M. Priede
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Argentina lanza su primer cohete espacial. Se eleva dos metros y estalla. "Fue un éxito", dijo el ingeniero jefe
España vende barcos de guerra y submarinos, pero algún genio de Navantia calculó mal y el último submarino hay que alargarlo cuatro metros para conseguir que flote. Pitorreo general en los comentarios de RT procedentes de Hispanoamérica. Esto del cohete no se publicará en RT; por no publicar no han publicado todavía la primera noticia de la actual crisis financiera argentina. Teleputin protege la revolución bolivariana, aunque la formen una panda de orates (más o menos lo que viene sucediendo desde hace dos siglos) y, en el caso argentino, corruptos hasta la médula [1]:
¿Cómo funciona la ingeniería argentina? Pues como todo lo que cayó en manos del peronismo de última hornada, exmontoneros que hoy engrosan las filas del progretariado y que expropian a los gashegos y venden Argentina a los capitales anglosajones. Es decir; lo que viene ocurriendo, como digo, desde la independencia. O en las universidades españolas, donde el progretariado campa a sus anchas y nos ha sacado fuera del circuito de universidades de prestigio. No han dejado ni una sin asaltar, y cobrando salarios de 5.000 euros mensuales por impartir tres horas de clase a la semana.
Está claro que fue un tongo, una estafa. ¿Cuántos países pueden colocar cohetes en el espacio? No me salen más de media docena, y eso después de años de ensayos y con precedentes en industria aeronáutica y de misiles.
El filósofo Alberto Buela reflexiona sobre lo ocurrido en el cosmódromo rioplatense:
Están concluyendo más de diez años de gobiernos kirchneristas, donde lo primero que hicieron fue crear un ministerio con el rimbombante título de “Ciencia, tecnología e innovación productiva”.
Este ministerio lo primero que hizo fue incorporar “investigadores” a diestra y siniestra a la plantilla del Estado. Así el Conicet pasó de 3600 en el año 2002 a la friolera de 7600 “investigadores” Más 2200 técnicos con el apoyo de 1100 administrativos y 9100 becarios. Todos ellos cobrando suculentos sueldos.
Todos estos datos fueron proveídos por el presidente del Conicet en un artículo auto laudatorio publicado en La Nación el 11 de octubre de 2013.
A estos “investigadores” hay que sumar a los de otros centros científicos que poseen casi todas las provincias argentinas. Y finalmente debemos sumar a los “científicos” de la Conae (Consejo nacional de las actividades espaciales). La sumatoria de todos estos “investigadores” da como resultado una masa de aproximadamente 28.000 investigadores y científicos argentinos, lo que supone para el Estado nacional un gasto enorme en sueldos, jornales y materiales para la investigación.
El resultado de todo este cúmulo de inteligencia “científica” se puso en evidencia con el lanzamiento, en estos primeros días de marzo de 2014, cuando el cohete Vex 1A, diseñado para que el país pueda poner satélites en órbita despegó solo dos metros del suelo y se prendió fuego. Y las autoridades científicas, cegadas por el ideologísmo, salieron a decir que “fue un éxito”.
La secuencia fotográfica del “científico lanzamiento” con un cohete erguido a punto de lanzar y el mismo tumbado a lado y partido al medio, mueve a risa y a tristeza: esta es la ciencia argentina de la “década ganada”, según el relato del gobierno.
Sabemos que muchos kirchneristas podrán poner cientos de logros “científicos” argentinos que conmovieron al mundo en esta “década ganada”, aun cuando ninguno haya tenido el mínimo eco mundial. Esos logros los dejamos para la futura historia de la ciencia Argentina, que seguro está por escribirse por algún “investigador” kirchnerista.
Nosotros, por nuestra parte, seguiremos insistiendo en recuperar, como sostenía ese gran filósofo español que fue Xavier Zubiri, la inteligencia sintiente y la inteligencia en su faz especulativa. Una y otra funciones de la inteligencia nos ponen en contacto con los valores, con la captación emocional y con la realidad, en tanto se transforma la inteligencia en espejo = speculum de esa misma realidad. Pues acá no hay relato, ni discurso ideológico que valga, pues para esta función primordial de la inteligencia: la realidad es la única verdad y la verdad es la única realidad. Ens et verum convertuntur, decían los viejos filósofos.
La ciencia argentina? - América Latina en Movimiento
[1] Argentina beneficia fiscalmente a Chevron, la sustituta de Repsol | Argentina | elmundo.es
Miguel Bonasso: El discreto encanto de Rockefeller
¿Dónde está la Patria Grande latinoamericana? - ICNDiario
Edito casi cinco años después:
Perseverancia no les falta. Esta vez se cargan incluso la base de lanzamiento.
España vende barcos de guerra y submarinos, pero algún genio de Navantia calculó mal y el último submarino hay que alargarlo cuatro metros para conseguir que flote. Pitorreo general en los comentarios de RT procedentes de Hispanoamérica. Esto del cohete no se publicará en RT; por no publicar no han publicado todavía la primera noticia de la actual crisis financiera argentina. Teleputin protege la revolución bolivariana, aunque la formen una panda de orates (más o menos lo que viene sucediendo desde hace dos siglos) y, en el caso argentino, corruptos hasta la médula [1]:
"Fue un éxito" porque "el cohete se elevó", dijo Marcos Actis, decano de Ingeniería de La Plata, al periódico local El Colono.
"Por ahí para el que no está en tema se prendió fuego, pero para nosotros estuvo perfecto", señaló.
Es que recuerda aquellos inventos de Tip en el programa de Luis del Olmo: "y este invento mío y sólo mío va sujeto con unos flejes, Luis...":
(...) al parecer por problemas con tensores neumáticos que enganchan el motor. La intención era que volara unos 300 metros y luego cayera al río, donde se recuperarían parte de sus materiales.
A pesar de ello, especialistas ligados al proyecto explicaron que se trató de la primera prueba, y que restan lanzarse de tres a seis cohetes experimentales más."
"El prototipo vector Vex 1A, de casi 15 metros de largo, logró despegar y se elevó unos dos metros, pero su vuelo torció el rumbo y se estrelló en el piso envuelto en llamas, según informó el diario Clarín."
¿Cómo funciona la ingeniería argentina? Pues como todo lo que cayó en manos del peronismo de última hornada, exmontoneros que hoy engrosan las filas del progretariado y que expropian a los gashegos y venden Argentina a los capitales anglosajones. Es decir; lo que viene ocurriendo, como digo, desde la independencia. O en las universidades españolas, donde el progretariado campa a sus anchas y nos ha sacado fuera del circuito de universidades de prestigio. No han dejado ni una sin asaltar, y cobrando salarios de 5.000 euros mensuales por impartir tres horas de clase a la semana.
Está claro que fue un tongo, una estafa. ¿Cuántos países pueden colocar cohetes en el espacio? No me salen más de media docena, y eso después de años de ensayos y con precedentes en industria aeronáutica y de misiles.
El filósofo Alberto Buela reflexiona sobre lo ocurrido en el cosmódromo rioplatense:
Están concluyendo más de diez años de gobiernos kirchneristas, donde lo primero que hicieron fue crear un ministerio con el rimbombante título de “Ciencia, tecnología e innovación productiva”.
Este ministerio lo primero que hizo fue incorporar “investigadores” a diestra y siniestra a la plantilla del Estado. Así el Conicet pasó de 3600 en el año 2002 a la friolera de 7600 “investigadores” Más 2200 técnicos con el apoyo de 1100 administrativos y 9100 becarios. Todos ellos cobrando suculentos sueldos.
Todos estos datos fueron proveídos por el presidente del Conicet en un artículo auto laudatorio publicado en La Nación el 11 de octubre de 2013.
A estos “investigadores” hay que sumar a los de otros centros científicos que poseen casi todas las provincias argentinas. Y finalmente debemos sumar a los “científicos” de la Conae (Consejo nacional de las actividades espaciales). La sumatoria de todos estos “investigadores” da como resultado una masa de aproximadamente 28.000 investigadores y científicos argentinos, lo que supone para el Estado nacional un gasto enorme en sueldos, jornales y materiales para la investigación.
El resultado de todo este cúmulo de inteligencia “científica” se puso en evidencia con el lanzamiento, en estos primeros días de marzo de 2014, cuando el cohete Vex 1A, diseñado para que el país pueda poner satélites en órbita despegó solo dos metros del suelo y se prendió fuego. Y las autoridades científicas, cegadas por el ideologísmo, salieron a decir que “fue un éxito”.
La secuencia fotográfica del “científico lanzamiento” con un cohete erguido a punto de lanzar y el mismo tumbado a lado y partido al medio, mueve a risa y a tristeza: esta es la ciencia argentina de la “década ganada”, según el relato del gobierno.
Sabemos que muchos kirchneristas podrán poner cientos de logros “científicos” argentinos que conmovieron al mundo en esta “década ganada”, aun cuando ninguno haya tenido el mínimo eco mundial. Esos logros los dejamos para la futura historia de la ciencia Argentina, que seguro está por escribirse por algún “investigador” kirchnerista.
Nosotros, por nuestra parte, seguiremos insistiendo en recuperar, como sostenía ese gran filósofo español que fue Xavier Zubiri, la inteligencia sintiente y la inteligencia en su faz especulativa. Una y otra funciones de la inteligencia nos ponen en contacto con los valores, con la captación emocional y con la realidad, en tanto se transforma la inteligencia en espejo = speculum de esa misma realidad. Pues acá no hay relato, ni discurso ideológico que valga, pues para esta función primordial de la inteligencia: la realidad es la única verdad y la verdad es la única realidad. Ens et verum convertuntur, decían los viejos filósofos.
La ciencia argentina? - América Latina en Movimiento
[1] Argentina beneficia fiscalmente a Chevron, la sustituta de Repsol | Argentina | elmundo.es
Miguel Bonasso: El discreto encanto de Rockefeller
¿Dónde está la Patria Grande latinoamericana? - ICNDiario
Edito casi cinco años después:
Perseverancia no les falta. Esta vez se cargan incluso la base de lanzamiento.
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