Un tercio de los coches de Madrid, perjudicados por el veto a los más contaminantes: «No me puedo permitir comprar otro y en Cercanías tardaría 3 hora

El Pionero

Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Desde
16 May 2014
Mensajes
33.128
Reputación
107.183
Lugar
Marbella de tal y tal
Alberto Sánchez se compró en junio un coche sin distintivo ambiental de la DGT de segunda mano para ir de su casa, en Alcobendas, a su trabajo, en Las Rozas. Pero su vehículo diésel matriculado en el año 2000 tiene los días contados. Literalmente. El próximo enero entrará en vigor la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que obliga a que las poblaciones con más de 50.000 habitantes cuenten con una zona de bajas emisiones que prohíba el acceso a los automóviles que carezcan de distintivo ambiental. Además de Madrid capital, que ya ha empezado a aplicar el veto de forma progresiva, otros 22 municipios de la región tendrán que tomar medidas similares.

Este joven comercial de 21 años es solo uno de los 1,2 millones de conductores que se verán afectados por esta normativa, que pone fecha de caducidad a casi tres de cada diez vehículos de la comunidad, según los datos analizados por MSI en el Observatorio de la Posventa de Faconauto. «Al precio que está la gasolina no compensa coger el coche, quien lo hace es porque no tiene otra opción; es porque le sale más rentable por dinero o por tiempo», reflexiona. Y en su caso, no compensa en ninguna de las dos vertientes.


La capital restringirá el 1 de enero de 2024 a todos los vehículos sin derecho a etiqueta -los de gasolina previos al año 2000 o los diésel matriculados antes de 2006 -, excepto para los residentes, que se salvarán de las limitaciones hasta 2025. «En coche tardo 20-25 minutos y en transporte público supondría hora y media cada trayecto, porque tendría que ir hasta Chamartín y luego cambiar de tren para volver a subir. A mí ni aunque me den el abono de cercanías gratis me vendría bien, porque tardaría 3 horas», indica. «Los jóvenes no nos podemos permitir el lujo de comprar otro coche y a los que tenemos acceso son sin etiqueta, no hay opción», insiste.

Cambio de hábitos

Fue el gobierno de Manuela Carmena el que dio el primer paso para limitar el acceso de los coches al núcleo de la ciudad con Madrid Central -rebautizado en el mandado de José Luis Martínez-Almeida como Distrito Centro-. Al llegar a la alcaldía, el equipo de PP-Cs planteó una jovenlandesatoria de las multas para corregir los fallos en el sistema de captación de matrículas, entre otros problemas, pero la Justicia impidió que esta bula apenas se extendiera dos semanas. Precisamente, por fallos garrafales en la tramitación, el Tribunal Supremo tumbó el año pasado la normativa de Carmena al constatar defectos de forma. Sin embargo, al estar ya en vigor ley de cambio climático, la zona de bajas emisiones del centro tuvo que mantenerse.

«Para evitar la prohibición ahora tengo que dar un rodeo, tardo el doble y, por tanto, contamino más»
Emilio Fernández
Vecino de Leganés
En paralelo, el consistorio aprobó un calendario para erradicar los coches más contaminantes en toda la ciudad y marcó un proceso transitorio entre 2023 y 2025 en el que los empadronados en la ciudad serían los últimos en tener que acatar la prohibición total. Mientras tanto, en Plaza Elíptica, una de las áreas con mayor polución de España, el pasado marzo se activó el coto al vehículo sin distintivo. Pero la deficiente señalización de la zona ha obligado ahora a devolver 47.233 recibos.

Sin opciones rentables

Es este punto el que Emilio Fernández, vecino de Leganés, tiene que evitar para llegar al taller mecánico en el que trabaja. Al no residir en Madrid, las restricciones progresivas que ha aplicado el ayuntamiento ya le han empezado a afectar en su día a día. «Antes tardaba 12 minutos en hacer unos 12 kilómetros hasta mi casa, porque tengo a 10 metros el túnel de la M-30; ahora tengo que dar un rodeo para ir por el paseo de Extremadura y coger la A-5. Tardo el doble y, por tanto, al hacer más kilómetros, contamino más», explica, resignado, esta paradoja, ya que la falta de buenas conexiones en transporte público le impiden tomar esta alternativa.

«Al precio que está la gasolina no compensa coger el coche, quien lo hace es porque no tiene opción»

Alberto Sánchez
Vecino de Alcobendas

«Si vengo en transporte público tardaría una hora y media haciendo dos transbordos, cuando el día que más tráfico tengo es media hora. Es una diferencia muy grande para yo planteármelo. Si estuviera mejor comunicado, lo haría», sostiene, consciente de que en 2024, cuando ya no pueda ni siquiera circular por la M-30, tendrá que invertir en un coche nuevo.

Tanto el ayuntamiento como la Comunidad han lanzado ya dos líneas de ayudas directas para renovar la flota -también para mercancías- y facilitar, en cierta medida, a esa transición que muchos conductores no se pueden permitir. Es el segundo año que se presentan, este con ampliación de crédito -todos los fondos se han agotado en ambas convocatorias- y fuentes del Área de Medio Ambiente y Movilidad aseguran que volverán a emitirlas el próximo año. Sin embargo, solo en la capital hay 593.281 vehículos afectados por la normativa, por lo que ese impulso está lejos de llegar a todos los afectados.

«Como vimos las orejas al lobo, llevamos al pueblo el coche que solía usar mi mujer para ir a trabajar y lo vendimos, porque allí sí que lo pueden aprovechar y aquí ya iba a ser solo un gasto», relata Guillermo Torrado, vecino del barrio de Salamanca, que ha decidido adelantarse al veto definitivo. «Tenía 380.000 kilómetros, pero solo gastaba 4,6 litros por cada 100 kilómetros, lo curioso es que el SUV que tenemos ahora, que es nuevo y si tiene etiqueta, consume más», sostiene. «La ventaja es que me ahorro el garaje, el seguro, el impuesto de circulación de Madrid, que suman 2.600 euros al año, más la gasolina», indica, consciente de que en su caso sí tienen alternativa: «Mi mujer trabajaba en Azuqueca de Henares, a 70 kilómetros de casa. Ir hasta allí en transporte público es una odisea. Gracias a que se ha cambiado de trabajo hemos podido venderlo, si no, sería inviable».
«Vendimos el coche viejo por la prohibición, pero el nuevo que sí tiene etiqueta consume más»

Guillermo Torrado
Vecino de Madrid capital

«El inminente coche del pueblo será más que nunca del pueblo porque solo podrá circular por pequeñas localidades», valora José Luis Gata, Business Development Manager de Solera España. «Avanzamos hacia una polarización del parque, más sostenible en los centros urbanos y de combustión en áreas rurales y pequeños núcleos urbanos. Y esto afectará a los talleres de las ciudades, que nutren su negocio en buena parte de estos vehículos más viejos y que se verán obligados a ir donde estén sus clientes, o a reciclarse como negocios de movilidad, incluyendo bicis, patinetes o motos eléctricas», analiza, como otra posible repercusión de la medida.

MÁS INFORMACIÓN
Esta situación clave para muchos hogares se ha colado en la negociación de los presupuestos del año que viene, ya que Vox ha puesto como condición aplicar una «jovenlandesatoria» en la aplicación de la ordenanza hasta que los tribunales se pronuncien sobre sus recursos. Una cláusula que, por el momento, ven «imposible» en PP y Cs, al estar establecido por la directiva europea: «Saben que es imposible derogar esa ordenanza».

 
Hay que salvar el planeta,oiga!
Pero que gente más egoísta!, sólo piensan en ellos mismos y en sus privilegios,sino,menudo MARRÓN las generaciones del futuro
 
¿Directiva europea?, a tomar por ojo ciego ya con estos me gusta la fruta de la U.E.
 
La que está liando pilinguin.
 
El aire de madridc pronto sera mas puro que el del moncayo. Pobres fuera de madric, y el que quiera entrar lo haga en patinete o en los vagones de ganado gratis de la renfe.
 
Volver