Son el último eslabón, pero no dejan de ser esbirros del Estado de partidos. Por dicho motivo, empatizar con ellos me cuesta muchísimo. Si los conociese en persona o algo, seguro que me darían pena. Eso no quiere decir que no me den ardor de estomago los narcos. En la esa época en el 2020 de la que yo le hablo eran habilidosos tirando a corredoras al suelo y engrilletándolas, pero aquí no saben disparar a gente que van a matarlos. La incompetencia o estupidez mostrada hace que me sea aún más difícil empatizar. Primero por mamporreros y segundo por estúpidos.