Esa obsesión la tiene el gobierno y la muestra continuamente, directa o indirectamente (a través de correveidiles de los media). Parece que les da lo mismo que la gente se funda el colchón familiar, dilapide el dinero del paro o se empeñe hasta las cejas para montar emprendimientos mas o menos imaginativos que acaban todos en cierre a los pocos meses. Ya no son solo bares o peluquerías, en un año he visto quebrar tiendas de informática, multimedia, balneoterapia, floristerías, ópticas, panaderías de nuevo cuño (hasta 4 funcionado en un radio de 50 m.). Hasta las fruterías-ultramarinos de toda la vida van a pique amenazadas por paquis y mencabronas. Solo aguantan estos últimos junto a los chinorris.
El colmo es montar una tienda de productos naturales, de calzado deportivo, de pequeño electrodoméstico (las hifi quebraron hace tiempo), una pizzería de barrio... Algunas se mantienen sin que nadie, jamás, haya visto traspasar el dintel de la puerta a un cliente.:8:
PD: La gente que no está con el agua al cuello ha tomado buena nota de que los próximos en entrar en barrena pueden ser ellos y hasta los funcionarios dejan de consumir lo que no es estrictamente necesario.
Dar oídos a los cantos de sirena del gobierno ahora mismo es "emprender" el camino directo a la ruina. Pero imagino que, a corto plazo, mueve cierta demanda para dar impresión de que algo se mueve en espera de no sé qué recuperación que no va a llegar.
