Menudo fenómenos estos estatalistas. Porque todo el mundo sabe que si tienes una licencia, o sea, un papelajo escrito por un concejal de cosa, el perro no muerde.
O, al menos, si muerde puedes decir aquella coletilla de que "cumplía con la ordenanza municipal", que al parecer exime de cualquier responsabilidad. Si cumples con la palabra del dios estado, enviada a los humanos a través de sus mejores profetas los concejales de festejos, urbanismo o cosas parecidas, eres inimputable.