Copy pastas celebres de Burbuja. La racopilación.

Galicosis

Madmaxista
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4 Nov 2013
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En este puñetero sitio poco agradable pagapensiones rojogitano torero de hez muertodehambre, no solo NO SE VENDE UNA fruta hez, sino que la fruta ralea quiere QUE TRABAJES GRATIS
Estoy ofreciendo servicios a pymes, y me estan llegando muchas pedidas de presupuesto. Me vienen todos los palilleros, "ah sisisi, me interesa mucho, cuanto me cobras por eso?". Trabajos para los que yo necesito unas 4-5 horas, que los estoy tasando a 5 puñeteros pavos la hora, que es POR DEBAJO DE SMI.. y sin impuestos, que si lo diera de alta y tuviera que descontar iva y renta, me saldria a poco mas de 2 pavos la hora
Y ME DICEN QUE NOOOOOOOO, QUE ESO ES MU CAROOOOOOO, QUE LE ESTOY TIMANDOOOO QUE BLAAAAAAAAAAA BLAAAAAAAAA..... cobrando la hora a por debajo de SMI
Es que es flipante. Esto empieza a dar muchisimo ardor de estomago ya, pais de hez de me gusta la fruta. Luego todos esos puñeteros palilleros hijos de la gran fruta carajilleros atestando los puñeteros baremierdas de puñetero bote en puñetero bote zampando ciruelos

Que empiece la fruta guerra jorobar
 

CiclopeBizco

El pesado de La Sagra
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27 Mar 2017
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Chozas de Canales
Yo estuve un tiempo liado con una gitana de mi quinta que vivía en el barrio de Torrero de Zaragoza pero era natural de Cubas de La Sagra. . Era delgada y de buen cuerpo pero le faltaban varios incisivos, algo que la afeaba bastante pero que la beneficiaba a la hora de churruparla. Tenía cuatro hijos y la casa llena de hez hasta arriba. Vivía con un hermano suyo y la mujer de este. No veáis cómo me acogieron, con qué cariño y con qué cosa. La conocí en el badoo. Me puse un día a hablar con ella y le dije así de primeras que me la quería amar. Me dijo que sí y que fuera directamente a su casa. No hago más que entrar allí y veo un suelo de gres a medio poner con sacos de cemento cola y una sierra radial en el suelo. Varios niños renegridos pasando delante mío y dando voces. En seguida me di cuenta de que me había metido en una casa de etnianos. Me hace entrar al salón.



Allí está la familia al completo con una estufa de butano encendida, la ventana con un cristal roto tapado con un cartón de una caja de zapatos de marca Baerchi. El hermano de la gachi saludándome con gran afecto mientras preparaba una ensalada de endivias con piña, langostinos, endivias y salsa brava. Que estaba cojonuda por cierto. Lo puede comprobar ya que me invitaron a cenar. Después de la ensalada hubo cocido al estilo de ellos y no estaba mal. Allí estuvieron casi un ahora contándome casi todos su vida mientras yo alucinaba en tecnicolor.



Casi todos fumaban, hasta los críos de once años y echaban despreocupadamente las colillas y la ceniza al suelo. Un muchacho de quince años miraba prono delante de todos en un portatil y se quejaba de que no tenía donde meterla y su padre le dice: "Pues aquí tienes a tu tía, vete con ella a la cama". Y responde el mozo: "Bah, ya se la hi metido muchas veces, ya me aburre". Me sacaron un carajillo de napoleón y un davidoff y al final me dijo ella que la acompañara.



Me llevó a un cuarto donde sacó unas mantas muy gruedas y encendió otra estufa de butano. Me dijo que acaba de discutir con ex-marido y que del cabreo que había pillado había decidido acostarse con el primero que se lo pidiera, que resultó ser yo. Cuando se caldeó el ambiente nos despelotamos y terminamos amando durante un par de horas. Chichi muy estrecho, teticas de perra. cositas buenísimas por la falta de incisivos, se dejaba dar por todos los lados y a pelico, se tragaba la leche.... Al salir de la casa su hermano se despidió efusivamente de mí y me dijo que siempre se llevaba bien con todos los amigos de su hermana, que le gustaba como eran.



El peor schoscho que he tenido el honor de saborear fue el suyo. ¿Sabéis el chiste del que no tenía olfato pero le lloraban los ojos? Pues está basado en hechos reales. Aquello tenía un olor tal que te hacía llorar, cosa normal porque emanaba gases y el ojo se protege. Se te quedaba en los labios como un picor persistente de guindilla, y al hacer contacto la lengua con aquello me supo a hierro, como cuando tocas con la punta de la lengua una pila para ver si tiene carga. Era una mezcla de salazón picante con olor a ultratumba. Pero no podía dejar de libar.



Luego me contó que le habían echado mal de ojo y que tenía que llevar una cabeza de ajo en la copa izquierda del sujetador, cerca del corazón, para que el mal de este lo absorbiera la cabeza de ajo y lo erradicase. Me dijo que a la semana se lo quitó y estaba oscuro, signo de que había sido curada. Siempre sospeché que en el schoscho se metió otra cabeza de ajos y ahí seguía, macerando hasta que el mal se fuese.



Estuve dos meses y medio yendo a esa casa un par de veces a la semana hasta que llegó un día que dejó de cogerme el teléfono y nunca supe más de ella (Ella no me llamó nunca a mí). Nunca tuve ganas de ir a la casa e investigar que porqué no me cogía el teléfono. Me quedé aliviado de hecho.



Las gitanas son la leche en la cama, junto a las ecuatorianas y una de Talavera con las que estuve liado un tiempo de las mejores experiencias de mi vida.
 

Alia del Cuchillo

Forero asistente del Forero Revelación 2021.
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10 Ene 2015
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En el día de ayer el desconocido usuario de Burbuja, Warrior, sufrió un ultimatum por parte de su yaya que le obligó a buscar un trabajo remunerado y cotizado.

La empresa Manpagüer le ofreció un contrato de cuatro días en el turno de noche en una fábrica de inyección de plástico en Terrassa. Oferta que no pudo rechazar por estar su abuela presente en la oficina de trabajo temporal.

A las 21:00, vestido con su chándal favorito de leche RAM, cogió su bicicleta, encendió el dinamo, quitó el sillín y marchó con pesambre al poligono Picafet.

La yaya le había confiscado el movil esa noche a cambio de hacerle la recena: Sandwich de crema Hacendado, litrona pa beber y de postre papadeltas.

Pero los terapeutas subestimaron a Warrior. Al extraerlo a pelo de su hábitat natural, un cuidado ecosistema en el que había permanecido los últimos 47 años, sus defensas de linfofritos y su índice de miniclorianos cayeron en picado.

Al comenzar el turno de noche en el lineal de piezas de colores, sus pequeños gafones no pudieron soportar tantos estímulos sensoriales, mas reales que cualquier videojuego o Youtube que jamás había visto.

Durante la segunda hora en la cinta transportadora de Playmobil, sus hartoesclerosiadas arterias trombearon grasuza, su pequeño corazón y su enorme hígado dijeron basta y finalmente sufrió un desprendimiento anal que lo sumió en un coma profundo.

Las autoridades catalanas no pudieron hacer nada por salvar su triste vida.
"Millor així, noc?" Dijo el jefe de barrenderos tras rematarle con una porra senegalesa.

Durante la mañana, los medios de comunicación más importantes comenzaron a hacerse ecco y bonka de la noticia. Cotilleando, forobodas y Vandal eliminaron sus cuentas utilizando aguarras con lejía Conejo. Forocoches y Pacoporn lo celebraron con registro gratis durante toda la semana. Burbuja colocó un anuncio en forobeta de "se necesitan CMs" con la idea de que un equipo de sudamericanos llevase sus cuentas sin levantar sospechas.

Lamentablement, su cuenta principal y todos sus multis perecieron por el derrame rectal, no sobreviviendo ninguna de sus cuentas, según hizo constar el bedel y el notario.

Su cuerpo descansa ahora en el vertedero municipal de Curicó, donde será desguazado por Coquimbo el peludo.

Algunos foreros rezan al cielo por su alma derroida, alojada en la nube lowcost de PCloud.

DEP en DVD-RIP. Siempre foreaba.
 

NATE HIGGERS

Brigada antiCALBOS
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25 Ago 2018
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Fuera el aire azota las contraventanas contra la pared, produciendo un ruido sordo, inquietante. La fuerte lluvia arremete racheada, los canalones metálicos suenan como si fuesen las trompetas que anunciasen el dia del juicio final.

El nini tiene una sensación desapacible, y decide combatir la desazón con algo familiar. Acude a la cocina alicatada con pésimo gusto y se prepara la merienda. Agita con la cuchara su cola cao, que desprende un calor agradable, reconfortante.

Acude al escritorio y saca de su funda unos rotuladores. Los reparte a conciencia por encima de la mesa y comprueba uno por uno su funcionamiento. Algunos ya no dan más de sí; piensa para si mismo, mientras mueve la cabeza a uno y otro lado. Mientras, esboza en su mente los retazos de la que será su nueva creación; trazará un mapa mundial y ordenará el territorio como Dios quiso que fuesen los países. Será su obra cumbre, por la que él será recordado por muchos años.

Suenan unos pasos, alguien se acerca por el pasillo de la vivienda pobre de extrarradio. Es el padre. Le dice que no se deje las luces encendidas, le recuerda que las Campurrianas no caen gratis del cielo.

Fuera la tormenta arrecia. Unos rayos iluminan la lúgubre habitación por un momento. La sombra del nini se recorta en el papel estampado barato de la pared y al verla, se siente poderoso, capaz de dominar el mundo. Acerca a sus labios la taza humeante y absorbe un poco de líquido. El cola cao está caliente. Todo es posible.
 

AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!

✟ Católico converso ✟
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1 Mar 2021
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El otro día cuando salía de trabajar, estaba cansado y hacía frío. En eso vi al camión de la basura y pensé "si voy corriendo y me engancho a la parte trasera me acercarán a mi casa" Corrí y corrí y pude asirme por los pelos a la parte trasera". Estaba contento porque me iba a reunir pronto con mi familia. El problema es que el camión no paró y siguió. Me empecé a asustar cuando abandonó la ciudad y salió a la carretera. Comencé a gritar y a golpear la chapa del camión, pero no me escuchaba el conductor. En eso que se acerca un coche a pocos metros del camión y le hago señales con una mano y grito. Pensé que el coche le daría las largas, tocaría el claxon o se pondría al lado del conductor para indicarle que parara. Pero no fue así y el coche siguió de lado.
El camión comenzó a coger velocidad y me costaba agarrarme, así que trepé y conseguí entrar donde estaba la basura.
Comencé a asustarme cuando vi que el camión iba al vertedero y creí que iba a morir triturado entre toneladas de basura. Busqué mi móvil y escribí un whatsapp donde pedía perdón a todos mis allegados y les decía que les quería. En eso, el camión se paró al entrar al vertedero y aproveché para salir del camión.
Vi que estaba como mínimo a 45 minutos de casa, así que llamé a un taxi.
Me costó una pasta, porque era fuera de zona urbana.
 

Roswell

Refuse / Resist
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19 Oct 2013
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Estoy harto de decir que la zona norte de Toledo y Parla y sus alrededores son una zona extraña. Es un lugar raro que trasmite sensaciones raras. Pueblos llenos de urbanizaciones en medio de la nada, medio vacías, aceras sin árboles, chalets abandonados o con puertas y ventanas tapiadas junto a otros bien cuidados. Gente extraña, personas deambulando sin oficio ni beneficio, paisanos con sus Ebros sin capota y la cuba de sulfatar las viñas, fulanas de saldo que ya no son competitivas en Madrid. Páramos infinitos, cielos inmensos que te aplastan y te recuerdan que solo eres un simple mortal.

Hay algo en esa tierra que perturba el alma, los que hemos estado allí lo sabemos, aunque no sepamos qué es ya que el ambiente destruye el espíritu y la tierra se alimenta de sus cuerpos. Está maldita…

En La Sagra la tierra escupe a sus muertos, y los vivos parecen muertos en esas pedanías alejadas de la mano de Dios. Cobeja, Lominchar o Recas están plagados de esos aromas fatuos que vaticinan algún crimen. Por contra, Yuncos, Yunclillos, o Yuncler reflejan la endogamia local, cuyos nombres son tan parecidos, como los genes mezclados de sus habitantes.

Si consigues llegar, en Esquivias solo verás casas con sucios garajes enjalbegados de gris, que antaño daban paso a los caballos y hoy en día cobijan destartalados Citroen C15 con tantos kilómetros como millas de angustia genera la Sagra.

Llegado el momento de buscar algo de comer, te encontrarás con locales con muchísimos lugareños derrotados por la vida, con gorras de Caja Rural cuyo verde corporativo ha sido derroido por el tiempo. Y si aún así sigues con ganas de comer algo, el cocido de La Sagra y su pringá puede revitarlarte tras un angosto y tortuoso camino sin fin en busca de la salida de la región.

Los límites geográficos de La Sagra son tan difusos como sus propios orígenes. No me atrevería a afirmar que esos pueblos fueran de La Sagra o, en menor media, que compartan rasgos definitorios de la región. ¿Qué es ser de «La Sagra» se pregunta el cansado caminante que tiene la desgracia de caer allí? ¿Dónde acaban sus límites? No hay una respuesta segura a tales preguntas pues caer en La Sagra es como entrar en el limbo cósmico del desconsuelo. Una vez que entras, sabes que estás ahí pero no sabes dónde empieza ni dónde acaba.

No verás, incauto viajero de aquellas agrestes tierras, ni una sonrisa en la cara de sus habitantes, ni un niño feliz ni un anciano afable. Lo único que verás será el rostro marchito y caduco del dolor más sofocante de los que por desgracia tienen que vivir allí. No cometas el error de permanecer mucho tiempo en La Sagra, pues tu alma quizás no pueda escapar y si así lo hiciera, ya no volverías a ser el mismo.

Recuerdo que durante todo un día de otoño triste, oscuro, silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo, crucé yo solo esa región singularmente lúgubre del país. Y al fin, al acercarse las sombras de la noche, vi la comarca de La Sagra en la oscuridad. No sé cómo fue pero a la primera mirada que eché invadió mi espíritu un sentimiento de insoportable tristeza. Digo insoportable porque no lo atemperaba ninguno de esos sentimientos semi-agradables por ser poéticos, con los cuales recibe el espíritu aun las más austeras imágenes naturales de lo desolado o lo terrible. Miré el escenario que tenía delante —la casa y el sencillo paisaje del dominio, las paredes desnudas, las ventanas como ojos vacíos, los ralos y siniestros juncos y los escasos troncos de árboles agostados— con una fuerte depresión de ánimo únicamente comparable, como sensación terrena, al despertar del fumador de opio, la amarga caída en la existencia cotidiana, el horrible descorrerse del velo. Era una frialdad, un abatimiento, un malestar del corazón, una irremediable tristeza mental que ningún acicate de la imaginación podía desviar hacia forma alguna de lo sublime. ¿Qué era —me detuve a pensar— lo que así me desalentaba en la contemplación de La Sagra? Misterio insoluble; y yo no podía luchar con los sombríos pensamientos que se congregaban a mi alrededor mientras reflexionaba.

Es mirar la zona en un mapa y ya te trepan todos los males, como raíces negras, cartografía maldita, como si de una impúdica auscultación de aullidos de galgos nocturnos en su última penuria se tratara… el mapa late envilecido.

Decía José Antonio Primo de Rivera que los castellanos conquistaron el mundo porque no tenían otra opción, quien haya vivido en Toledo Norte sabe que esto es un dogma de fe.

Es una tierra de desdicha. Desdicha mala…

Siempre que hay un secuestro en Madrid, no sé el porqué pero si la cosa sale mal, el cadáver lo encuentra semienterrado en La Sagra, escarbado por unos perros de caza o en alguna antigua fábrica de ladrillos de esa maldita zona.

Esa zona esta maldita. Los perros huyen espantados por el hedor a muerte y sin embargo la tierra engulle desdicha. Pide desdicha.

Conejos con mixomatosis, perdices de granjas que sueltan para que escapen y en su huida mueran. Galgos famélicos, tiñosos, muertos de frío o de miedo que no paran de temblar. Estos son los tres animales que habitan esa tierra, una tierra seca que niega el agua. La antesala al infierno de Dante.

Y cuando sopla el aire, el solano, que es el único aire que allí recorre los llanos, se pueden oír los lamentos de la almas de los oriundos que calladamente agonizan e impregnan el ambiente de dolor y fatigas. En verano el calor te achicharra como si del mismo infierno se tratase y en invierno castañean los dientes y el moquillo cae de la nariz. No hay mujeres guapas, solo viejas y extranjeras medio locas. No cantan los pájaros, no hay sombras de árboles porque no hay árboles, ni pájaros que se posen. Todo es desasosiego y una extraña sensación de angustia.

Por la noche en verano no refresca jamas y oyes a las chicharras cantar con su monótono canto hasta volverte loco.

Y los contenedores de la Maersk reciclados para vivienda con un tinajón enorme de cemento al lado para tener agua son todo un clásico.

Siempre creí que yo era uno, indivisible. Pero la Sagra me desdobló, fue allí donde pude comprobar que no era uno, sino dos. Un cuerpo y un alma que formaban un conjunto. Recuerdo cómo al pisar esa maldita tierra quiso arrebatarme mi alma. Y juro por Dios que noté como se me escapaba del cuerpo y era engullida por aquel lugar. Pero la atrapé y pude mantenerla unida a mi cuerpo, no me extraña que la gente del lugar hayan perdido todos la cabeza. Esa tierra te vacía que roba el ser espiritual y mantiene el cuerpo orgánico, que deambulan por las urbanizaciones sin brillo en las miradas.

Levantas el lomo, el azadón al lado y respiras y el aire te quema las entrañas de miseria y el hedor es más profundo que la mismísima náusea.

Por eso su vino es tan fuerte, porque se hace con el sufrimiento de los que trabajan la tierra. Un vino con regusto a polvo, amargo, áspero al paladar, que emborracha y hace mal vino en los que lo beben. Sacando lo peor de cada uno. Es la sangre maldita del lugar, beber ese brebaje es como probar la sangre de un vampiro. Denominación de origen Méntrida. Si lo veis por ahí no lo probéis. Bueno, haced lo que queráis pero que sepáis que son las lágrimas de esa gente que vive atrapada en un universo paralelo.

Una tierra yerma, estéril que aúlla de dolor, la sangre derramándose en la sementera. No lloverá en meses. Oscurece y el paisano camina entre los cipreses… ¿Quedará algún mendrugo de pan de ayer? La noche abrasa, el regreso duele.

¿Y los olivos? Siempre enfermos, siempre afectados. Solía preguntar por cortesía a los lugareños que qué tal hogaño la cosecha. Y siempre, siempre, pasaba algo al olivo. Cuando no les pica la mosca, no llueve; cuando llueve, les entra repilo; o las heladas tiran el fruto o la sequía no da rendimiento de aceite. Siempre están enfermos o afectados, son como un reflejo de sus dueños. Cuando hay mucha producción, baja el precio. Si no dan nada, sube el precio del aceite. Cuando no es granizo, es la tuberculosis del olivo. Si un año les pagan pronto la subvención, ese año los rumanos y etnianos arrasan los olivares. Siempre, siempre tiene algo malo. No he visto árbol más sufrido que los olivos de esa zona. Y con qué orgullo te cuentan sus enfermedades los agricultores, parece que están deseando que les preguntes para empezar a quejarse amargamente de su existencia.

Los oriundos de La Sagra jamás te dirán lo que piensan. Para ellas decir lo que piensan es el mayor pecado que existe. Mayor que el incesto o el asesinato. Si agarras a un sagreño, lo atas a un sillón, le arrancas una muela con unas tenazas oxidadas a lo vivo y el preguntas si le duele… pues te dirá que no.

El sagreño es celoso de sus pensamientos. Sin embargo si ves a dos sagreños juntándose al azar por la calle es fácil adivinar lo que se dicen el uno al otro: se mienten.

Porque mentir es su deporte comarcal. No hacen sino manipular a los otros mintiéndoles para sonsacarles. «Sacar mentira por verdad» como dicen ellos. Se creen muy astutos con el forastero y no se dan cuenta de que en realidad quedan como unos cretinos.

Sus relaciones humanas son antinaturales, artificiales, extrañísimas. No saben lo que es la espontaneidad, la sinceridad, el trato abierto, cercano, cálido y franco. Y ni lo quieren saber.

Gente que por las tardes apuran los vinos antes de ir al pilinguiclub de Valmojado o al del Lucio en Maqueda.

Ancianos de pinta siniestra que van a misa todos los domingos. Vestidos de oscuro y con rostro lleno de amargura, soberbia y desesperación. Agarran los rosarios fuertemente en sus temblorosos dedos.

Un consejo añadido os doy, para que veais que soy buena persona y que os aprecio. No vayáis nunca a La Sagra y si vais no paréis, y si tenéis que parar por necesidad o emergencia procurad estar lo menos posible y evitar tocar nada o relacionaros con nadie, no intentéis comprender la idiosincrasia de la gente y los motivos o razones que allí pudieran existir.

No vayáis a La Sagra, hijos míos.
Tan cerca de Madrid, tan lejos de Dios.
 

Roswell

Refuse / Resist
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Segunda parte

Móstoles, Alcorcón, Leganés, Getafe, Parla; son el cáncer. Hay un cinturón por la zona norte de Toledo que va desde Valmojado a Ocaña, y seguramente siga más para el norte, pero yo esa zona ya no la controlo. Hablo de Illescas, Yeles, Seseña y toda la zona de La Sagra en general. Que se podría decir que es la metástasis. Un páramo inhóspito, todo lleno de chalets adosados con setos sin cortar, Renault 19 desguazados en la puerta, cada tres casas hay una a medio terminar y otra donde hay una caravana o un contenedor marítimo que sirve de vivienda. En las aceras no hay árboles, las calles son de cemento desprendido y no se ve a nadie por la calle. Uno pone malla verde del AKÍ y el otro unas lonas de publicidad para que no se vea que tiene todo el patio lleno de maleza y de hez. En medio del secarral se levantan calles donde se supone que vive gente. ¿Pero qué clase de persona se iría a vivir en medio de un pastizal seco? Es una zona extraña, rara, es un lugar que da miedo, un lugar poblado de espíritus, de almas en pena, de gente que se esconde de algo.

He visto zonas antiestéticas en mi vida, pero esa comarca siempre me ha parecido el lugar más perturbador en el que haya estado.

La Sagra es una comarca maldita. Debe de ser un cruce de capas tectónicas o albergar una de las puertas del infierno, pero es un lugar que da desasosiego.

Los que somos de secano cuando vemos el mar por primera vez experimentamos una sensación de insignificancia por la grandiosidad y la fuerza que transmite esa enorme masa de agua, el olor a libertad, la luz brillante que se refleja en el agua como un espejo, el rítmico sonido de las olas rompiendo con la costa. Uno se siente reconfortado y en paz con el universo.

En la comarca de la Sagra cuando se visita por primera vez una siente una sensación de vacío y soledad. Desasosiego y angustia al verse rodeado de secarrales yermos salpicados por urbanizaciones inhóspitas. Un calor sofocante que hace brotar al cardo borriquero por todas partes y un frío oscuro, en invierno, que te llena las orejas de sabañones. Y uno se pregunta, ¿qué tipo de personas decide vivir en esta tierra maldita?

Una cosa es segura, la comarca de La Sagra es un área geográfica de tal antiestéticaldad que produce miedo y compasión. Es como el trastero de una casa, un lugar sucio, lleno de trastos inservibles, todo desordenado y que se mantiene oculto a las visitas por vergüenza.

Otro área maldita es la zona de Otero/El Casar de Escalona y todas las urbanizaciones infectadas de ralea que hay a la ribera del Alberche. ¿Alguien me puede explicar qué hay de interesante en vivir en una urbanización de hez teniendo como vecinos a ninis? Esos seres estrafalarios deprecian la belleza de cualquier lugar donde se les vea por las calles.

El desierto, cachopo, el desierto de Arabia, es visualmente más atractivo que La Sagra.. Al desierto llega David Lean y se pone a rodar Lawrence de Arabia y es capaz de sacártelo majestuoso; a La Sagra llega David Lean a rodar algo y se pega un tiro en el paladar de la pura miseria que le invade.

Por no hablar de Fuensalida: uno de esos sitios por los que uno echa de menos tener un Delorean y avisarse a sí mismo 3 minutos antes de tomar la decisión de ir allí.

Fuensalida, lugar que tiene una lengua propia extrañísima que se parece a ratos vagamente al castellano pero no es castellano, no se confundan. Es una lengua infernal. En Fuensalida hay un montón de solares y casas en ruinas en el pueblo. Trazado urbanístico demencial sin centro definido. Casas que se hicieron deprisa y corriendo y se empalmaron los desagües donde primero les ocurría. Caminas por sus calles en verano y los hedores que salen de los sumideros de agua de lluvia son espantosos.

También hay un montón de casas a mitad de construir que se quedaron así cuando explotó la burbuja inmobiliaria. Y otras terminadas donde no ha vivido nadie nunca o hay okupas. Mucha gente rara de los arrabales de Madrid, ralea, traficantes de drojas a porrillo (el consumo de drojas en esa localidad es demencial).

Hay un barrio en esa localidad que le llaman graciosamente «El Bron» por la cantidad de ralea que hay (en referencia al Bronx, pero dicen «elbrón» porque no saben pronunciar). Están los «Pelones» que piden dinero a gritos siempre a la salida de misa.

antiestéticaldad absoluta. El entorno es desolador. Viñas y olivares yermos en medio de una planicie que no acaba nunca, todo seco, nada agradable donde echar la vista. Mal paisaje y peor paisanaje.

Vertederos ilegales, olor de las quemas de los mismo, cementerios de neumáticos y pestazos de depuradoras.

Fábricas donde se trabaja más horas de las que se debiera sin cobrar extras y sin cotizar y donde los encargados son capaces de arrojar objetos a quienes consideran que no siguen el ritmo. En tiempos había infinidad de talleres clandestino de zapatos, creo que todavía queda uno. Hedores nauseabundos por las noches de las quemas ilegales de los residuos de la fabricación de zapatos.

En verano no refresca jamás, ni siquiera a las siete de la mañana. En invierno el frío es húmedo y cae como una losa sobre los cuerpos y las almas. Y cuando acaba la temporada de caza galgos, galgos famélicos abandonados por las calles. A montones.

Los padres de Cervantes eran de Maqueda y su señora de Esquivias. Yo no entendí el Quijote hasta que fui a vivir a Toledo Norte. Don Quijote y Sancho no son arquetipos de nada sino la excusa argumental para ridiculizar a los tipejos con los que se iban encontrando. Tipos humanos que Cervantes conocía muy bien. Han pasado 4 siglos y siguen igual, no han cambiado nada.

No vayáis a La Sagra ni a ningún lado de Toledo Norte. No vayáis.