La idea no solo es mala sino que garantiza la catástrofe, una catástrofe que iremos viendo.
Un Estado que quiera promover el desarrollo de una técnica aún inmadura lo que tiene que hacer es subsidiar la investigación en laboratorio o en plantas piloto a pequeña escala de esa técnica, no crear una burbuja financiera masiva que extienda por el planeta millones de instalaciones deficitarias y eternamente dependientes de subvenciones.
Los subsidios a la producción crean un inventivo perverso que detiene el desarrollo. En un mercado libre, el desarrollo tecnológico hace aumentar los beneficios de las empresas que logren ese desarrollo, lo que incentiva, con un premio, el que se produzca ese desarrollo pero en un sistema subsidiado, la mejora de rendimiento, precisamente, hace que se reduzcan las primas a la producción lo que anula el incentivo de mercado y deja a los productores sin motivo para lograr unas mejoras que serían la sentencia de muerte de sus subsidios.
Si se premia a alguien con subsidios porque es ineficiente, se está incentivando que ese alguien se vuelva más ineficiente. Si se premia con partidas presupuestarias excepcionales a las regiones con más desempleo se incentiva el aumento de desempleo en esas regiones.
En general, promover la destrucción de riqueza conduce a la pobreza.
Eso es un prejuicio (que obviamente te la rezuma saber si es cierto o no, ya que siempre caes del mismo lado).
Una prima no garantiza un ingreso sin esfuerzo. Depende de la magnitud de la prima, solo reduce el gap, y entra en la franja de la rentabilidad si se es lo suficientemente eficiente. Si se es más eficiente, se vende más y si se es menos, se sale de la franja de eficiencia y no vendes.
Vamos... que es lo mismo que el mercado, pero generando un artificio para reducir la franja de rentabilidad.
Lo que tú dices es
una intervención mucho más directa, dado que la subvenciones se otorgan por
objetivos específicos.
La prima, sin embargo, es similar a la subvención
pero se otorga sobre la producción. La empresa puede optar por decidir
en que aspecto de la cadena de producción optimiza.
[SIZE=+1]La subvención es mucho más intervencionista que la prima[/SIZE]
Las subvenciones, como los premios, solo son adecuados en niveles muy básicos de nivel tecnológico, o para resolver problemas donde ellos acaparan la mayor parte de la dificultad. Cuando estamos en posición de generar un producto real, con una cadena completa, la prima funciona mejor porque hay que optimizar
el proceso completo, no un aspecto muy específico de la tecnología.
En contra de lo que parece con tus largas parrafadas, lo que estás defendiendo,
es una intervención del mercado mucho más directa, y por tanto mucho más fácil de ser no optima, que es decir a los participantes de la cadena de producción donde deben optimizar y donde no.
La prima es "agnóstica". Prima la producción, ergo los instaladores optan por reducir el precio por donde quieran.
Solo es hace ineficientes,
si la prima es excesiva para el nivel tecnológico, de forma equivalente a una subvención innecesaria o excesiva será un total malgasto.
Y para prueba, el sistema de primas, aún con todos sus errores, ha mostrado que, respecto al objetivo de reducir el precio por potencia instalada
ha funcionado incontestablemente. Lo cual no es sorprentende, ya que es lo habitual en las curvas de aprendizaje.
De hecho, como otros foreros han recalcado en otros hilos, a día de hoy, en la fotovoltaica, los costes de la placa solo son una fracción, y no tan significativa, del total de coste. Las células fotovoltaicas se han abaratado un montón, pero hay mucho que hacer sobre el total de los costes.