de carrera que consideren las diferentes formas de flexibilidad para incrementar las probabilidades de un trabajo cualificado y
que ofrezca oportunidades de aprendizaje. Asimismo sería conveniente ofrecer asesoramiento y orientación sobre las implicaciones de las decisiones de aceptar o no un trabajo con determinadas características de flexibilidad o inflexibilidad y sus potenciales consecuencias a corto y a medio plazo para el desarrollo profesional y la carrera laboral. Finalmente, convendría divulgar la información sobre las relaciones constatadas en este estudio entre las distintas opciones laborales y las conductas y actitudes, y entre las perspectivas de empleabilidad y el bienestar laboral y de la vida en general.
Por último, es interesante señalar que los resultados obtenidos en este estudio y las conclusiones que se derivan de ellos son relevantes para el diseño e implantación de las estrategias para promover la «flexiseguridad». Por una parte, hay que tener en cuenta las diferencias observadas en función de las variables demográficas y educativas consideradas, que pueden orientar de forma más adecuada la determinación de los grupos objetivos para las distintas medidas que se planteen. Por otra, se debe valorar el grado de resistencia y las implicaciones comportamentales y psicosociales del ajuste o desajuste entre el trabajo preferido y el desempeñado. La consideración de los conocimientos y resultados obtenidos pueden así contribuir a la eficacia de las intervenciones sobre «flexiseguridad».
El Imparcial: Noticias: José García-Montalvo, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra
El informe: Obra Social Bancaja: Publicaciones : Análisis de la sobrecualificación y la flexibilidad laboral (clickad en monografía)
CONCLUSIONES
La flexibilidad, en especial la contractual, es una característica importante y persistente en el mercado laboral español de las últimas décadas. Esto ha llevado a que una proporción elevada de los contratos tengan carácter temporal y no indefinido. De hecho, el Observatorio sobre Empleo de la Unión Europea ha instado al Gobierno español a tomar medidas para reducir la tasa de flexibilidad contractual y ha establecido con carácter general para todos los Estados miembros unas directrices para promover la «flexiseguridad».
No obstante, la cuestión de la flexibilidad o la de la seguridad no puede limitarse al análisis de los tipos de contrato laboral de los jóvenes y su mayor o menor estabilidad. Convendría enmarcar este fenómeno en un contexto más amplio que tome en consideración otras facetas de la flexibilidad como el autoempleo, la movilidad geográfica, el tipo de dedicación, la flexibilidad temporal, la flexibilidad funcional y la relativa a las cualificaciones requeridas por el puesto.
El objetivo del presente capítulo ha sido, pues, contribuir a la clarificación de las relaciones entre esas distintas facetas de la flexibilidad y sus implicaciones para los jóvenes, teniendo en cuenta tanto las características de flexibilidad que presentan los trabajos que desempeñan los jóvenes como sus preferencias sobre esta cuestión, que de alguna forma influyen sobre sus elecciones y conductas. Prestamos también atención al grado en que se da el ajuste entre preferencias y realidad de la flexibilidad y sus implicaciones sobre los comportamientos, actitudes y vivencias laborales de los jóvenes.
Además, a lo largo del análisis hemos considerado el diferente significado que pueden tener estos fenómenos en función del estatus educativo-laboral de los jóvenes. De hecho, se observan diferencias en la flexibilidad laboral, sus preferencias y su significado entre los jóvenes que están estudiando en algún nivel de la formación reglada y los que han salido del sistema educativo.
A modo de síntesis, cabe señalar diversas conclusiones relevantes. En primer lugar, el análisis de las características de los trabajos ocupados por los jóvenes en los últimos años muestra un excesivo énfasis en la flexibilidad contractual y en otros tipos de flexibilidad que a menudo van acompañados de cierta precariedad laboral. En especial la infracualificación es un aspecto importante que combinada con una baja iniciativa emprendedora o de autoempleo y de una muy limitada movilidad geográfica, lleva a una tasa elevada de jóvenes con trabajos para los que están sobrecualificados. Si esta
situación se prolonga durante un tiempo relevante, puede deteriorar el capital humano conseguido con la educación. La no utilización de los conocimientos y competencias adquiridos durante la formación en el ejercicio ocupacional y la práctica profesional los deteriora y degrada, y además, se reduce la probabilidad de su utilización en trabajos posteriores.
En segundo lugar, las preferencias de los jóvenes por diferentes facetas de flexibilidad y su resistencia a aceptar las alternativas no preferidas, así como las decisiones y conductas que se derivan de ellas, muestran relaciones relevantes con las conductas, de mayor o menor iniciativa e implicación, con las actitudes laborales de los jóvenes y su bienestar y con las percepciones del mercado laboral. Esas preferencias son resultado de los valores culturales, los comportamientos de las familias, la situación de la vivienda en nuestro país y otros factores estructurales. Al analizar en qué medida las preferencias se traducen en realidades en cada faceta de la flexibilidad laboral, se constatan una serie de tendencias claras, y en parte diferentes. Hay facetas en las que las preferencias apenas se concretan en realidad. Entre ellas cabe mencionar la preferencia por un trabajo de funcionario, o la preferencia por otro de cualificación adecuada. Hay otras facetas cuya preferencia se materializa con bastante o mucha frecuencia en los trabajos desempeñados. Conviene destacar aquí, la no movilidad geográfica en el trabajo o la preferencia por el trabajo a tiempo completo. Finalmente, hay otras facetas —como el autoempleo, la flexibilidad funcional y el trabajo con reto— que con mucha frecuencia no suscitan preferencias definidas, predominando la opción de «indiferencia». Estos resultados indican que el rechazo de determinadas opciones flexibles como la movilidad geográfica, con frecuencia conlleva renunciar a otras preferencias tales como el nivel de cualificación adecuado en el trabajo o a otros aspectos de la calidad del trabajo.
Ante la realidad analizada, sería conveniente informar y asesorar a los jóvenes acerca de las implicaciones que para el desarrollo de su carrera tiene la decisión de preferir un trabajo «seguro», o sin movilidad o con horarios regulares, a costa de renunciar a otro de cualificación adecuada o que suponga iniciativa emprendedora o autoempleo. Entendemos que la Administración, la empresa, la familia y el propio joven deberían desarrollar actuaciones que promuevan estrategias adecuadas respecto de la flexibilidad.
La Administración debería promover políticas que permitan el aprovechamiento
y desarrollo del capital humano logrado mediante la educación. La empresa tendría que potenciar la oferta de trabajos de calidad y niveles de cualificación adecuada a la preparación de los jóvenes. La sociedad y la familia deberían revisar los supuestos culturales que conceden un excesivo valor a la estabilidad y que lleva a los jóvenes a aceptar empleos por debajo de su nivel de cualificación. También se debería promover la iniciativa emprendedora y la movilidad geográfica como formas de acceder a trabajos más adecuados a las cualificaciones de los jóvenes. Es importante proporcionar asesoramiento en la formulación de planes de carrera que consideren las diferentes formas de flexibilidad para incrementar las probabilidades de un trabajo cualificado y
que ofrezca oportunidades de aprendizaje. Asimismo sería conveniente ofrecer asesoramiento y orientación sobre las implicaciones de las decisiones de aceptar o no un trabajo con determinadas características de flexibilidad o inflexibilidad y sus potenciales consecuencias a corto y a medio plazo para el desarrollo profesional y la carrera laboral. Finalmente, convendría divulgar la información sobre las relaciones constatadas en este estudio entre las distintas opciones laborales y las conductas y actitudes, y entre las perspectivas de empleabilidad y el bienestar laboral y de la vida en general.
Por último, es interesante señalar que los resultados obtenidos en este estudio y las conclusiones que se derivan de ellos son relevantes para el diseño e implantación de las estrategias para promover la «flexiseguridad». Por una parte, hay que tener en cuenta las diferencias observadas en función de las variables demográficas y educativas consideradas, que pueden orientar de forma más adecuada la determinación de los grupos objetivos para las distintas medidas que se planteen. Por otra, se debe valorar el grado de resistencia y las implicaciones comportamentales y psicosociales del ajuste o desajuste entre el trabajo preferido y el desempeñado. La consideración de los conocimientos y resultados obtenidos pueden así contribuir a la eficacia de las intervenciones sobre «flexiseguridad».