Nosotras, las mujeres, estamos haciendo un enorme trabajo para aceptarnos a nosotras mismas, para aprender a querernos y a cuidarnos. Hacemos cursos, leemos libros, escuchamos podcast, intercambiamos información, vamos a terapia si lo necesitamos...
nos trabajamos el amor porque sabemos que otras formas de querernos son posibles.
Consumir lorazepam compulsivamente no te mejora ni te sana, ni te ayuda a conocerte. Sólo estáis medicadas como un enfermo crónico de 86 años.
Muchos hombres no maduran nunca porque nadie les enseña a cuidar y a ser responsables. Les han engañado haciéndoles creer que siempre habrá una mujer como mamá, que entrega su vida para cuidarte y te ama de un modo incondicional. Y les cuesta mucho encontrar mujeres así, dispuestas a darlo todo, felices de poder ejercer de mamás, de profesoras, de guías, de secretarias, psicólogas, coachers, cocineras, limpiadoras, asistentas, niñeras. No existen las princesas rosas de sus sueños.
Sí existen, pero ahora podéis elegir y antes no. Han existido siempre, pero os dieron igualdad y derechos y para acostarme con un hombre prefiero quedarme solo. No hay nada en vosotras que sea femenino, salvo el shishi y las berzas. Sin rol de mujer no hay pareja, hay dos tíos, y uno de ellos defectuoso.
Las parejas en las que uno de los dos miembros no se cuida y sólo recibe cuidados no funcionan. Y nosotras ya no queremos vivir en batalla permanente para "educar" a los hombres, porque desgasta muchísimo y no sirve de nada.
¿En qué hay que educar a los hombres? ¿Para que encajen en el nuevo molde matriarcal? Ya salimos del matriarcado en el Neolítico. Con la dominación del hombre sobre la mujer hemos construido civilizaciones y hemos avanzado. Está demostrado que no podéis tener ninguna libertad ni derechos. Os deprimís, no tenéis hijos y folláis compulsivamente sin conseguir pareja estable. Seríais felices de esclavas domésticas. Esa es la verdad.
Aunque duela, es mejor ser realistas que vivir en una eterna lucha de poder o seguir soñando con la llegada del príncipe azul.
No merece la pena gastar tanta energía y tiempo en intentar convertir a tu pareja en el compañero ideal: las personas solo cambian cuando lo necesitan.
Nosotras sigamos caminando, y ellos que se queden protestando y rabiando porque pierden privilegios. Ya se unirán a la revolución cuando se vean solos.
Nunca nos uniremos a una sociedad gobernada por mujeres. No estáis a nuestra altura. Vivís en una burbuja donde no entra la violencia ni las violaciones porque os protege el estado (inventado por los hombres). Sin los impuestos del trabajo masculino o los militares entraría una tromba de jovenlandeses y se os acabaría la fantasía de emancipación que habéis vivido los últimos 80 años.
Y los hombres siempre estamos solos. A nadie le importa que nos vaya bien o mal, ni nadie quiere interesarse por nosotros porque seamos guapos o feos, altos o bajos. Vuestro cuerpo os hace interesantes, no tenéis ningún arma real salvo la juventud física, que os dura entre los 15 y los 30. Amenazar con la soledad al solitario es de ser estulto.
Nosotras avanti, imparables, siempre hacia delante, en el camino hacia la liberación y hacia la Buena Vida.
Sabemos que amar no es aguantar, es disfrutar, y sabemos que en el amor todo debe ser mutuo y recíproco. No nos resignamos, no nos conformamos con menos.
Mientras ellos se lo piensan, nosotras sigamos soñando y trabajando por una vida mejor y un mundo mejor.
No seguís ningún camino, salvo el de la tumba. La vida no es un camino ni una experiencia. No hay una película para ti ni para el individuo. Nuestra existencia no es una obra de teatro con un argumento y un final. Es responsabilidad del individuo dar valor, o no, a su existencia. Se llama voluntad, y de eso las mujeres no tenéis ni pizca, ni capacidad de abstracción. No estáis recorriendo un camino de redención hacia la luz. Todo el discurso de superación personal apesta a cristianismo. No habrá un mundo mejor ni una vida mejor.
Sin socialismo estáis muertas. Volveríais al fregadero, como siempre ha sido antes del estado del bienestar. Sin socialismo las mujeres serán lo que siempre han sido, un auxiliar.