Vlad_Empalador
Será en Octubre
Por encima de todo, tiene corazón boticario. En su rebotica las conversaciones con vecinos y usuarios del barrio no son siempre sobre cuestiones sanitarias. Acaba de tomar posesión de su cargo: presidente del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de A Coruña, pero Héctor Castro Bernardino, hijo y hermano de farmacéuticos, no es un advenedizo puesto que en los últimos años ya formaba parte de la junta directiva de la entidad. Apunta algunas líneas de actuación para la nueva etapa, como son las de «acercar la farmacia y los farmacéuticos a la población, que ya lo veníamos haciendo hasta ahora, potenciando la labor del Colegio con los pacientes y con la sociedad».
-¿Y para los colegiados?
-Queremos adecuar la estructura del Colegio a las nuevas tecnologías, dar mayor información y servicios a los colegiados y fomentar la formación de los farmacéuticos. Y algo que me parece importante, como es intentar fomentar el trabajo entre todos los farmacéuticos implicados en el proceso asistencial al paciente, desde el hospital, atención primaria y oficina de farmacia. Este trabajo de coordinación es importante.
-Apuntaba a la legislación que se les viene encima, ¿qué pasa?
-En los últimos cuatro años ha habido una serie de medidas dirigida a las farmacias y a los medicamentos. El gasto de medicamentos que soporta la Administración es importante, pero no lo genera la farmacia ni los farmacéuticos, sino las propias necesidades de la población. Además, en Galicia tenemos una población de edad avanzada, con patologías crónicas y que está muy dispersa. Las medidas provocan un ahorro a corto plazo, pero a medio y largo plazo ese ahorro no lo tenemos claro, porque los pacientes necesitan continuar con sus tratamientos y sus medicamentos. Llevamos diez o doce años con medidas sobre las farmacias.
-¿Temen que vayan a seguir los cambios normativos?
-La principal reivindicación es la estabilidad legislativa y la económica para hacer frente al medio plazo; una farmacia no puede hacer un plan de servicios a medio plazo porque no sabe lo que va ocurrir el día de mañana. La gente intenta prestar mejor servicio, desarrolla determinadas ramas pero se encuentra con que es complicado. De aquí a un año puedes prever, pero más allá no, es una incertidumbre. En los cuatro o cinco años últimos, con todas las leyes, la facturación de las farmacias ha caído entre un 20 y un 40 %.
-La crisis ha dejado farmacias con expedientes de regulación de empleo, ¿les sorprendió?
-No somos ajenos a la crisis, la hemos soportado como todos los sectores, pero al ser un sector regulado nos ha incidido más a base de leyes y decretos que nos afectaron directamente.
-¿Cuál es la solución?
-La única manera que tenemos de sobrevivir un poco es o bien reduciendo horarios o reduciendo personal porque los gastos fijos siguen siendo los mismos. En Galicia, la Administración está cumpliendo, pero en otras autonomías hay oficinas que están soportando hasta seis meses. Esto lleva al titular a invertir dinero o refinanciar unos intereses, difícil de asumir, o que acabe en suspensión de pagos y concurso de acreedores.
-Es todo un cambio en la percepción de las farmacias, ¿no?
-Cuando una farmacia llega a esta situación cambia la percepción histórica. Nadie pensaría hace cuatro o cinco años que una farmacia pudiera entrar en concurso de acreedores y aquí hemos tenido varias que se han resuelto refinanciándose, haciendo traspasos y aún así ha habido gente que lo pasó mal.
-¿Qué reivindica el colectivo?
-Lo principal es la estabilidad legislativa y la económica. Las farmacias de toda España ya llegan a aportar más al sistema sanitario que los propios pacientes a través del copago, a través de deducciones y de escalas por volúmenes de facturación que tienen que pagar. Este es un dato que no es muy conocido, pero es la realidad. De aquí a cinco años nadie puede hacer una estimación, no sabemos lo que nos viene y así es muy difícil de gestionar una oficina de farmacia.
-¿Se puede ahorrar más?
-No hay margen para más recortes en las farmacias. Lo que hay que buscar son bolsas de ineficiencia en el sistema sanitario, utilizar más criterios de coste-efectividad y no hacer recaer todo el ahorro del gasto en la farmacia y los medicamentos. Existen otros nichos que no se han tocado. Las farmacias en concurso de acreedores demuestran que ya hemos pasado la línea roja de la viabilidad de las farmacias, tanto es así que el ministerio ha tenido que abrir una línea de ayudas a las farmacias que no son viables para seguir manteniendo ese servicio sanitario al paciente.
«No hay margen para más recortes en las farmacias»
-¿Y para los colegiados?
-Queremos adecuar la estructura del Colegio a las nuevas tecnologías, dar mayor información y servicios a los colegiados y fomentar la formación de los farmacéuticos. Y algo que me parece importante, como es intentar fomentar el trabajo entre todos los farmacéuticos implicados en el proceso asistencial al paciente, desde el hospital, atención primaria y oficina de farmacia. Este trabajo de coordinación es importante.
-Apuntaba a la legislación que se les viene encima, ¿qué pasa?
-En los últimos cuatro años ha habido una serie de medidas dirigida a las farmacias y a los medicamentos. El gasto de medicamentos que soporta la Administración es importante, pero no lo genera la farmacia ni los farmacéuticos, sino las propias necesidades de la población. Además, en Galicia tenemos una población de edad avanzada, con patologías crónicas y que está muy dispersa. Las medidas provocan un ahorro a corto plazo, pero a medio y largo plazo ese ahorro no lo tenemos claro, porque los pacientes necesitan continuar con sus tratamientos y sus medicamentos. Llevamos diez o doce años con medidas sobre las farmacias.
-¿Temen que vayan a seguir los cambios normativos?
-La principal reivindicación es la estabilidad legislativa y la económica para hacer frente al medio plazo; una farmacia no puede hacer un plan de servicios a medio plazo porque no sabe lo que va ocurrir el día de mañana. La gente intenta prestar mejor servicio, desarrolla determinadas ramas pero se encuentra con que es complicado. De aquí a un año puedes prever, pero más allá no, es una incertidumbre. En los cuatro o cinco años últimos, con todas las leyes, la facturación de las farmacias ha caído entre un 20 y un 40 %.
-La crisis ha dejado farmacias con expedientes de regulación de empleo, ¿les sorprendió?
-No somos ajenos a la crisis, la hemos soportado como todos los sectores, pero al ser un sector regulado nos ha incidido más a base de leyes y decretos que nos afectaron directamente.
-¿Cuál es la solución?
-La única manera que tenemos de sobrevivir un poco es o bien reduciendo horarios o reduciendo personal porque los gastos fijos siguen siendo los mismos. En Galicia, la Administración está cumpliendo, pero en otras autonomías hay oficinas que están soportando hasta seis meses. Esto lleva al titular a invertir dinero o refinanciar unos intereses, difícil de asumir, o que acabe en suspensión de pagos y concurso de acreedores.
-Es todo un cambio en la percepción de las farmacias, ¿no?
-Cuando una farmacia llega a esta situación cambia la percepción histórica. Nadie pensaría hace cuatro o cinco años que una farmacia pudiera entrar en concurso de acreedores y aquí hemos tenido varias que se han resuelto refinanciándose, haciendo traspasos y aún así ha habido gente que lo pasó mal.
-¿Qué reivindica el colectivo?
-Lo principal es la estabilidad legislativa y la económica. Las farmacias de toda España ya llegan a aportar más al sistema sanitario que los propios pacientes a través del copago, a través de deducciones y de escalas por volúmenes de facturación que tienen que pagar. Este es un dato que no es muy conocido, pero es la realidad. De aquí a cinco años nadie puede hacer una estimación, no sabemos lo que nos viene y así es muy difícil de gestionar una oficina de farmacia.
-¿Se puede ahorrar más?
-No hay margen para más recortes en las farmacias. Lo que hay que buscar son bolsas de ineficiencia en el sistema sanitario, utilizar más criterios de coste-efectividad y no hacer recaer todo el ahorro del gasto en la farmacia y los medicamentos. Existen otros nichos que no se han tocado. Las farmacias en concurso de acreedores demuestran que ya hemos pasado la línea roja de la viabilidad de las farmacias, tanto es así que el ministerio ha tenido que abrir una línea de ayudas a las farmacias que no son viables para seguir manteniendo ese servicio sanitario al paciente.
«No hay margen para más recortes en las farmacias»