perroflauta
Madmaxista
Cuando tu hija se mete a ninja : testimonio brutal que me he comido esa mañana
Buenas hamijos. Acabo de regresar a mi puesto de trabajo después de invitar a una caña a un trabajador de otra empresa que lleva años llevando el mantenimiento de algunas máquinas de mi curro. Siempre nos hemos llevado bien a pesar de la diferencia de edad (yo tengo 30 y el está a punto de jubilarse), por lo que solemos hablar un ratillo cuando coincidimos.
Este hombre es muy buena gente y habitualmente derrocha alegría sana y optimismo, vamos, el tipo de persona que le hace a un reconciliarse con el ser humano. Sin embargo hoy, cuando le he invitado a tomarse una caña conmigo ha intentado escaquearse y le visto una mala cara de impresión. Me ha preocupado y decidí insistir una vez más para ver si podía echarle un cable y, finalmente, aceptó.
A mitad de la caña, en un apartado del bar, se ha sincerado y me ha confesado la causa de su preocupación. La hija de este hombre, que ronda los 30 años, se metió hace tres o cuatro años en un chalet en Arganda del Rey, pueblo de la CCAA de Madrid situado en la carretera de Valencia. No me ha dicho el precio pero me consta que, como en todos sitios, en esa localidad se han pagado auténticas barbaridades.
El caso es que, como estaréis imaginando, la hija pidió a sus padres que la avalasen en su aventura pepitil. Pues a día de hoy la hija, esteticiene o como narices se escriba, lleva dos años sin curro y con la prestación agotada desde hace uno, mientras que su compañero, apilatochos, lleva año y medio en paro y medio sin cobrar prestación.
Este buen hombre, que no es ningún potentado, lleva ya muuuuchos meses pagando la letra del cipotecón pero todo tiene un límite y su cuenta ha alcanzado el suyo. Han acumulado varios impagos y el banco ya se ha puesto en contacto con la parejita para ver qué hay de lo suyo.
Me parece muy improbable que alguno de los dos miembros de la parejita encuentre un trabajo en breve por lo que huelga decir a por quién va a ir el banco en cero coma.
Pues bien hamijos, se me ha caido el alma a los pies al ver a un tio con los bemoles pelaos y toda una vida de curro en sus lomos, con los lagrimones cayendo por las mejillas al contarme esta historia en un rincón del bar. Un buen hombre, que estaba paladeando su merecida jubilación y hablaba constantemente de lo que iba a disfrutar con su mujer de los pequeños caprichos de la vida, que ahora está completamente hundido y temiendo que la deuda de su hija ninja se lleve por delante lo ganado durante todos estos años.
Y se me han revuelto las tripas al pensar en la sátrapa de su hija que, con su inconsciencia y porqueyolovalguismo, ha sido capaz de aprovecharse del altruismo de unos padres para llevar un nivel de vida que no puede procurarse por ella misma.
A lo mejor este post os parece la versión escrita del diario de Patricia pero creo que esta situación va a ser muy común a medida que pasen los meses, ¿ cuántos padres, dada su generosidad (y en menor medida ignorancia sobre qué supone avalar) se van a llevar por delante estos pepitos prepotentes en este puñetero país?
ardor de estomago de gente shishi.
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