Captados en amazon, esclavos de la pluma

HUEVOS PACO E HIJOS S.L

Honrado amaplantas
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Primero murieron las discográficas, después, las productoras de Hollywood, y ahora, tarde, es hora de que mueran las editoriales. A las editoriales ni agua, se creen los bancos de los libros, y que un Goldman Sachs al que servir como esclavos ya tenemos bastante.

El último bastión son los libros de texto, pero, es cuestión de tiempo que sean las incipientes comunidades virtuales de profesores las que creen y compartan materiales didácticos por internet, con o sin apoyo gubernamental. Sólo los profes vagos y maleantes utilizarán a las editoriales de libros electrónicos.

cachopo, en líneas generales puedes tener razón, pero generalizar en este caso es injusto. Yo creo que la pequeña editorial es tan necesaria para la pervivencia y fomento de la cultura como la pequeña productora discográfica o audiovisual, cumpliendo además una función de asesoría al autor y creación del producto. El manuscrito en sí es la clave, pero no es lo mismo que el producto editorial acabado y su promoción, es decir, lo vendible. Los propios autores suelen tenerlo muy claro.

Si me preguntas por la desaparición de SM, Santillana u otros satélites de la casta empresarial, yo la aplaudo con las orejas. Pero si me preguntas por Akal, La Felguera, Babylon...Pues oye, no, esta gente hace un trabajo cojonudo y viven de hacerlo, ¿por qué iban a desaparecer? A mi juicio, ese 10% que se llevan los autores del libro físico y del 30 al 70% en ebook (respecto al precio final) es una remuneración justa, siempre y cuando la editorial cumpla su parte (buena edición, buena promoción, la mejor distribución posible), algo que muchas veces no es posible por otros actores de la industria a los que los libros les importan una hez (los distribuidores, que suelen quedarse del 30 al 60% del precio final, suelen tener mucha más culpa de los fracasos editoriales que las propias editoriales, que eligen sus fondos con cierto mimo, conocimiento de las tendencias del mercado y criterio de calidad).
 

luisito2

Madmaxista
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Esta escritora parece conocer muy poco qué son y cómo funcionan las grandes editoriales y debió informarse antes de dejarse llevar por su entusiasmo y ingenuidad.

Las editoriales son el negocio mafia, oligopólico y sumiso al poder por excelencia, ya que la verdad en un mundo de idiotas como el actual es la "verdad publicada" o (incluso telebasurizada). Las editoriales seleccionan, entre todas, una pequeña cuadra de 50-100 autores robot que escriben clichés estatistas y reiteran las verdades oficiales del régimen y suprimen de manera activa e implacable al resto.

Amazon es una heroica brecha en este cortijo y nunca debió salirse de él.

"Coyote blog", uno de los pequeños autores de Amazon, escribe hoy sobre esto y sobre la encendida defensa que hace el perfecto petulante de Krugman, uno de los autores robot, del lobby tradicional de editores y de su ataque a Amazon.

So Why Is Paul Krugman Now Defending the Privileges of the 0.1%?

Apparently Paul Krugman has weighed in on Amazon and has concluded that it has "too much power".

I just cannot believe progressives are falling into the trap of defending major publishers against Amazon. People like Krugman who bash Amazon are effectively setting themselves up as defenders of a small oligarchy of entrenched publishers who have, until recently, done a very good job of making themselves the sole gatekeeper of who gets into print. Amazon is breaking this age-old system down, in the same way that Uber is challenging taxi cartels and Tesla is challenging traditional auto dealer networks, and giving most everyone access to the book buyer.

The system that Krugman is defending is the system of the 1%. Or 0.1%. The current publishing system benefits about 200 major authors who are in the system and whose work has traditionally been spammed by the large publishers to every bookstore and news outlet. When you walk into an airport book seller, how much diversity of books do you see on the front table? You just know that you are going to see Sue Grafton's "AA is for Aardvark" and Janet Evanovich's "Fabulous Forty-Six". The publishers have risk-return marketing incentives to push the 46th Stephanie Plum novel over trying any new author.

So while the traditional publishers flog the 0.1% of authors, Amazon has empowered 20,000 authors. Those who sell just a few thousand copies (or fewer) of books have found an outlet in Amazon that never existed for them (as disclosure, I am one of those). And writers who distribute mainly through Amazon get a far higher percentage of their book revenues than they ever would get from the traditional publishers.

So Amazon is helping the consumer (lower prices) and 99.9% of authors (better access and higher profits). It is perhaps hurting the top 0.1% and a few century-old entrenched corporations. So what doesn't Krugman like?
So Why Is Paul Krugman Now Defending the Privileges of the 0.1%?
 

Kuja

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Si creeís que las editoriales son simpáticas... esperad a tratar con las distribuidoras.

La cuestión de fondo sigue siendo el futuro real del libro físico en papel. Si crees que tiene futuro (yo creo que sí) y lo que quieres es que te recuerden cuando hayas muerto (y para eso, con mayor o menor fortuna, escribe el que escribe cualquier cosa con más intención artística que un informe pericial), o vivir del tema, vas a necesitar una red de distribución de un objeto físico (voluminoso y relativamente frágil además) que sea lo más amplia posible. La última vez que pregunté,el tipo que controlaba esa red de distribución pedía la mitad del precio de portada (pregunté por revistas, me dicen que con los libros la cosa no está muy allá). Y aunque hacía dinero, tampoco era para retirarse.

Y encima a él no le quedaba el consuelo de lo artístico que he visto en tantos y tantos editores. Pero es lógico, se trata de señores que se dedican a llevar papel (pesado, y engorroso) del punto A todos los puntos B posibles.

Si lo que quieres es llegar, y crees que te basta con el formato electrónico, te sale mucho más a cuenta aprender a maquetar en formatos electrónicos y hacerlo todo tú. Que luego ya consigas ganar dinero con ello... bueno... ¿pero tú te alistaste por el dinero?

Lo que queda es promoción. Pero vivimos en un tiempo en que de todos los procesos industriales implicados en la publicación de un libro, la promoción es la única que probablemente esté más y mejor al alcance de un particular cualquiera. Siempre que tengas ojo, astucia, visión de gol y una conexión a internet.

Lo demás es llorar porque a la salida de la iglesia los mendigos te atosigan y dan mala imagen.
¿Alguna sugerencia de promocion y estrategia de marketing?
 

Harold Alexander

Madmaxista
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CAPTADOS EN AMAZON, ESCLAVOS DE LA PLUMA | Soy mi palabra

He estado dándole vueltas a cómo podría explicar, sin que resulte demasiado farragoso, mi experiencia económico-literaria comparando el tiempo que estuve autopublicada con el que he estado, y sigo estando, con dos grandes editoriales. Mi intención es despejar las dudas de todos aquellos que me escriben pidiendo consejo. Sin poner demasiados datos, que los tengo, intentaré ser clara, valiente y totalmente sincera. Aunque sé que esto traerá cola.

El post es extenso, pero os aseguro que merece la pena.

Voy a redondear cifras para más comodidad, pero de ninguna manera es mi intención disfrazar la realidad.

La desesperación al no encontrar editorial me llevó a subir cuatro de mis novelas a Amazon:

En un año en AMAZON…

Conseguí:

Tener dos títulos entre los 10 más vendidos de España, Alemania, Francia e Inglaterra (hablamos de meses y meses, una de ellas año y medio en el Top 100, justo hasta que firmé).

Cientos de reseñas y comentarios positivos en la red que fomentaban el boca-oreja y abrían camino para mi próxima obra.

10.000 lectores que pagaron por mis libros (las descargas piratas son otro tema digno de discutir ampliamente).

Una media de 500€ mensuales, que Amazon me ingresaba puntualmente.

Control absoluto sobre mis obras: la posibilidad de corregir erratas, rebajar precios, poner gratis alguna de mis novelas en determinadas fechas… Y, sobre todo, tener conocimiento absoluto de todos los datos de ventas y posición en las listas, al instante.



Realmente, después de mil peripecias, y de gastar en publicar mis obras y promocionarlas por todas España un dinero que no tenía, esto de Amazon me parecía un milagro.

Fue entonces cuando se pusieron en contacto conmigo dos grandes editoriales. La una se quedó por 7 años con los derechos de los cuatro libros que ya tenía en Amazon. Y la otra con los derechos de una novela inédita.

Podéis imaginaros mi alegría, ¡dos de las grandes!, mis libros con los mejores sellos editoriales y, además, hacía tiempo que había conseguido agente literario. ¡Lo más! La envidia de miles de escritores.



Bien, después de firmar con las dos, casi al mismo tiempo, y que una de ellas me diera un pequeño adelanto, pasado casi un año, con DOS GRANDES EDITORIALES…

Conseguí:

―Tener todos mis libros fuera, no del Top 100, no, del Top 1.000.

No más de treinta reseñas y comentarios positivos, ni el 5% de lo que conseguía sola (cosa lógica, habían desaparecido de las listas y escaparates, todo mi esfuerzo se había perdido).

―A la editorial que me dio el adelanto de 2.000€, de los cuales hacienda solo me dejó “disfrutar” 1.400, como mis royalties EN UN AÑO han sido de 150€, le debo 1.850. Atentos a la jugada, que esto tiene su aquel: recibo 1.400 y después de un año debo 1.850, quiero decir, no recibiré ni un euro de las ganancias hasta que no supere esta cifra. Y, lo mejor de todo, dudo mucho que a este paso pueda saldar la deuda en los seis años de contrato que restan.

Y la que contrató mi novela inédita, sin adelanto, como firmé con agencia de por medio, le ha pasado a ella, a mi agencia, 250€ de royalties, de los cuales tiene que coger su parte.

Cero control de mis obras y beneficios, no me queda más que tener fe ciega en lo que me dicen o me hago el haraquiri.

Han publicado una de mis novelas en papel y está muy bien distribuida, pero de esto solo ha pasado un mes y no podré contar qué pasa con las ventas y royalties hasta el año que viene por estas fechas.



Lo mejor de todo es que lo que verdaderamente me empujó a firmar fue el convencimiento de que al estar apoyada por editoriales de renombre podría dejar la promoción y dedicarme a escribir. ¡Error! No me promocionan en absoluto y no me apoyan en ninguna de mis iniciativas. Jamás he invertido tanto tiempo en publicidad como ahora. Hasta tal punto me ignoran que en la presentación en Madrid de “Maldita”, estando a un paso de las oficinas, ni siquiera hicieron acto de presencia, además de cero apoyo económico, ni el triste cartel que me prometieron; el evento me costó 650€.



Resumiendo, mi situación actual es la siguiente:

No podré recuperar mis obras hasta que no se cumplan los 7 años de los dos contratos.

Si quiero que los lectores no terminen por olvidarse de mí y mis novelas tendré que promocionar como jamás en mi vida.

Debo 1.850€, que tendré que pagar con los beneficios de las ventas, además de haber invertido al menos 1.000€ entre pitos y flautas.

―Tengo una agencia literaria por la que no me siento apoyada.

Tengo por contrato un “derecho de tanteo” (que no tengo muy claro lo que es) que me obliga a ofrecer a una de las editoriales en primicia mi próxima novela. Estoy investigando a ver si me puedo librar de esta cadena, tengo muy claro que sería un nuevo secuestro.



Además de todo lo anterior, de repente me encuentro con 160 ejemplares en papel de “La última vuelta del scaife”, porque por medio de un abogado tuve que rescindir el contrato con mi antigua editorial, ya que no me pagaba, y ahora, lógicamente, estos libros no se pueden vender. Naturalmente, si quiero que lleguen a lectores y que no terminan apolillándose, tendré que emplear un tiempo que no tengo y gastarme otro dinero que no tengo.



Yo creo que más claro imposible. Las editoriales nos captan de Amazon para quitarse un estorbo (esto ya no son datos, es sentido común). Es un negocio redondo: nos dan un caramelo que tenemos que devolver matándonos a promocionar una obra que ya no nos pertenece; despejan las listas, o sea, eliminan los libros de autopublicados que son un escollo para los que de verdad les interesa promocionar y les dejan el dinero (valores seguros, como viejas glorias o títulos extranjeros que ya vienen promocionados, o “escritores” que trabajan en sus propios medios de comunicación, presentadores, periodistas, colaboradores…); promocionamos su sello, ahora estamos con una grande y lo vamos gritando por todas partes; y, lo mejor de todo, si suena la flauta y alguno de nosotros por arte de birlibirloque consigue despegar y vender a mogollón, pues guay, el 90% de las ventas para ellas y los intermediarios.

He de decir que no soy un caso aislado, aunque muchos callen, mi experiencia es muy parecida a la de la mayoría de los “captados”.



Lo tengo clarísimo, desde que tengo editoriales que me “respalden”, he trabajado en promoción como nunca, escribo menos que nunca, debo más dinero que nunca, gasto más que nunca y cobro menos que nunca. Como también tengo claro que de ser todavía mías las cuatro que ya estaban en Amazon y no haber cedido la inédita, que estuvo secuestrada en una plataforma con un sistema de descarga complicadísimo y absurdo y a un precio desproporcionado, ahora mismo tendría mucho más dinero, muchos más lectores, mucho más tiempo y mucha más libertad. Y de no ser porque realmente hay más de 10.000 lectores en potencia que avalan la calidad de mis obras, también habría perdido la moral para seguir adelante. Hablando claro, he pasado de ser señora de mi choza a ser la esclava del rey de palacio, rey que, dicho sea de paso, es un ente abstracto que nadie sabe dónde está ni quién es y que por lo tanto es inaccesible e intocable; a los esclavos de la pluma nos adjudican un contacto, esclavo también, que tiene que atender a chorrocientos autores y contarles el mismo rollo una y otra vez: no hay dinero para nada. Igual es verdad, y están al borde de la quiebra, vale, pues que lo digan antes de firmar.

Estoy escribiendo otra novela, ¿qué pensáis vosotros que debo hacer? Haciendo cuentas, lo inteligente, para un contrato de 7 años, sería exigir mínimo 20.000€ de adelanto, para asegurarme al menos 250€ mensuales, cosa que con una buena obra, trabajando la promoción y en Amazon podría conseguir sin editorial.

Dos cosas:

1) Lo siento por ella, pero el hecho de que aún ahora no sepa qué es el "derecho de tanteo" indica que firmó los contratos a las bravas y sin asesorarse bien, deslumbrada por las "editoriales de renombre". Así que si firma sin entender ni preguntar, pena no me da.

2) Sirva su artículo, empero, para que se sepa cómo trabajan estas editoriales, y cómo tienen un mercado cautivo que les permite mangonear como quieren y financiarse sin rubor a cuenta de autores noveles a los que someten a contratos leoninos (como hacen las discograficas con los grupos, dicho sea de paso).

---------- Post added 26-oct-2014 at 11:48 ----------

Esta escritora parece conocer muy poco qué son y cómo funcionan las grandes editoriales y debió informarse antes de dejarse llevar por su entusiasmo y ingenuidad.

Las editoriales son el negocio mafia, oligopólico y sumiso al poder por excelencia, ya que la verdad en un mundo de idiotas como el actual es la "verdad publicada" o (incluso telebasurizada). Las editoriales seleccionan, entre todas, una pequeña cuadra de 50-100 autores robot que escriben clichés estatistas y reiteran las verdades oficiales del régimen y suprimen de manera activa e implacable al resto.

Amazon es una heroica brecha en este cortijo y nunca debió salirse de él.

"Coyote blog", uno de los pequeños autores de Amazon, escribe hoy sobre esto y sobre la encendida defensa que hace el perfecto petulante de Krugman, uno de los autores robot, del lobby tradicional de editores y de su ataque a Amazon.



So Why Is Paul Krugman Now Defending the Privileges of the 0.1%?
Imagino que si Krugman ataca a Amazon es más porque, al igual que Google, se está convirtiendo en un monopolio de facto que no por las distribuidoras. Que eso, evidentemente, implica que va a compartir bando con otros indeseables, como son las casas editoriales, es una obviedad. Pero claro, la cuestión es, ¿qué es peor, que el mercado esté dominado por 4, o que esté dominado por 1?

No es fácil contestar a la pregunta, ya que Amazon, mientras exista la competencia con las casas editoriales, puede parecer un paradigma de la libertad, pero en cuanto las primera desaparezcan, la segunda ocupará TODO el vacío que ellas ocupan, y comenzará con las prácticas monopolísticas estándar.

Y de hecho, Amazon ejerce una censura muy activa en los libros, ya que su fondo editorial es comercial y muy anodino; es imposible encontrar libros que salgan de las líneas editoriales mayoritarias...
 
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Yo tengo claro que mi próxima obra será publicada en Amazon, y tendrán las 18 restantes a precios irisorios para el que las quiera pagar. Si las piratean, como no vivo de ello, pues mejor: más se extenderán, aunque siempre hay personas que después de bajarlas, la compran porque les ha gustado (esto es como las donaciones de paypal, ¿quién no ha hecho alguna a alguien/foro/organismo?), o la borran porque no.

Las editoriales de siempre han muerto, como también lo han hecho los videoclubs o las tiendas de revelado de foto. Son nuevos tiempos y hay que adaptarse.

Os digo más... Si Amazon me censura los libros (tengo uno erótico, un poco salvaje, jajajaj), no dudaré en publicarmelos electrónicamente a mí mismo. Aunque sean solo como medio de publicidad, sin cobrar nada: tengo la fortuna de comer de otro sector, y ésto es sólo un pasatiempo. Quien sabe si, cuando la plataforma esté lista, le sirve a más escritores «censurados».
 
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