En Junio todo el equipo dimitió en peso dumpeando la moneda a mínimos entre acusaciones de estafa.
Uno de los despechados, destapó un pastel muy curioso en el que se demostraba que el supuesto CEO realmente era asalariado de un tal Adam Matlack, involucrado en alguna que otra estafa.
El producto que han sacado fue fabricado por una empresa externa por encargo y está lleno de bugs que lo hacen prácticamente inutilizable.
Hace unos días, el supuesto CEO dio una alerta en Telegram diciendo que el sistema PoS implementado, clon de PIVX está fallido, permitiendo que se exploten “vulnerabilidades” mediante staking, pero que se arreglará.
De los oráculos nada de nada, de momento todo centralizado.
A día de hoy sólo se comercia esa moneda en dos shitchangers con volúmenes ridículos, de unos pocos miles de dólares al día. Nadie compra, nadie vende y todos esperan que pase algo.
Todo indica que el proyecto se va a la hez, no obstante siempre cabe la posibilidad de que reanuden las apuestas -centralizadamente, por supuesto- y el precio de cada moneda suba. Pero vamos, cada día que pasa las posibilidades de que eso suceda son más tenues.
En resumidas cuentas: Shitcoin con todas las de la ley. Una pena, el proyecto era realmente bonito sobre el papel, como el comunismo.
