Se dejó sorber las lefotas ultrafértiles (muy preñadoras) por un viejo a cambio de que le pusiera restaurantes top por todo el mundo. Al final, ni restaurantes, ni prestigio, ni una vida en modo fácil. Cuando este chaval hubiese vivido como un puto aristócrata, solo le pudieron las prisas. Lo quería todo y lo quería para ya.
Y lo más derroyente es que puede que no sea maricón. Hoy por hoy, un famosito hijo de actor estaría presumiendo de minoría. Quizás sea el equivalente masculino de las FULL-ANAS, gente que por una buena cifra puede mirar para otro lado mientras un panchito viejo le come el milkybar.
Imagina ser un chortino triunfador y acabar reducido a chapero turbio y descuartizador cutre. Que al menos Andrew Cunanan era maricón, entre tanto viejo chupó un par de pollas agradables y encima le hicieron una serie por cargarse a Versace. Este no da ni para una tv movie.