CÓMO PREVENIR LOS CONTAGIOS POR cobi19 (PARTE 3).
Vamos a ver, lector: no perdamos la perspectiva. Ni los nervios. Imagina un español (hombre o mujer) que naciera en 1890 y muriera en 1970, a los 80 años de edad. Vivió la pérdida de Cuba, la Primera Guerra Mundial, la devastadora esa época en el 2020 de la que yo le hablo de gripe del 18, la Revolución Bolchevique Rusa, la Gran Depresión económica del 29, el hundimiento de la Bolsa, la caída de la monarquía española, el auge del fascismo y del nazismo en Europa, la Guerra Civil Española, el hambre de la posguerra, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam, la Guerra Fría y la Dictadura de Franco. Eso sí fueron asuntos muy gordos. Y el mundo sobrevivió. Así que no vengas ahora con problemas insolubles sobre si puedes abrir una ventana para frenar el cobi19. Haz lo que te salga del entendimiento, como nuestros abuelos. Hay que aplicar el sentido común cuando no hay recetas seguras. La información que damos los profesionales sanitarios es la mejor disponible EN CADA MOMENTO; y la damos no con intención de meter el miedo en el cuerpo, sino para que, conociendo la realidad de las cosas, la sociedad colabore en un gravísimo problema de salud que afecta… ¡a la sociedad!
Hoy, para variar, tengo muy buenas noticias. Hoy hablaremos de una cuestión que simplifica muchísimo todo el enredo de los dos capítulos anteriores. Un enredo que era necesario conocer, pues si entendemos los tres mecanismos posibles de la TRANSMISIÓN RESPIRATORIA del cobi19… ya está el trabajo preventivo hecho.
Pero antes, repasemos lo sabido:
1-mascaras quirúrgicas cubriendo boca y nariz (siempre en lugares cerrados, siempre fuera de nuestra vivienda, siempre en locales públicos, y siempre que las autoridades lo aconsejen en lugares abiertos: calles, playas, campo, etc… Nadie está por encima de la Ley).
2-Mantener la distancia física de dos metros aunque lleves mascarilla. Evitar a toda costa las aglomeraciones.
3-Ventilar de vez en cuando las habitaciones para renovar el aire, y no permanecer mucho tiempo en lugares cerrados.
4-Lavarse las manos con frecuencia. Si no se puede, usar geles hidroalcohólicos. Los guantes, salvo situaciones concretas, no se necesitan en este momento de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
5-Mucho mejor limpiar con lejía las superficies: mostradores, objetos, suelos... Y mejor fregar que barrer.
6-No fumar. Te perjudica a ti y a quienes están en tu proximidad. Y el humo puede transportar cobi19.
7-Cuidado con los aires acondicionados de los transportes y edificios públicos. Si su sistema consiste en reciclar el mismo aire… se mueven los bichos de un sitio para otro.
Y ya está, lector. Ya está. Eso es todo lo que sabemos sobre prevención ÚTIL del cobi19. Pero… ¿hemos de morir de angustia a todas horas por si nos caza un bichito del aire? ¿Hemos de palmar de calor por no poner el aire acondicionado? ¿Hemos de tener insomnio por si nos hemos cruzado con un señor que no se tapaba bien la nariz con la mascarilla? Pues no, no, no y no. Rotundamente, no. Hay algo que nos salva en la cotidianeidad, y se llama CARGA VIRAL. Esa es la buena noticia de hoy. Vamos a ver.
Todos sabemos que fumar es malo. Pero también sabemos que las papeletas para agarrar un cáncer de pulmón no son las mismas fumando un cigarrillo al día que fumándote un paquete de tabaco. Llamémosle a ese riesgo LA CARGA TABÁQUICA.
Todos sabemos que las drojas son muy malas para la claridad mental. Pero también sabemos que no es lo mismo fumarte un porro en la vida que pasarte la vida fumando porros. Llamémosle a ese riesgo la CARGA PORRERIL.
Todos sabemos que el aceite de palma, en repostería, es un veneno para las arterias. Pero también sabemos que no es lo mismo comerse una tarta en tu cumpleaños que pasarte la vida tragando dulces. Llamémosle a ese riesgo la CARGA DULCERIL.
Y así con todo. Incluso con el cobi19. En otras palabras: lo importante desde el punto de vista de la improbabilidad es que rara vez pillarás un “cobi19 volador” mientras estás en el campo paseando solo. Lo importante (por probable) es que te agarre el cobi19 en una fiesta de cumpleaños, en la abarrotada sala de espera del médico, en la pista de baile de una discoteca, en los asientos de un avión atestado de pasajeros, en el velatorio de un pariente, en el metro de Madrid, en el convite de boda de tu prima o en la celebración de forofos por el éxito futbolístico del Cádiz. Cagoentóloquesemenea.
Y a eso lo llamamos, precisamente, CARGA VIRAL. Y la carga viral (el número de bichito por centímetro cúbico de aire) es lo que determina, en último caso, la probabilidad de contagiarte. No digo la seguridad. Digo la probabilidad. O no digo la imposibilidad. Digo la improbabilidad.
Y ese concepto de CARGA VIRAL has de tenerlo siempre presente en tus oraciones diarias y en todas las actividades de tu vida: es lo que te puede enfermar o salvar la vida. ¿El frutero no se pone mascarilla? Cambia de frutería. ¿200 invitados a una boda? No vayas tú. ¿El bar no dispone las mesas separadas? Pasa de largo. ¿Hay que ir al Centro de Salud a sacarse sangre? Pues narices: no te agolpes en la puerta con veinte personas más. Si por eso no te van a llamar antes. Guarda la cola de dos metros en dos metros.
Porque una vez que el cobi19 ha entrado en tu organismo por la vía respiratoria, pueden pasar varias cosas:
a-Que no te des ni cuenta, pero que permanezcas semanas contagiando a los demás y luego cures. Muy probable.
b-Que no te des ni cuenta, pero que permanezcas meses y meses contagiando al mundo entero (se llaman supercontagiadores). Raro, pero importantísimo en la propagación de la Codvid19. Y esa es la misión fundamental de los llamados rastreadores: sanitarios malpagados dedicados a detectar a esas personas.
c-Que notes síntomas leves, como los de un catarro o de una gripe, y te cures en dos o tres semanas. Lo más habitual.
d-Que hagas complicaciones respiratorias, o de otro tipo, y te tengan que ingresar en el hospital. Un 10% de los casos.
e-Que te tengan que pasar a la UCI para conectarte a un respirador, porque tus pulmones han fallado. Y luego, tras semanas o meses intubado, que cures o que fallezcas.
Y tú me dirás: pero bueno, señor doctor, ¿a qué se debe tan variopinta respuesta al mismo cobi19? Pues desde hace unas semanas ya lo saben los científicos. Y yo te lo voy a contar. Pero no ahora. Porque la historia es larga, y comienza como casi todo en la vida: con un polvete brutal. Un polvete ocurrido hace casi 50.000 años entre un hombre de la especie Neanderthal y una mujer de la especie Sapiens. O viceversa. Un polvete entre dos especies de humanos genéticamente diferentes pero compatibles para tener descendencia. Un polvete que introdujo en nuestro cromosoma 3… Pero no. Ya me estáis liando de nuevo. Es que comienzo y no paro. Hala. Hasta mañana. A estudiar la lección de hoy, que entrará en el examen final.
Y del polvete prehistórico… ya hablaremos.
Cagoentó.
Firmado:
Juan Manuel Jimenez Muñoz
Médico y escritor malagueño.