Del LOL y del DECLIVE del FORO.

Sin embargo, la risa sí nos permite cumplir al menos una función primordial: reírse de la fin.

De la fin siempre hay que reírse, no tomarla en serio, y por tanto tomarla como lo que realmente es, una broma, una metonimia. Para alcanzar la Eternidad hay que vencer la fin y creo que la risa es en este caso uno de sus mejores antídotos.
Si no fuese por qué al final es la fin quien tiene la última carcajada...
 
Sin embargo, la risa sí nos permite cumplir al menos una función primordial: reírse de la fin.

De la fin siempre hay que reírse, no tomarla en serio, y por tanto tomarla como lo que realmente es, una broma, una metonimia. Para alcanzar la Eternidad hay que vencer la fin y creo que la risa es en este caso uno de sus mejores antídotos.

La fin no es una broma ni una metonimia, no es ni una respuesta emocional ante un acontecimiento imprevisto ni un tropo literario. De la fin no se tiene experiencia ni sensible ni inteligible y por tanto no puede reducirse a lenguaje, esa herramienta típicamente humana para gestionar la realidad. La fin está más allá de toda realidad cognoscible y es por tanto inefable. Decir que es esto o aquello supone una extrallimitación en el uso de una razón finita y mucho más limitada de lo que nuestra arrogancia nos permite reconocer.
 
La fin no es una broma ni una metonimia, no es ni una respuesta emocional ante un acontecimiento imprevisto ni un tropo literario. De la fin no se tiene experiencia ni sensible ni inteligible y por tanto no puede reducirse a lenguaje, esa herramienta típicamente humana para gestionar la realidad. La fin está más allá de toda realidad cognoscible y es por tanto inefable. Decir que es esto o aquello supone una extrallimitación en el uso de una razón finita y mucho más limitada de lo que nuestra arrogancia nos permite reconocer.

Es la Eternidad lo que realmente es inefable.

La fin es un hecho ineluctable.

Ahora bien, la fin espiritual es por supuesto otra cosa, pero no por ello menos "real".

Mas lo uno y lo otro, son en realidad cambios hacia otro estado de cosas.

Y en tanto que cambio, hablar de fin como el fin efectivo sobre algo produce una inevitable sonrisa. Y de ahí recupero lo que dije sobre el buen hábito sano de reírse de la fin.
 
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