Soy tan triste que miro el precio en todo
. Quizás heredado de otras épocas en la que el cinturón estaba muy apretado (ahora afortunadamente no...)
De hecho, no creo que sea nada 'rata' a la hora de gastar, pero siempre tengo puesto el chip de que lo que me gasto sea proporcional a la satisfacción que me produce. No hay nada que diga 'en esto, al precio que sea'.
Por tanto, en aquellas cosas que no me producen satisfacción alguna, intento gastarme poco. Y en aquello que sí que me gusta, pues el precio podrá ser más alto, pero buscando siempre ese equilibrio.
Más que nada porque sí que tengo esa 'resaca' de haberme gastado más de la cuenta en algo (pocas veces...) y darme cuenta a posteriori que ese dinero lo podría haber empleado mejor. Sin dramas ni arrepentimientos
Quizás porque me he fijado mucho en el comportamiento de quien gasta compulsivamente sin tener capacidad para ello. Y no es algo que quiera para mi..