Namreir
Será en Octubre
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Ahora que la sombra del fascismo cabalga sobre Europa. Ahora que les rios y los mares, valles y montañas, pueblos y ciudades se tiñen de pardo. Ahora que la sociedad liberal colapsa, me gustaria recordar al escritor, filosofo y politico Don Miguel de Unamuno. Recordemos que en un principio apoyo el alzamiento por la degradacion social, pero pronto se retracto ante las salvajadas cometidas. Recordemos su famoso discruso en la apertura del curso academico del 1936, era un dia de octubre, y estaban presentes entre otros José Millán-Astray.
Tras el grito del susodicho: "Muera la intelectualidad traidora, Viva la muerte"
Es posible, que en breve, vivamos situaciones similares.
Tras el grito del susodicho: "Muera la intelectualidad traidora, Viva la muerte"
Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de algún modo- del profesor Maldonado, que se encuentra entre nosotros. Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. El obispo, lo quiera o no lo quiera, es catalán, nacido en Barcelona. Pero ahora acabo de oír el necrófilo e insensato grito "¡Viva la muerte!" y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán-Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor.
Murio el 31 de diciembre de 1936 en arresto domiciliario, no volvio a salir de casa.Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho.
Es posible, que en breve, vivamos situaciones similares.